¿Es momento de coger la ola (monetaria) en bolsa? Las grandes firmas creen que sí

  • JPMorgan y Bank of America coinciden en señalar que el mercado puede dar un giro al alza por el efecto arrastre de los bancos centrales.
Toros de la ganadería salmantina Puerto de San Lorenzo en el primer encierro. /EFE/EPA/JIM HOLLANDER
Toros de la ganadería salmantina Puerto de San Lorenzo en el primer encierro. /EFE/EPA/JIM HOLLANDER

La conversación sobre el riesgo de recesión económica ya se ha hecho popular y ha saltado a los telediarios y medios generalistas. Quizá por este motivo, los grandes brókeres de Wall Street están barnizando de sesgo ‘contrarian’ (a contracorriente) los consejos a sus clientes. Dos firmas de la talla de JPMorgan (JPM) y Bank of America Merrill Lynch (BofAML) ha coincidido en las últimas jornadas en su recomendación de añadir más riesgo, más bolsa, a las carteras antes de los próximo movimientos de los bancos centrales en Europa y EEUU.

"Ahora aconsejamos agregar nuevamente riesgo porque los indicadores tácticos han mejorado. Es cierto que el próximo movimiento [de la guerra] comercial es el comodín de todo esto, pero creemos que la tasa de obstáculos para cualquier desarrollo positivo es bastante baja ahora", señala Mislav Matejka, estratega jefe de renta variable del banco JPMorgan, en un informe citado por Bloomberg.

Los analistas del banco de inversión consideran que la entrada en juego de los bancos centrales -con bajadas de tipos y novedades sobre sus programas de recompras de activos- pueden neutralizar el pesimismo sobre la guerra comercial entre EEUU y China -el grueso de aranceles se aplicarán en diciembre-, así como el Brexit, cuya fecha límite es el 31 de octubre. Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE) de Mario Draghi y la Reserva Federal (Fed) de Jay Powell comenzarán a dominar la atención de los inversores y los flujos del mercado.

“El BCE también puede ver que es necesario abrir una puerta a nuevos recortes para contener cualquier apreciación del euro, como la observada en junio. Esto podría ser aún más relevante si se llega a percibir que la Fed se aleja de los recortes de tipos de ajuste y se adentra en un ciclo de relajación total”, explican los analistas de Bank of America Merrill. Pese al juego de equilibrios entre los distintos miembros del BCE, en la última reunión, Draghi dejó abierta la puerta al inicio inmediato de un gran movimiento de tipos en septiembre.

De hecho, uno de los indicadores más seguidos de la firma de Wall Street ha levantado la bandera de comprar. Se trata del índice inverso de sentimiento financiero Bull & Bear que ha pasado de bajista a alcista tras la salida de dinero de los fondos de bolsa: hasta 200.000 millones de dólares, según la medición recogida en uno de sus informes. También ha dado señal 'contrarian' tras las caídas bursátiles de agosto.

Los principales índices de Wall Street llegan a septiembre con caídas del 1,7% en agosto, mientras que su escalada en lo que va de años se ha reducido sustancialmente. En Europa, las ganancias en lo que va de año brillan prácticamente por su ausencia. El Ibex 35, por ejemplo, se encuentra tan solo un 3% arriba en 2019 después de haber gozado de rentabilidades superiores a los dos dígitos en el primer semestre.

En opinión de los analistas de Barclays Capital, la alta incertidumbre sobre las políticas comerciales entre EEUU y China, el Brexit y otros desarrollos geopolíticos continúan lastrando la perspectiva económica y financiera global. “Aunque el flujo de noticias volátil deja espacio para el optimismo, creemos que los patrones hasta ahora reivindican nuestro escepticismo sobre la probabilidad de acuerdos repentinos para el comercio entre EEUU y China, o el Brexit”, explica Christian Keller, economista jefe en el banco británico.

Los indicadores económicos todavía registran un tono mixto, aunque los relacionados con el comercio internacional aventuran un clima económico sombrío en los próximos meses. Con este escenario por delante, Barclays pronostica una bajada de tipos de 10 puntos básicos y la reactivación del programa de compras de activos en 2020 una vez que se haya consumado el relevo de Mario Draghi por Christine Lagarde.

“Es natural que la alta incertidumbre y una imagen de crecimiento bifurcada dejen espacio para interpretaciones divergentes: pesimistas, instando a una acción política decidida, y aquellas que prefieren esperar hasta que los resultados reales se vuelvan más claros”, añaden. Entre las opciones que siguen sobre la mesa del BCE se encuentra el inicio de un programa de compras de activos que salga de los bonos públicos y privados convenciales para explorar otras áreas como la deuda convertible o, incluso, la propia bolsa.

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