España no es un país de grandes compañías en bolsa. El afamado del Ibex 35 -que juega un papel de todopoderoso en el imaginario colectivo- es cada vez más pequeño y menos importante en el contexto europeo. Pese al ‘ascenso’ de Iberdrola, la reciente expulsión del índice Stoxx 50 de la operadora Telefónica y el banco BBVA volverá a reducir el peso español en el índice que agrupa a las empresas más importantes en bolsa de la Unión Europea (UE), incluyendo a británicas (libras) y suizas ( francos).
Los cambios, que serán efectivos el próximo 23 de septiembre, vuelven a poner de manifiesto que la bolsa española sigue perdiendo peso en el contexto europeo. Stoxx, propiedad de Deutsche Boerse y Six Group, elabora los índices de bolsa europea más seguidos del mundo: el Eurostoxx 50, que agrupa solo a las empresas que cotizan en euros, y el Stoxx 50, incluyendo a británicos y suizos, son sus buques insignia.
Según los datos recopilados por ‘La Información’, el peso de las empresas españolas en este último índice se ha desplomado un 35% desde julio de 2017 hasta representar apenas el 3,3% del Stoxx 50. Junto a Iberdrola se mantiene en el índice Santander, el único representante en este exclusivo club del que no forma parte la textil Inditex. Solo en los últimos doce meses, España ha bajado su ponderación una quinta parte, del 4,2% al 3,3%. Reino Unido, Suiza, Francia, Alemania y Holanda se sitúan por delante en la clasificación por país del índice.
El peor comportamiento relativo de las empresas españolas en bolsa contrasta con el buen momento de Francia, cuyas empresas han disparado su peso un 29% en dos años gracias al buen momento de la empresa de lujo Louis Vuitton (LVMH) o la petrolera Total. Están a punto de alcanzar a Suiza, que cuenta con un peso del 20% en el índice Stoxx 50 gracias a gigantes de la alimentación como Nestlé o las farmacéuticas Novartis y Roche.
A la cabeza del indicador se encuentra Reino Unido pese a los efectos del Brexit y la depreciación de la libra esterlina. Sus empresas suponen el 29%, casi un tercio, del Stoxx 50, aunque han perdido peso en los dos últimos años. Las británicas aguantan gracias a la que mayoría son negocios globales y muy expuestos a los ingresos en dólares como las petroleras BP o Royal Dutch Shell o la farmacéutica AstraZeneca.
El índice Stoxx Europe 50 fue creado en 1998 con la puesta en marcha del euro y tiene 50 componentes que cotizan en euros, libras y francos suizos. Su composición está ponderada por la capitalización de sus componentes con un máximo del 10% del índice por valor. Salvando las distancias es, junto al Eurostoxx 50, el equivalente al famoso Dow Jones, que agrupa a las 30 empresas más poderosas de Wall Street.
Entre los motivos de la debilidad de la bolsa española en el contexto europeo se encuentra la alta exposición al negocio bancario y la falta de tamaño, en general, del mercado español. Las empresas que componen el Stoxx 50 valen en conjunto 4,2 billones de euros o 3,7 billones si se tienen en cuenta solo las acciones que cotizan libres o ‘free float’. En contraposición, las 35 del Ibex apenas alcanzan los 551.000 millones de euros de valor conjunto (o 450.000 millones, según su free float).
El índice de referencia del parque español está registrando en los últimos meses un proceso de metamorfosis. Las seis energéticas (Repsol, Naturgy, Endesa, Enagás, Red Eléctrica e Iberdrola) han superado a los seis bancos (Santander, BBVA, Bankinter, Sabadell, Bankia y Caixabank). Según los datos de agosto, el peso de las 6 compañías energéticas del Ibex 35 se eleva hasta el 25,9% de ponderación, 3,2 puntos o un 14% más que en el inicio de 2019. En cambio, los 6 bancos han visto caer su peso del 27,5% al 24,3%. Mientras tanto, las telecomunicaciones languidecen pese a que por primera vez hay 3 representantes del sector en el índice (Cellnex, Másmóvil y Telefónica).
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