Riesgo de recesión

¿Cuándo subir tipos? Los escenarios del BCE para no llegar tarde como en 2018

El Banco Central Europeo todavía no ha puesto fecha a la subida de los tipos de interés, que se mantienen en negativo, mientras que la Fed ya aplicó en marzo el primer alza ante el incremento de la inflación. 

Guindos y Lagarde trabajan en el próximo movimiento restrictivo del BCE.
Guindos y Lagarde trabajan en el próximo movimiento restrictivo del BCE.
Kienhoangle / Lemrich / BCE

Una vez asimilado que la subida de los tipos de interés parece inevitable en la zona euro por la elevada inflación, el Banco Central Europeo (BCE) debate el momento de la subida. "Algún tiempo después" del fin del programa de compras, es la referencia que emitió la presidenta Christine Lagarde sobre la primera subida de tipos. Sin embargo la concreción sobre la fecha exacta y el ritmo, es clave para la economía de la Eurozona. El BCE tiene en su mano marcar el rumbo antes de que las consecuencias del escenario actual se agraven y la normalización llegue tarde por el riesgo de recesión. Los tipos negativos -el interés principal se sitúa al 0% y la facilidad de depósito al -0,5%- se mantienen desde 2014 y no se endurecieron ni siquiera en 2018, cuando la Fed lo hizo para evitar que la economía de EEUU se recalentara. 

El temor ahora es a retroceder. Si el BCE apenas ofrece una subida de 25 puntos básicos hasta diciembre, el escenario más lento, existe el riesgo de que "la desaceleración del crecimiento del crédito y la fuga de capital fuera de la eurozona le obligue a reiniciar las compras netas de activos, combinadas con nuevas operaciones de refinanciación a largo plazo específicas", destaca un informe de ING. 

Sobre esta situación, la firma de inversión Rentamarkets afirma, en declaraciones que recoge Europa Press, que uno de los "problemas que más miedo da" es que el BCE "cometa los mismos errores que se han podido cometer y vuelva a entrar en otro 'policy mistake', después de aquel que cometió en 2018 no pudiendo normalizar tipos". Así, Ignacio Fuertes, socio y director de inversiones de la firma, señala que "cuando tienes inflaciones elevadas y la política monetaria sigue siendo muy acomodaticia, al final se produce una devaluación monetaria", algo que ya ha ocurrido en Turquía o en Japón en las últimas semanas. 

Ante este riesgo, los analistas de ING ven como escenario base una subida de tipos de 25 puntos básicos en septiembre, una vez finalizado el programa de compras de bonos en el segundo trimestre, y añadiría otros 25 puntos básicos en diciembre. "En este escenario, el BCE hará una clara distinción entre la normalización de la política, es decir, poner fin a las compras netas de activos y las tasas de depósito negativas; y el endurecimiento de la política, es decir, aumentar los tipos para llevarlos a un nivel más neutral".

La elevada inflación en la zona euro, que en marzo ya alcanzó el 7,4%, podría obligar al BCE a un camino más 'agresivo'. Si las compras finalizan el próximo mes de junio, la primera subida de tipos podría producirse en julio (+25 puntos básicos) y otra similar en septiembre. Según las previsiones que estudian desde ING, dado que las decisiones del BCE están condicionadas a sus proyecciones, el banco central también "podría empezar a subir los tipos con un movimiento de 50 puntos básicos en septiembre". En cualquier caos, en este escenario, con la crisis de suministros y energética aún sin solucionar, la normalización monetaria llevaría los tipos al 2% en 2024

Este situación no es descartable. Este jueves, el vicepresidente Luis de Guindos dejó la puerta abierta a subir los tipos en julio siempre que las próximas previsiones de junio y la evolución de los datos lo respalden: "Desde la perspectiva de hoy, julio es posible y septiembre, o más tarde, también es posible". En la misma línea se han pronunciado el gobernador belga Wunch, el alemán Joachim Nagel y el letón Martins Kazaks. Incluso, Wunch llegó a afirmar que el BCE podría situar sus tipos de interés por encima de cero antes de finales de año, lo que ha llevado a los mercados de tipos a prever tres subidas de 25 puntos básicos por parte del BCE este año. Lagarde, por su parte, reiteró que habrá que esperar a junio para actuar.

Las previsiones condicionan la evolución del euro frente al dólar

A la espera de cuál sea el camino elegido por el BCE, la cotización del euro frente al dólar cotiza con vaivenes tras una caída superior al 4% desde enero. Los últimos comentarios de la autoridad monetaria de la zona euro dan un ligero impulso a su moneda. Esta semana acumula tres subidas consecutivas, pero aún es insuficiente para recuperarse del mínimo desde mayo de 2020 que marcó la semana pasada tras la reunión de política monetaria. El euro sigue por debajo de los 1,09 dólares y su debilidad del euro "se suma a los riesgos al alza de la inflación e implica que un tipo de interés de depósito negativo podría dejar de ser necesario", destaca Silvia Dall'Angelo, analista de Federated Hermes. 

En un comentario de ING, los analistas afirmaban que "gran parte del endurecimiento del BCE ya tiene un precio y preferimos respaldar el dólar este año. Dudamos que se mantengan las ganancias a corto plazo del EUR/USD cercanas o superiores a 1,10". Aún así, en 2023, creen que las expectativas de relajación de la Fed podría hacer que el dólar cambie y el EUR/USD finalice el año en 1,15.

Los intentos de 'remontada' de la moneda europea frente a la estadounidense se ven diluidos ante las expectativas de una política monetaria más agresiva por parte de la Reserva Federal de EEUU (Fed). La tendencia bajista del euro se extiende desde 2021, cuando la Fed ya empezó a anticipar una subida de tipos. 

El banco central estadounidense, con Jerome Powell al frente, realizó su primera subida de tipos desde 2018 en marzo y prevé continuar haciéndolo en las próximas reuniones, con alzas que pueden llegar a los 50 puntos básicos según descuenta parte del mercado y confirmó el propio Powell este jueves durante el encuentro con Lagarde. "Diría que habrá 50 puntos básicos sobre la mesa para la reunión de mayo", vaticinó. La posición agresiva del estadounidense contrasta con la adoptada por Lagarde, que instó a esperar a las previsiones económicas de junio del BCE para actuar.

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