El tercer profit warning de Daimler en un año asesta otro palo en bolsa a los autos

El sector del automóvil ha frenado en seco en bolsa y las noticias no le ayudan a volver a arrancar. El grupo alemán Daimler, primer fabricante a nivel mundial, ha lanzado en las últimas horas su tercer 'profit warning' (rebaja de expectativas) en un año debido a las nuevas dotaciones que tendrá que realizar relacionados con la crisis del diésel. Esta noticia no ha sentado nada bien en las firmas cotizadas del sector, que están atravesando un año especialmente complicado en la renta variable a raíz de la guerra comercial, de la crisis del diésel, de la regulación medioambiental más estricta o de los cambios en los hábitos de consumo, entre otros motivos.  

La crisis del diésel se inició en 2015, cuando se descubrió que el grupo alemán Volkswagen manipuló las emisiones de gases en sus motores diésel para superar las revisiones (fue el conocido como 'dieselgate'). La que se lleva la peor parte es la propia Daimler, que ha llegado a hundirse más del 5%. A esta hora se deja un 4,5% hasta 47,37 euros. BMW está también entre los valores más castigados dentro del Dax Xetra germano, con un retroceso del 1,5% hasta 63,49 euros; mientras que Volkswagen se deja un 1,4% y la firma de neumáticos Continental, que también cotiza en el selectivo alemán, pierde alrededor de medio punto.

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Las automovilísticas alemanas no son las únicas compañías en ceder terreno hoy en bolsa. Peugeot retrocede un 1,3%, mientras que Renault, que había arrancado la jornada en positivo, se ha dado la vuelta y se deja ya un 0,6%. Lo mismo sucede con los títulos de Fiat, que ceden un 0,4%. La advertencia de Daimler también afecta y mucho a las compañías de componentes de automóvil españolas, que son las principales suministradoras de la industria alemana. Así, Gestamp pierde cerca de nueves décimas hasta 5,17 euros, mientras que Cie Automotive logra mantener el tipo, si bien su avance se reduce al 0,3%.

“El aumento de las provisiones para varios procedimientos gubernamentales en curso y las medidas relacionadas con los vehículos diésel afectará las ganancias de Daimler en el segundo trimestre de 2019 y se tendrá en cuenta en el EBIT del grupo”, apunta el comunicado que ha hecho público Daimler a lo largo del fin de semana. Según sus propios cálculos, el gigante del automóvil deberá provisionar una cifra de tres dígitos de millones de euros para cubrir los costes de procesos y medidas técnicas en los automóviles de Mercedes-Benz. Esto lastrará su resultado del segundo trimestre y le ha llevado a rebajar su previsión de beneficio operativo a niveles de 2018, cuando hasta ahora había estimado que el resultado de explotación superase entre un 5 y un 15 % el del pasado ejercicio.

Las autoridades de homologación alemanas (KBA) ordenaron el pasado viernes a Daimler llamar a revisión unos 60.000 vehículos diésel Mercedes-Benz GLK 220 en Alemania porque tienen instalada una técnica de emisiones de gases ilegal. Daimler ya lanzó otros dos 'profit' en los últimos meses que afectaron negativamente a su cotización: el primero, en junio del año pasado, y posteriormente otro en octubre.

El contrapunto: vuelven a sonar tambores de fusión entre Fiat y Renault

Pero no todo son sinsabores para el automóvil. La parte positiva para el sector la han puesto sobre la mesa Fiat Chrysler y Renault, ya que en las últimas horas ha vuelto a especularse con que retomen las negociaciones para su fusión, algo en lo que la japonesa Nissan tiene mucho que decir, al ser socio preferente de la compañía gala. Se espera que en la Junta General de Accionistas de Nissan, que se celebra mañana, se produzcan importantes cambios en el Consejo de Administración de la nipona, lo que podría favorecer la mencionada operación.

Son malas y buenas noticias para un sector que, tal y como explica Juan J. Fernández Figares, director de Análisis de Link Securities, atraviesa por momentos complicados, ya que a la vez de deber afrontar importantes cambios estructurales sus resultados siguen lastrados por la crisis del diésel. Todo ello ha propiciado que las compañías del sector hayan sido muy penalizadas en bolsa en los últimos dos años y coticen en la actualidad con multiplicadores muy bajos en términos relativos históricos.