"No subestimo a Trump y creo que será reelegido. Es brillante como candidato"

Su visión sobre los mercados y los problemas que los acechan es más bien pesimista. Ariel Bezalel, jefe de estrategia de renta fija de la gestora británica Jupiter AM y gestor del fondo Jupiter Dynamic Bond (con 8.452 millones de euros bajo gestión, acumula una revalorización anual del 7,43%) considera que "todo está alineado" para que se produzca una recesión si no a corto, a medio plazo. Ve probable que Europa entre en una espiral deflacionista si Alemania no adopta un paquete fiscal de calado y descarta que los mercados vayan a curar su excesiva dependencia de los estímulos de los bancos centrales. En su entrevista con La Información nos detalla su estrategia de cara al año que viene y señala entre los riesgos más evidentes para la economía global el frenazo chino o las elecciones en EEUU, donde cree que ningún otro candidato podrá hacer sombra a Donald Trump.

Pregunta: En su opinión ¿Cuáles son los principales riesgos que afrontará el año que viene la economía mundial?

Respuesta: Entre las cosas que nos preocupan está el fuerte deterioro de la confianza empresarial en Estados Unidos, lo que tiene implicaciones en la inversión empresarial en Capex (inversión en el negocio como las fábricas, la maquinaria, los vehículos...) y, más adelante, tal vez de forma inevitable en el mercado laboral de Estados Unidos. El otro gran tema es China y si hay algún tipo de aterrizaje brusco de la economía que pudiera transmitirse a todo el mundo. China ha sido el motor marginal del crecimiento global en la última década y supone la mitad en el caso de los emergentes, que representan hoy el 80% del avance del PIB mundial. La desaceleración que estamos viendo en Europa está motivada por la de China.

P: ¿Y Trump?

R: Además, están las elecciones estadounidenses. Mi escenario base sigue siendo el mismo, a menos que haya una recesión o que el S&P 500 caiga bruscamente. No subestimo a Trump y creo que será reelegido porque se comporta de forma brillante como candidato y es difícil ver a alguien que le plante cara. Eso puede cambiar, sin embargo, a medida que avance el próximo año. Podría haber preocupación sobre un gobierno demócrata dirigido por alguien como Elizabeth Warren que no es tan amigable para el mundo empresarial y que sería, incluso, un oponente más duro para los chinos. Después está Wall Street, con el ciclo alcista más largo de la historia que señala, tal y como está la economía, que ya no deberías asumir tanto riesgo como hace tres o cuatro años, por sentido común. Desafortunadamente, en este entorno de tipos negativos, los inversores están desesperados por obtener algún tipo de rendimiento y eso puede llevar a comportamientos imprudentes.

P: ¿Hay peligro de recesión a corto plazo?

R: No parece que vayamos a tener una recesión pronto. Sin embargo, parece que todo está alineado para que ocurra, si no a corto, a medio plazo. Aproximadamente creo que en un año existe un riesgo real de caer en algún tipo de recesión. En buena medida la desaceleración está llegando por el frenazo de la actividad económica desde China que se ha filtrado a Europa y de forma gradual está llegando a América también.

P :¿Cuánto tiempo más vamos a seguir viendo intereses negativos en la deuda de más alta calidad?

R: Estamos en un mundo realmente extraño. Sabes que hoy prestas al gobierno alemán por 10 años, mantienes los bonos hasta el vencimiento y recibes un rendimiento negativo. Nunca hemos visto algo así en la historia. Hemos tenido hasta 17 billones de dólares en bonos con rendimientos negativos y en las últimas semanas [este volumen] se sitúa entre 11,5 y 12 billones. En realidad, creo que vamos a ver este fenómeno durante bastante tiempo.

P: ¿Qué papel van a jugar los bancos centrales a lo largo del próximo año? ¿Será distinto con Lagarde al frente del BCE?

