Más de 20 millones de confinados

¿Es el dragón tan fiero como lo pintan? El rebrote desluce la recuperación china

El Gobierno de Pekín  ha ordenado el confinamiento de más de 22 millones de personas entre Shijiazhuang, capital de la provincia china de Hebei, que limita con la capital, por el peor brote en 10 meses

Ensayos vacuna China contra coronavirus
¿Es el dragón tan fiero como lo pintan? El rebrote desluce la recuperación china
Xinhua vía Europa Press

El próximo 12 de febrero comienza el nuevo Año Lunar chino, el año del Buey de metal, un animal que representa la diligencia, la confiabilidad, la fortaleza y la determinación. Si algo ha demostrado China a lo largo de la crisis del coronavirus han sido la determinación suficiente para confinar de forma estricta a millones de personas y tratar así de frenar el avance de la enfermedad... sin miramientos, y la diligencia para hacerlo en el menor tiempo posible. Ahora, al dragón transfigurado en buey le toca lidiar con el peor brote de Covid-19 desde julio, justo cuando su economía está a punto de confirmarse como la única entre las grandes a nivel mundial que ha sido capaz de crecer en año de la pandemia. Cómo de robusto ha sido ese crecimiento. ¿Es el dragón tan fiero como lo pintan? 

La segunda economía del mundo pasó de registrar la primera contracción de su PIB en más de cuarenta años entre enero y marzo (del 6,8%), en el peor momento de la crisis sanitaria en su territorio, a superar todas las expectativas en el segundo y el tercero, con un alza del 3,2 y del 4,9%, respectivamente, de acuerdo con los datos que ha ido haciendo públicos la Oficina Nacional de Estadística (ONE). Ahora, organismos internacionales y expertos contemplan un avance por encima del 5,5% entre octubre y diciembre que permita al gigante despedir el año con un crecimiento que rondará el 2%. En Europa un avance como el que se hará público este mismo lunes puede considerarse un éxito, teniendo en cuenta que el mundo viene de lidiar -y sigue peleando- con la peor recesión en tiempos de paz... Pero para el buey simplemente no es suficiente.

La guerra comercial con Estados Unidos abocó a China a registrar en 2019 su menor crecimiento desde los años 90 (del 6,1%). Ese dinamismo ha menguado aún más en el último ejercicio y los resortes que el Gobierno de Xi Jinping había puesto en marcha para impulsar el cambio de modelo económico no terminan de funcionar. El consumo interno no tira como se esperaba de él, la renta disponible no ha recuperado niveles previos a la pandemia y una buena parte de la mejora económica viene nuevamente de las exportaciones (crecieron un 18,1 % en comparación con el mismo mes un año antes, frente al 6,5% de incremento de las importaciones) en un mundo que vuelve a dar signos de agotamiento porque la lucha contra el virus va aún para largo. 

A finales del pasado mes de octubre, el Gobierno de Pekín esbozó las prioridades estratégicas de su nuevo plan quinquenal hasta 2025 en el decimonoveno Comité Central del Partido Comunista. China dejó claro que uno de los principales objetivos era fortalecer el mercado interno volviéndose autosuficiente y menos dependiente de las importaciones de bienes críticos, como los semiconductores, que tantos dolores de cabeza están generando en su disputa tecnológica y económica con Washington. Muchas de las medidas adoptadas por la Administración Trump en contra de China han recibido un fuerte respaldo en el Congreso, también por parte de los demócratas, así que no es evidente que Biden vaya a ser menos beligerante en el fondo (quizá sí en las formas) contra Pekín. 

Las empresas estadounidenses han comenzado a trasladar parte de la producción fuera de China, dando un vuelco a la tendencia de los últimos años

Así, el recrudecimiento de las relaciones entre ambas potencias será uno de los riesgos a los que tendrá que enfrentarse el mercado en próximos meses. "Los últimos movimientos políticos en contra de los intereses chinos y la pandemia están provocando, además, que las empresas estadounidenses estén comenzando a trasladar parte de la producción fuera de China, dando un vuelco a la tendencia que venía produciéndose desde hace unos años", apuntan desde la consultora MacroYield, e inciden en que el sector Tecnología podría ser uno de los más expuestos a este proceso de desconexión entre ambas potencias.

En los últimos meses, China se ha movido para reforzar su posición comercial en el mundo, aprovechando además la transición política en EEUU. Destaca su adhesión a la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el mayor tratado de libre comercio del mundo, donde participan otros 14 países (fundamentalmente de Asia y Oceanía y que abarca aproximadamente el 30% del PIB mundial), pero también el acuerdo de inversiones con la UE firmado a finales de año. "Estos movimientos podrían entorpecer la expectativa de Biden de crear alianzas para frenar el empoderamiento de China", sentencian los expertos de la firma. 

Un nuevo brote pone en alerta al país

En las últimas semanas el Gobierno ha ordenado el confinamiento de más de 22 millones de personas entre Shijiazhuang, capital de la provincia china de Hebei que limita con Pekín y en la que también se ha impuesto el cerrojazo a las ciudades de Xingtai y Langfang; el distrito de Sunyi, al norte de la capital; y en varios pueblos de Heilongjiang, provincia del noreste que tiene frontera con Rusia. Se han reportado algo más de un centenar de contagios en la últimas horas en el que es su peor dato en 10 meses.

Es lógico que las alarmas hayan vuelto a saltar. Este nuevo ataque del virus se produce apenas unas semanas antes de la celebración del Año Nuevo, que da lugar a 3.000 millones de desplazamientos en poco más de un mes -en la que está considerada la mayor migración del planeta- y tiene lugar, además, cuando una misión de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentra en el país para tratar de hallar el origen del virus del SARS-CoV-2. Y a todo lo anterior se suma el hecho de que Brasil haya reportado que la vacuna china que desarrollan Sinovac Biotech contra el virus tiene una efectividad del 50,38%, que es inferior a lo esperado, de acuerdo con los resultados de los estudios clínicos que se han realizado a gran escala en el país suramericano.

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