¿Están listos los mercados para que no haya acuerdo comercial de EEUU y China?

Las cinco claves de la guerra comercial entre China y EEUU
Las cinco claves de la guerra comercial entre China y EEUU
Pixabay

Una delegación estadounidense iba a viajar esta semana a China para poder seguir negociando lo que parecía un primer acuerdo inminente entre las dos superpotencias hacia la paz comercial. Sin embargo, el presidente de EEUU, Donald Trump, torpedeó esta posibilidad cuando advirtió de que el acuerdo con Pekín podría posponerse más allá de las elecciones presidenciales de noviembre del año que viene en su país. Esa aseveración y las amenazas de nuevas tasas a Brasil, Argentina y Francia han dado un giro de 180 grados a las perspectivas en torno a este conflicto y llevan a preguntarse si los mercados están realmente preparados para que no haya un acuerdo comercial.

El ambiente "se ha enrarecido" después de que Trump firmara la ley que respalda las protestas en Hong Kong, pues China ha amenazado a EEUU con represalias, al considerar que esta ley (aunque podría resultar finalmente solo simbólica) supone una injerencia sin justificación en la soberanía de China. Sin embargo, los analistas y expertos consultados no ven probable que Hong Kong vaya a resultar siendo la causa de que se firme o no el acuerdo, "porque las causas económicas resultarán más acuciantes para China", apuntan desde la consultora de análisis de mercados, MacroYield.

En principio, en el mercado había calado la idea de que solo la expectativa de nuevos aranceles el próximo día 15 de este mes podría incentivar a ambas potencias a ponerse de acuerdo. De no hacerlo tampoco, las represalias de China podrían centrarse en lo diplomático, como inclusión de compañías estadounidenses, ya amenazadas, en listas negras; limitaciones a la exportación de tierras raras o reticencias en la cooperación en la aplicación de sanciones a Corea del Norte.

Si entran en vigor los aranceles previstos a finales de la semana que viene, EEUU habrá elevado tasas prácticamente a todas las importaciones procedentes de China. Los productos incluidos en el último paquete no se eligieron por casualidad, pues son los que impactan en mayor medida en el consumidor y, también en la competitividad de las compañías estadounidenses. Son productos de consumo final (textil, juguetes, accesorios o mobiliario de hogar) o productos electrónicos cuyos componentes se fabrican en EEUU y se ensamblan en China para volver de nuevo a EEUU (como los iPhone).

Notable aversión al riesgo

Una subida de tasas a este segmento "podría desatar una considerable aversión por monedas y activos de riesgo", apuntan desde el broker Monex Europe. Desde la gestora francesa Natixis IM, recuerdan además que dos sectores que ofrecen un respaldo sustancial a Trump en sus posibilidades de ser reelegido son, precisamente, los de agricultura y el industrial, por lo que es de suponer que el líder estadounidense se preocupará si los vaivenes comerciales empiezan a afectarles, tal y como apunta su responsable de Estrategias de Mercado, David Lafferty.

Según cálculos realizados por el PIIE Research (Peterson Institute for International Economics), la práctica totalidad de los productos que están amenazados este mes habrían sido fabricados por filiales extranjeras que operan en China. En el caso del gigante asiático tampoco es casual que haya dejado para el final posibles represalias contra el sector de los autos y los componentes estadounidense, muy dañado y al que Trump se ha propuesto proteger, puesto que es especialmente sensible para EEUU.

Desde el banco privado suizo UBP ven "aconsejable" que China emplee el periodo de cierta tregua para acelerar la restructuración de su economía puesto que no descarta que el enfrentamiento se reanude tras las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. En la gestora AXA AM fijan, de hecho, la desaceleración en China como una de los factores que puede desestabilizar la economía mundial el año que viene. "Empezó antes de la guerra comercial y continuará después, incluso aunque se resuelva el conflicto", apuntan.

Es una tesis muy extendida. Tanto, que Giacomo Barisone, director de Finanzas Públicas de Scope no descarta que en el período previo a las elecciones estadounidenses volvamos a asistir a una escalada de la tensión entre Washington y Pekín "que podría perjudicar a las cadenas mundiales de suministro".

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