R: Lagarde es más una política que un banquera central. Ella es abogada de formación y hay muchas esperanzas depositadas en que pueda persuadir al norte de Europa para lanzar un estímulo fiscal. Creo que 'esperanza' es el término correcto, porque los alemanes han dejado muy claro que no tienen intención de romper sus reglas fiscales y hasta ahora han negado la crisis. La economía alemana está bien. No sentimos la necesidad de hacer nada imprudente cuando se trata de política fiscal. Creo que Lagarde realmente va a pelear para lograrlo. Si logra que Alemania apruebe un paquete de estímulo fiscal masivo, entonces el panorama de crecimiento podría mejorar un poco en Europa. Si no, quedará atrapada en una espiral deflacionista por algún tiempo. Y me temo que los alemanes seguirán resistiéndose. Pero creo que es inevitable que muchos gobiernos en todo el mundo vayan a tener que adoptar medidas desde el punto de vista fiscal, también en EEUU. Si se produce algún tipo de crisis los rendimientos de los bonos soberanos profundizarán en el terreno negativo.

P: ¿Reducirán los mercados su excesiva dependencia de los bancos centrales en 2020?

R: ¡Nunca!... [risas]  Ha sido así en los últimos diez años en los que ha habido miles de millones de 'QE' (Quantitative Easing), más de 700 recortes de tipos y aún los bancos centrales no están contentos. Y la razón por la que no lo están es porque en los países desarrollados tienen un objetivo de inflación. Y tanto si se trata del BCE como de la Reserva Federal no han logrado alcanzar ese objetivo de media durante la última década. Además, el mercado se ha vuelto tan dependiente de la intervención continua de los bancos centrales que los inversores realmente tienen esa mentalidad, ya sea que crean que la Reserva Federal o el BCE les respaldan.

P: ¿Han descontado ya los mercados toda la incertidumbre del Brexit?

R: No. Me refiero a que si el proceso se prolongase en el tiempo los activos estarían bajo mucha más presión. El escenario base es que la salida se produzca con algún tipo de acuerdo. Sin embargo, mi preocupación va más allá. Creo que se están subestimando las tensiones y que pueda prolongarse el proceso para llegar a acuerdos comerciales, puesto que eso podría llevar años. Puede que a corto plazo la economía del Reino Unido se revitalice, pero no será así a largo plazo. Con Boris Johnson al frente, las políticas son muy favorables para los negocios y hay muchas medidas que pueden adoptarse, ya sean rebajar los impuestos a las empresas, reducir nuevamente el impuesto sobre la renta o el del timbre, que realmente ha perjudicado al mercado inmobiliario en Reino Unido.

P: ¿Seguiremos viendo tensiones en el mercado del petróleo?

R: El Medio Oriente es siempre una región muy incierta, sobre todo en lo relativo a Irán. El petróleo saudita siempre estará abierto a períodos de volatilidad. Pero una vez dicho esto, lo que me preocupa es que, a pesar de que los iraníes atacaron la instalación saudí de Aramco (la mayor petrolera del mundo) y se produjo un aumento en los precios del crudo, esos precios están bajando nuevamente, lo que evidencia que el crecimiento global es débil. La demanda de petróleo no es muy elevada y para que lo sea necesita un dólar más débil y que se revitalicen los mercados emergentes. Temporalmente eso puede suceder, pero a largo plazo no estoy tan seguro. Además y, a medida que los países se vuelven más cuidadosos en materia climática, su perspectiva a largo plazo empeora.

P: ¿Es la guerra comercial algo más que una batalla arancelaria?

R: Sí, creo que sí. Creo que estamos al comienzo de una guerra fría prolongada entre China y Estados Unidos. Estas dos superpotencias son polos opuestos en términos de estructuras, creencias y se tratan mutuamente con enorme desconfianza. Los chinos creen que los estadounidenses están tratando de hacerlos retroceder. Y los estadounidenses ven a los chinos como una gran amenaza para que el dólar siga siendo moneda de reserva en todo el mundo.

Me parece sorprendente que ni siquiera puedan superar sus diferencias para lograr un primer acuerdo, por lo que creo que será muy difícil que logren pactos más allá. El último movimiento de Donald Trump firmando el proyecto de ley en favor de los derechos humanos en Hong Kong ha llevado a los chinos a amenazar con represalias. De nuevo, eso dañará el tipo de relación que mantienen los dos países.

P: Los fondos de renta fija lo han hecho en general muy bien este año. ¿Cómo se le explica a un cliente que tal vez 2020 puede no ser tan positivo?

