España, en el punto de mira por el 10-N y Cataluña: Bulgaria ya tiene menos riesgo

  • La deuda soberana del Tesoro Público se queda rezagada mientras bajan los diferenciales del resto de países frente al ‘bund’ alemán.
Prima de riesgo.
Prima de riesgo.
L. I.

El aplazamiento del riesgo de un Brexit sin control, la resolución de la crisis política italiana o el enfriamiento de la guerra comercial habían captado hasta la fecha el foco de las preocupaciones de los inversores. Pero la marea de riesgo ha bajado en las últimas semanas: Wall Street cotiza en zona de máximos históricos, mientras que el BCE y la Fed vuelven a salir al mercado con compras de activos y bajadas de tipos. En este contexto, España ha vuelto a situarse como nuevo centro de atención en la escena financiera.

Por un lado, la situación de inestabilidad política por la ausencia de un gobierno estable en Moncloa desde las elecciones de 2015 no ha pasado desapercibida a los ojos de los inversores. Tanto el presidente en funciones, Pedro Sánchez, como la ministra de Economía, Nadia Calviño, han tenido que dar explicaciones en las últimas semanas ante grandes fondos que invierten en España financiando la deuda o respaldando proyectos empresariales o de infraestructuras.

Sin embargo, la gota que ha terminado de inquietar al mundo financiero es la ofensiva independentista y la ola de violencia callejera que azota Cataluña desde que se conoció la sentencia del Tribunal Supremo sobre el ‘procés’. Barcelona, uno de los motores del turismo mundial, se ha convertido en una ciudad en cuarentena tanto para visitantes como para inversores o empresarios que buscan abrir sus negocios allí. En este sentido, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advirtió el martes que “los acontecimientos recientes en Cataluña pueden incidir negativamente, de persistir en el tiempo, en las decisiones de gasto de los agentes privados en España”.

El club de los intereses negativos

La percepción inversora sobre la deuda emitida por el Tesoro Público comienza a sentir las consecuencias de forma todavía leve. La reducción de los diferenciales de riesgo en la mayoría de países del euro tiene una excepción: España. Con la rentabilidad del bono a diez años en el 0,28%, la prima con respecto al bono alemán al mismo plazo se sitúa en los 64 puntos. Sin embargo, otros países europeos han estrechado ese índice a mayor velocidad como Portugal, que sobrepasó a España hace algunas semanas,  y ahora Bulgaria, que ni siquiera forma parte del euro pero ya tiene menor riesgo financiero.

El país balcánico, miembro de la Unión Europea desde 2007 y futuro socio del euro a partir de 2022 -todavía opera con el lev-, se maneja desde el martes con una prima de riesgo de 63 puntos y la rentabilidad de su bono a diez años se sitúa en el 0,27%. De este modo, en las últimas jornadas, la deuda búlgara ha superado a la de Croacia (otro futuro socio de la divisa única) y Malta, que sí está dentro de la eurozona. Hasta ocho países (Suiza, Alemania, Holanda, Austria, Japón, Eslovaquia, Bélgica y Francia) se encuentran sumergidos en territorio de los intereses negativos a diez años, mientras llaman al club otros seis (incluyendo a España) que pagan por su deuda a diez años menos del 0,3%.

La gran preocupación por un Brexit sin control este 31 de octubre se desvanecido y aparca otra fuente de problemas. El futuro de Reino Unido se había convertido un agente de incertidumbre sobre la economía española debido al peso que tienen los británicos en el turismo o a la amplia presencia de empresas españolas como Santander, Iberdrola o Telefónica en Reino Unido.

Sin embargo, este factor ha dejado de cotizar en contra y ahora debería hacerlo a favor. “El riesgo de un Brexit sin acuerdo ha sido virtualmente eliminado, con lo que esperamos que la incertidumbre [del Brexit] continúe disminuyendo. Mantenemos una visión constructiva sobre los activos europeos”, explica Esty Dwek, Head of Global Market Strategy en la firma francesa Natixis IM.

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