Gran demanda

España se une a la fiesta de los 300.000 millones de los 'bonos verdes' europeos

El Tesoro Público llega a este mercado, tras las experiencias de Alemania, Francia o Italia, que permite financiar una "amplia" variedad de programas medioambientales.  

Los bonos verdes representan la mitad de las emisiones sostenibles o ISR.
Los bonos verdes representan la mitad de las emisiones sostenibles o ISR.
Geletneky / Pixabay

España ha sido el último país europeo en sumarse al mercado de bonos verdes y lo hizo con un amplio respaldo: 60.000 millones de euros de demanda para una emisión de 5.000 millones. Cada vez más inversores apuestan por proyectos que tengan un impacto positivo en el medio ambiente, lo que ha disparado la demanda en los últimos años. Europa es consciente y apuesta por estas emisiones -que a veces se pagan con prima pese a tener el mismo riesgo de impago- con un volumen que alcanza los 300.000 millones de euros para los próximos años. 

La primera emisión española de bonos verdes fue un aperitivo ante la demanda inversora. Se emitieron 5.000 millones de euros, pero la intención de alcanzar un nivel de liquidez de 20.000 millones a largo plazo con sucesivas reaperturas, según señaló hace un año el secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos San Basilio. Los títulos, con un vencimiento de 20 años, salieron este martes con un interés de seis puntos básicos más que el bono de referencia español con vencimiento en octubre de 2040. Además, se pagará un cupón anual del 1 % y se han vendido entre inversores institucionales y particulares a través de varias entidades colocadoras: Barclays, BBVA, Credit Agricole, Deutsche Bank, JP Morgan y Santander.

El auge del interés por los proyectos sostenibles hace que la demanda supere con creces la oferta. Y no solo en España. La emisión española llega con retraso, ya que la intención era realizar la primera emisión en la segunda mitad de 2020, pero el retraso en los presupuestos y la pandemia obligó a retrasar la fecha. Durante ese periodo, otros socios del euro -Alemania, Francia o Italia- ya lograron financiación con un amplia respaldo. En total en lo que llevamos de 2021 los países de la zona euro han emitido más de 28.000 millones de euros en bonos verdes. 

El último en iniciarse fue Italia, que emitió en marzo 8.500 millones de euros en bonos verdes a 24 años -con una prima de 12 puntos básicos -y captó una demanda de 80.000 millones de euros. Francia y Alemania, con más experiencia, lanzaron este año su segunda y tercera emisión por valor de 7.000 millones y 6.000 millones, respectivamente. Por su parte, Países Bajos también ha recaudado en 2021 1.720 millones con su programa de bonos verdes.

Todos estas emisiones superan los 20 años de vencimiento, salvo las de Alemania. "Los prestatarios soberanos tienen una fuerte preferencia por vender bonos verdes con vencimientos largos", destacan los analistas de ING. La apuesta no es casual. Además de coincidir mejor con los usos a largo plazo de los ingresos por parte de los prestatarios, los vencimientos a largo plazo son "un reflejo de una mejor demanda de los inversores por el sector". El Gobierno alemán es la excepción. Sus primeras emisiones fueron con un vencimiento de 5 y 10 años por un valor conjunto de 11.500 millones. Además, en los próximos meses prevé nuevas emisiones de bonos verdes también a menor plazo, 10 años. 

El volumen total de bonos verdes emitidos en euros supera los 300.000 millones de euros si tenemos en cuenta las emisiones en los últimos años y las previstas. Francia fue pionera en 2017 tras emitir bonos verdes con un vencimiento a 22 años con lo que recaudó 7.000 millones. Aún así, no ha vuelto a repetir a este año. A él le siguieron Países Bajos y Alemania con emisiones en 2019 y 2020 y con más previstas para los próximos meses. A ellas se unirá la primera emisión de Reino Unido a finales de este mes.

Pero, la mayor emisión correrá a cargo de la Comisión Europea, que ha anunciado su primer bono verde para el próximo mes de octubre, a la que sucederán otras nuevas durante los próximos cinco años. En total prevé emitir 250.000 millones de euros desde ahora a 2026, convirtiéndose en el "mayor emisor de bonos verdes del mundo". El lanzamiento de estos bonos realizan en el contexto del fondo de recuperación, del que representan el 30% de la emisión total (806.000 millones de euros). "El marco brinda a los inversionistas en estos bonos la confianza de que los fondos movilizados se asignarán a proyectos ecológicos y que la Comisión informará sobre su impacto ambiental", afirmó la Comisión en un comunicado. 

La UE y sus estados miembros representan ya un 50% del mercado mundial de bonos sostenibles, que alcanzó un valor de 1,1 billones de euros en 2020. A finales de ese año, las emisiones de bonos verdes habían sumado 850.000 millones de euros y las de bonos sociales se acercaban a 170.000 millones.

Los proyectos de inversión verde superan los 13.600 millones

Los bonos verdes son títulos de deuda clasificada como Inversión Socialmente Responsable (ISR o ESG, por sus siglas en inglés) con una característica que les distingue: deben justificar un uso con impacto medioambiental. Así, la financiación obtenida servirá para invertir proyectos con un impacto medioambiental positivo, entre otros, la construcción de instalaciones renovables, la eficiencia energética, el transporte limpio o una correcta gestión de residuos.

Según los ministerios implicados, en España se han identificado proyectos de inversión verde por un importe superior a los 13.600 millones de euros. Los ingresos obtenidos de estas emisiones se destinará a gastos "alineados con los objetivos medioambientales" incluidos en los Presupuestos Generales del Estado, aunque, de acuerdo al programa de bonos verdes del Reino de España, quedarán excluidos los gastos financiados por otras administraciones, como por ejemplo la Unión Europea.

Lo recaudado en esta primera emisión de bonos verdes del Tesoro se destinará en su mayoría -más del 70%- a impulsar el transporte limpio, en especial el ferrocarril. Mientras, cerca de un 12% de los fondos se utilizarán para mejorar la gestión del agua y los residuos. Otros inversiones financiadas a través de estos fondos son para proteger la biodiversidad, la adaptación al cambio climático o para extender las energías renovables. 

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