R: Los retornos de este año se han visto impulsados por la intervención continua de los bancos centrales, pero también porque tuvimos un cierre del cuarto trimestre bastante decente el año pasado, que los inversores han capitalizado. Jerome Powell pasó de ser agresivo a muy moderado para rescatar de nuevo a los mercados desde principios de este año. Creo que 2020 será difícil para el crédito porque los bancos centrales se han quedado sin opciones. Realmente no tienen mucha más potencia de fuego. Y la deuda corporativa se ha deteriorado constantemente bajo el contexto de desaceleración a nivel global liderada por China. Estamos esperando un retorno positivo sobre el efectivo, pero pensamos mucho en preservar el capital para no perder dinero.

P: Como gestor del fondo Jupiter Dynamic Bond, ¿cuál va a ser su estrategia de cara al año que viene?

R: La mitad de nuestra cartera la tenemos posicionada en bonos del Tesoro estadounidenses a plazos largos, en deuda australiana también con vencimientos largos y recientemente hemos abierto una posición en bonos soberanos a 10 años de Corea del Sur. En última instancia, nos movemos hacia los mercados de deuda soberana donde todavía hay una visión algo positiva. El riesgo de deflación sigue siendo el tema dominante, por lo que creo que las tasas de interés se mantendrán muy bajas durante mucho tiempo. Vamos a poder ver cómo el interés del 10 años estadounidense se reduce aún más a medida que nos acercamos a la próxima recesión, lo que obligará a la Reserva Federal a reducir tipos de forma más agresiva. Ya han recortado las tasas en 75 puntos básicos este año y creemos que habrá algunas rebajas más el próximo año, lo que empujará la curva de tipos estadounidense a terreno negativo.

P: ¿Y qué hay de la otra mitad?

R: La otra mitad de nuestra cartera ha sido muy activa en mercados emergentes en alto grado de inversión. Sobre todo en compañías con las que nos sentimos muy cómodos de cara a recuperar el capital y los cupones. Por otro lado, hay una serie de situaciones especiales en las que creemos que podemos conseguir rendimientos altos en un entorno general de intereses muy bajos. Ahí somos optimistas sobre lo que llamamos 'el tema de la proteína', es decir, la carne de res, de pollo y de cerdo. En China se ha generado un problema estructural a causa de la peste porcina africana, lo que le ha obligado a sacrificar aproximadamente a la mitad de su cabaña para contener la epidemia. Hasta ahora por desgracia no parecen haber tenido éxito.

P: ¿Qué oportunidades ven?

Creemos que este problema podría mantenerse durante dos o tres años. Los precios del cerdo han subido un 100% en el país, que ha tenido que importar carne del extranjero. Por eso estamos comprando bonos de alto rendimiento emitidos por algunos de los principales productores de carne de res, pollo y cerdo en Brasil y Estados Unidos, de los que estamos obteniendo retornos entre el 5% o el 6% e incluso más. Creemos que todavía hay recorrido al alza en todos ellos.

Recientemente, hemos aprovechado además para comprar deuda de Líbano a corto plazo con un rendimiento anual de alrededor del 30 al 40 por ciento. También de Ecuador y de Ucrania. Y hemos visto opciones interesantes en el ‘high yield’ europeo, donde creemos que hay algunas historias bastante convincentes, como el grupo de supermercados francés Casino. Más complicado es el panorama de la farmacéutica israelí Teva, que también ha tenido un comportamiento horrendo en los últimos años, pero que creemos que ahora tiene un modelo interesante y convincente.

P: Le preocupa, entonces, todo ese grupo de emisiones que se mueven entre el grado de inversión y el especulativo. Se lo pregunto por si un deterioro económico pudiera hundir más sus notas.

R: Sí, me preocupa. Recientemente ha sido Janet Yellen, la ex presidenta de la Fed, la que ha expresado su preocupación sobre la nota de la deuda corporativa. También lo ha hecho el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan. Estamos viendo cómo el mercado de la triple ‘B’ en Estados Unidos ha triplicado su tamaño en los últimos diez años y llega a alcanzar los 2,5 billones de dólares. La verdadera preocupación no es que sea un récord, sino que si empezamos a ver una desaceleración económica podría producirse una avalancha de firmas con triple ‘B’ que caen al mercado del alto rendimiento. Serían cientos de miles de millones de dólares difíciles de absorber. Los bancos de inversión simplemente no tendrían capacidad en sus balances para hacerlo. Todo esto nos lleva a adoptar un enfoque muy cauteloso con respecto al crédito en EEUU.

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