Los mercados permanecen atentos al próximo plan de estímulo que prepara el Gobierno de Estados Unidos para hacer su economía más productiva. La Administración de Joe Biden planea invertir 3 billones de dólares para reactivar las infraestructuras, recortar las emisiones de carbono y reducir las desigualdades económicas. Se trata de un plan-público privado que, además, supone una importante oportunidad para muchas empresas, incluidas las españolas. ACS, Iberdrola, Ferrovial, Acciona... son varias las compañías que ya tienen gran presencia en EEUU y ahora podrían incrementar su negocio con la inversión prevista tanto en transportes como en energía.
Este nuevo plan de gasto se destinará por una parte a construir puentes, carreteras e, incluso, aeropuertos, ante la necesidades de la red de transporte del país. Según datos que recoge Bloomberg, el 43% de las carreteras públicas de EEUU están en condiciones deficientes o mediocres, mientras que el 42% de los 617,000 puentes del país tienen al menos 50 años de antigüedad. Este escenario se traduce en proyectos de renovación en los que las constructoras españolas (ACS, Sacyr, OHL, Ferrovial o FCC), ya conocidas en ese mercado, tienen opciones.
Para la constructora ACS, EEUU representa uno de sus mercados más destacados, de donde obtiene el 45% de sus ventas, casi 16.000 millones de euros en 2020. Aunque el porcentaje se incrementa si tenemos en cuenta solo los ingresos de la división de infraestructuras, el 63% proviene de América del Norte. Su relevancia le ha llevado a construir importantes proyectos como el Estadio SoFi, donde se inaugurarán los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028 y que construyó la filial alemana Hochtief, o la renovación de aeropuertos como el de Los Ángeles, Nueva York o Denver.
En 2020 logró cinco adjudicaciones destacadas por valor de 3.350 millones de euros. Entre sus proyectos más recientes, destaca la adjudicación de la renovación del Aeropuerto de Dallas. Flatiron, filial de ACS, logró en febrero un contrato para renovar una de las pistas del Aeropuerto Love Field por 100 millones de euros. Además, el grupo cuenta con otra filial en el país, Turner, y la 'joint-venture' que conforman también logró la adjudicación de la remodelación de la terminal 1 del aeropuerto de San Diego (California) por 1.926 millones de euros.
Ferrovial es otra de las constructoras destacadas y con amplía experiencia en el país norteamericano y cerca del 25% de sus ingresos son dependientes del país. En su informe anual de resultados de 2020, señaló que siguen "prestando mucha atención a las iniciativas privadas". En concreto, a través de su filial Cintra están pendientes de varios proyectos en Georgia, Illinois, Virginia, Colorado y Texas. También cuenta con la filial de construcción norteamericana Webber, con la que la compañía de Rafael del Pino ganaba peso en EEUU hace apenas una semana tras lograr un contrato para la mejora de un autopista por 192 millones de euros.
Por su parte, OHL contó en 2020 con una contratación que ascendió a 2.117,5 millones de euros, de los que el 33,1% corresponde a Estados Unidos. En California la división estadounidense se adjudicó un proyecto viario en el marco de la Autopista 101, en Monterey County, California, de 67,6 millones de euros para Caltrans, el mismo cliente para el que la compañía realiza el proyecto de diseño y construcción de la I-405, el mayor contrato de OHL en Estados Unidos. La filial norteamericana, además, se posicionó entre las veinte primeras constructoras norteamericanas en los rankings Top Domestic Heavy Contractors y Top Contractors by Sector, categoría Transport, elaborados por ENR, según destacó en su informe anual.
La mayor inversión para combatir la crisis climática
La otra pata de esta inversión en infraestructuras es la parte energética. Si el plan de gasto sale adelante, contendría la mayor inversión hasta ahora de Estados Unidos para combatir la crisis climática, un total de 400.000 millones de dólares, según recoge el Washington Post. Esa cuantía financiaría investigaciones sobre el clima, infraestructuras verdes y la instalación en todo el país de estaciones para cargar vehículos eléctricos; y el paquete también incluiría inversiones para construir más viviendas para personas de bajos ingresos. Es decir, un impulso para las compañías dedicadas a las energías renovables, un sector en auge en España.
En ese contexto destaca Iberdrola, que un 30% de su negocio depende de Estados Unidos por la filial Avangrid. La empresa gana peso en el país con el suministro energías renovables y hace unas semanas logró la aprobación de su primer parque eólico marino, Vineyard Wind 1, que contará con 800 megavatios (MW) de potencia. Además, la filial de la española también participa en otros proyectos renovables en el país, como los arrendamientos de terrenos para el desarrollo de hasta 3.500 MW en frente a las costas de Massachusetts y Rhode Island y el proyecto Kitty Hawk Offshore Wind de 2.500 MW en Virginia y Carolina del Norte.
La compañía que dirige Ignacio Sánchez Galán se está viendo beneficiada de la necesidad de energías renovables de Estados Unidos. Recientemente, el parón eléctrico en Texas le permitió "un buen dinero" después de que sus turbinas eólicas mantuvieran su funcionamiento, mientras que mayoría se congelaron en gran parte del estado. Precisamente en Texas y en el estado de Nuevo México está pendiente de completar la compra de la compañía rival que proporciona electricidad PNM Resources. Hace un mes ya obtuvo el respaldo de los accionistas de la compañía y ahora de autorizaciones regulatorias.
Este ola de energías renovables también salpica a Siemens Gamesa y Acciona. La primera se dedica a la energía eólica y su presidente, Miguel Ángel López, valoró como "muy alentadora" la posición de Biden, afirmando que están "en el sector adecuado en el momento oportuno". Por su parte, la división de energía renovable de Acciona es su punto a favor en EEUU. La filial de renovables de la compañía, que saldrá a bolsa próximamente, tiene en el país norteamericano uno de sus mercados destacados con parques eólicos y con plantas solares. Otra compañía española que también cuentan con presencia en el país y que se sumará a la puja por los millones que planea invertir Biden es Naturgy, que aterrizó en EEUU a finales de 2020 con varios proyectos fotovoltaicos y en enero se hizo con la compañía de desarrollo de proyectos renovables Hamel Renewables.
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