Al Tesoro de Estados Unidos le preocupa la situación por la que atraviesa la gran banca del país. No es para menos, si tenemos en cuenta que los seis pesos pesados de la industria financiera estadounidense han evaporado el 12% del valor del Dow Jones en lo que llevamos de diciembre. Está siendo el peor último mes del año en Wall Street prácticamente desde la Gran Depresión.
En concreto, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ha mantenido en las últimas horas una serie de contactos telefónicos "individuales" con los consejeros delegados de Bank of América, JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Wells Fargo, Citi y Morgan Stanley.
"El secretario Mnuchin realizó una serie de llamadas hoy a los consejeros delegados de los seis mayores bancos del país: Brian Moynihan, Bank of America; Michael Corbat, Citi; David Solomon, Goldman Sachs; Jamie Dimon, JP Morgan Chase; James Gorman, Morgan Stanley; Tim Sloan, Wells Fargo", confirmó el propio Mnuchin a través de su cuenta oficial en Twitter.
Según sus palabras los banqueros le confirmaron que cuentan con liquidez abundante disponible para conceder préstamos al sector privado (tanto empresas como familias) y para el resto de operaciones necesarias. "También confirmaron que no han experimentado ningún problema de compensaciones o márgenes y que los mercados funcionan correctamente", asegura.
El secretario del Tesoro mantendrá, además, una conversación este lunes con el Grupo de Trabajo sobre mercados financieros del presidente de EEUU, que preside Donald Trump y que incluye al consejo de gobernadores de la Reserva Federal (Fed), a la Comisión del Mercado de Valores (SEC), a la Comisión de Negociación de Futuros y Commodities (CFTC).
"Continuamos viendo un fuerte crecimiento de la economía estadounidense con una robusta actividad de consumidores y empresas", destacó Mnuchin, añadiendo que "con el cierre del Gobierno, el Tesoro desplegará empleados clave para mantener sus operaciones estratégicas".
Limar asperezas entre Trump y Powell
Estos movimientos se producen, además, después de que la Reserva Federal decidiese elevar en un cuartillo de punto los tipos de interés en su última reunión del año, situándolos en un rango entre el 2,25 y el 2,50%. Un movimiento que no ha gustado nada dentro del mercado y que el presidente Donald Trump trató de evitar con mensajes de todo tipo hacia la autoridad monetaria, que ha tenido que salvaguardar su independencia con un mensaje contundente al mercado, también de cara al año próximo.
En 2019 el organismo subirá los tipos dos veces, una menos de lo anunciado previamente, aunque "demasiadas" en opinión del mercado que también esperaba algo más de laxitud ante las fuertes caídas registradas desde octubre y el temor a una desaceleración mayor de lo previsto a nivel global.
Para limar asperezas, The Washington Post asegura que los asesores del líder norteamericano están tratando de organizar un encuentro entre Trump y Jerome Powell, al que el mandatario nombró el pasado mes de febrero para sustituir a la hasta entonces presidenta de la Fed, Janet Yellen.
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