PIB golpeado por la pandemia

La Fed pone en cuarentena su previsión en pleno debate sobre los estímulos

Aunque la opinión mayoritaria entre los miembros del FOMC es más conservadora y descartan hablar de momento de 'tapering', ya hay quienes han puesto sobre la mesa esta posibilidad

Jerome Powell es presidente de la Fed.
Jerome Powell es presidente de la Fed.
Fed / L. I.

La batalla sanitaria y económica contra el coronavirus arrecia en Estados Unidos. El país suma más de 25,1 millones de contagios -uno de cada cuatro de cuantos se han contabilizado en todo el mundo- y más de 419.000 fallecimientos, la nueva ola del virus no da tregua y sus perspectivas a corto plazo se vuelven más sombrías. Esto, pese a que la nueva Administración Biden está más alineada con la Reserva Federal (Fed) en el enfoque sobre cómo abordar las consecuencias económicas de la pandemia, y pese a que la mayoría (por la mínima) obtenida por los demócratas en el Senado permite albergar un cierto optimismo en lo que a contundencia en la respuesta fiscal a la crisis se refiere.

Todo apunta a que el presidente de la Fed, Jerome Powell, insistirá mañana en la idea de que hay que mantener los actuales esfuerzos de manera indefinida y en que no es el momento de plantearse cómo ni cuándo hay que abordar la retirada de estímulos -conocida como 'tapering'-. Pese a que son minoría, ya hay algunos miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) que han puesto esta posibilidad sobre la mesa -reducir la magnitud del apoyo monetario antes de final de año-, e incluso que han llegado a plantearse adelantar la subida de los tipos oficiales a finales del año que viene.

Es el caso, por ejemplo, de Raphael Bostic (de la Fed de Atlanta), quien ha apuntado a esta posibilidad en un escenario económico muy optimista y que no es marco base sobre el que trabaja el organismo. Y es también el de Robert Kaplan (Dallas) que se ha mostrado partidario de aumentar las tasas si el paro cae por debajo del 4% en 2023, incluso si la inflación se mantiene por entonces por debajo del objetivo fijado. En diciembre, el IPC avanzó dos décimas en EEUU, hasta el 1,4% interanual, debido sobre todo al repunte de los precios de la energía. La inflación subyacente -que excluye la energía y los alimentos frescos- se mantuvo estable en el 1,6%.

Sin embargo, la opinión mayoritaria entre los miembros del FOMC es más conservadora. Las 'halcones' Esther George (Kansas City) y Loretta Mester (Cleveland) no ven razón alguna para plantear un giro en la estrategia de política monetaria en este momento; y la opinión de James Bullard (Fed de St. Louis) es similar. Otros dos de los pesos pesados del banco central, también abrazan esta tesis, puesto que Richard Clarida (vicepresidente de la Junta de Gobernadores) ha incidido recientemente en que la nueva estrategia no implicará ningún cambio en los tipos mientras la inflación no suba al 2% o más durante al menos un año. Mientras que Lael Brainard considera probable que las compras de activos continúen al ritmo actual "durante bastante tiempo".

Está el hecho de que el propio Powell ha venido incidiendo en que es muy prematuro abrir un debate sobre una posible normalización de la política monetaria. Los inversores confían así en que la entidad estadounidense vuelva a mostrar su apoyo incondicional a la economía del país, si bien no descartan que el mensaje sobre las perspectivas económicas sea algo menos optimista que el de la reunión anterior. Esto, pese a que en la última reunión del emisor el Congreso del país aún no había dado luz verde al plan de estímulo de 900.000 millones de dólares aprobado el 21 de diciembre; y a que Biden aún no había anunciado su intención de sacar adelante de inmediato un nuevo paquete por valor de 1,9 billones.

Un cuarto trimestre marcado por la nueva ola

El próximo jueves la primera economía del mundo publica su dato de PIB del cuarto trimestre y todo apunta a que el crecimiento se moderó al entorno del 4,1% (desde el 33,4% al que rebotó entre julio y septiembre), lo que dejaría la tasa anual ligeramente en negativo. Hay quienes elevan incluso ese cálculo. Es el caso de Gilles Möec, economista jefe de AXA IM, que prevé que la actividad avance a una tasa anualizada del 5,5% en el cuarto trimestre del año pasado. Esto en cuanto al crecimiento. En lo que respecta al desempleo, la tasa se ha mantenido estable en el 6,7% de la población en edad de trabajar. En la semana del 9 de enero, las nuevas solicitudes de desempleo aumentaron bruscamente (en 181.000 a casi un millón) en un salto que se atribuyó a la nueva ampliación de los subsidios de desempleo dirigidos a las personas cuyos beneficios expiraron.

Todo apunta así a que la Fed seguirá con su política acomodaticia mientras no se preocupa por la inflación y un dólar que continúa depreciándose, provocando mayor apetito por los activos de riesgo. Según Javier Molina, portavoz del bróker eToro en España, "mientras expectativas y realidad no difieran mucho en el futuro, esta situación puede prolongarse en el tiempo". Advierte, sin embargo de que "si algo empieza a no cuadrar será la volatilidad la que le sirva de señal de alarma y, en ese caso, tocará escuchar lo que la realidad nos muestra". 

Mostrar comentarios