El shock de los 70

La estanflación sigue en el aire: cómo la historia ha demostrado que se evitará

La amenaza de recesión y alta inflación se han dado la mano en medio de una crisis energética que evoca los peores momentos de los años 70 y cuya solución en los 80 tardó en llegar.

Wall Street
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Agencia EFE

Las acciones en auge, los salarios y los precios en plena escalada en Estados Unidos y, por primera vez en décadas, la inflación estaba en el aire. ¿Suena de algo este clima? Es lo que sucedió en la década de los 70 y principios de los 80. Un periodo recordado por la estanflación y por un shock en el mercado del petróleo que tardó en darse la vuelta. Algo muy parecido a lo que ocurre en la actualidad. Sin embargo, la historia ha demostrado que se le puede dar la vuelta al fenómeno.

¿Qué ocurrió entonces y que pueda servir de aprendizaje? En medio de una serie de medidas monetarias y fiscales, el periodo comprendido entre 1968 y 1983 fue conocido como la Gran Inflación, con un aumento del IPC en Estados Unidos del 186%, o 7,3% anual, entre ese periodo. Dos crisis energéticas obstaculizaron la economía estadounidense, elevando la tasa de desempleo al 8,2% en 1975 y al 10,8% en 1982, incluso cuando los precios seguían subiendo. Esta fue una fase que estranguló económicamente a muchas familias y empresas del país.

El episodio fue “el mayor fracaso de la política macroeconómica estadounidense en el período de posguerra”, según apunta Jeremy Siegel, profesor emérito de finanzas de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania y autor del estudio de mercado seminal Stocks for the Long Run.

Hoy, la estanflación está nuevamente en el horizonte. La inflación, provocada por el gasto posterior a la pandemia, está en su nivel más alto en cuatro décadas y es posible que la economía ya esté en recesión. Las acciones de Wall Street están en un mercado bajista, las rentabilidades de los bonos están aumentando y las criptomonedas se están derrumbando. Solo el desempleo ha seguido en niveles bajos, sobre el 3,6%.

La lección de los 70

Los últimos años han sido bastante difíciles. La década de los 70 fue 15 años en esa tónica. Afortunadamente, el presidente de la Fed, Paul Volcker, dejó una guía para evitar lo peor de los daños en lo que llamó “la lección de la década de 1970”.

¿Qué enseñanzas se pueden extraer? Al igual que con el repunte de precios que tenemos en la actualidad, la Gran Inflación comenzó con una economía en marcha, sobrealimentada por los recortes de impuestos de 1964 y el aumento del gasto tanto en la guerra (Vietnam) como en la paz (la Gran Sociedad). El IPC alcanzó el 3% en 1966, cuando algunos medios norteamericanos hicieron saltar las alarmas.

Cuando llegó el momento de poner fin a la fiesta de la inflación, William McChesney Martin, presidente de la Fed por aquel entonces se mostró reticente a aumentar los tipos de interés o limitar la oferta de préstamos. ¿Por qué? Porque la desaceleración de la economía podría controlar la inflación a costa de aumentar el desempleo, lo cual era políticamente inaceptable. Martin y su sucesor, Arthur Burns, siguieron los pasos de los presidentes Lyndon Johnson y Richard Nixon, respectivamente.

“Todos en el campo saben muy bien que el presidente [Nixon] quiere que los tipos se mantengan bajos”, dijo el secretario del Tesoro, John Connally, en 1971, cuando los tipos de interés estaban al 5,75%. Las tasas seguirían un patrón de altibajos a lo largo de los años 70.

Los funcionarios de la Fed creían en la Curva de Phillips, que teoriza que existe una relación inversa estable entre la inflación y el desempleo. Manejar la economía algo sobrecalentado, según el pensamiento de la época, mantendría bajo el desempleo.

No obstante, los críticos advirtieron que la inflación persistente podría perpetuarse. A medida que los trabajadores buscaron aumentos salariales, las empresas elevaron los precios para igualar los costes laborales, lo que desencadena una espiral de subida de salarios y precios. Esto es lo ampliamente conocido como los efectos de segunda ronda.

La respuesta de Nixon fue establecer una serie de controles de salarios, precios y alquileres (entre otras medidas), en su mayoría reprimió los precios hasta que se levantaron de nuevo. Y luego vino la primera crisis del petróleo. El embargo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de 1973 hizo que los precios del crudo subieran un 300% en meses.

El programa voluntario Whip Inflation Now del presidente Gerald Ford de 1974 se convirtió en un brindis al Sol cuando las acciones se hundieron y comenzó la recesión. En resumen, la economía estaba fuera de control y el gobierno se había quedado sin ideas. Como resultado: la revolución política que llevó a Ronald Reagan a la presidencia.

Volcker, entonces presidente de la Fed, restringió la oferta monetaria y elevó los tipos de interés por encima del 19%. Esto provocó una recesión doble, pero la inflación y el desempleo cayeron con el tiempo. Hoy, el presidente de la institución monetaria estadounidense, Jerome Powell, parece entender la lección de los años 70. “No estamos tratando de provocar, y no creemos que tengamos que provocar una recesión”, dijo al Comité Bancario del Senado el 22 de junio. “Pero sí creemos que es absolutamente esencial que restablezcamos la estabilidad de precios, de verdad en beneficio del mercado laboral tanto como cualquier otra cosa”, añadió.

Si la Fed no reaccionó a la inflación tan rápido como algunos esperaban, Siegel dice que actuó lo suficientemente pronto como para limitar el daño. El experto apunta que espera que la inflación disminuya dentro de un año y que experimentaremos un aterrizaje más suave que el diseñado por Volcker. La historia ya se está escribiendo.

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