Por la crisis de la Covid

La Fed hace de reina en el tablero de EEUU a las puertas de las elecciones

Cuando el banco central ha desplegado sobre el tablero sus movimientos más agresivos para hacer frente a la recesión, su potencia de fuego ya no es la misma y estos pueden revelarse incluso ineficaces 

La Fed hace de reina en el tablero de EEUU a las puertas de las elecciones
La Fed hace de reina en el tablero de EEUU a las puertas de las elecciones
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Tipos en mínimos históricos, en un rango entre el 0 y el 0,25%, billones de dólares en circulación creados de la nada -sólo en 2020 ha incrementado su balance en más de 3 billones de dólares, para superar ya los 7,15 billones en octubre-, intervenciones en los mercados de financiación bancaria a corto plazo, compras de activos ilimitadas, facilidades de liquidez para el crédito a empresas... La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha desplegado sobre el tablero sus movimientos más agresivos para hacer frente a la mayor recesión en tiempos de paz a causa de la pandemia de coronavirus. Rápida, como en 2008, y contundente. 

Sin embargo y en unos mercados sobreestimulados desde la pasada crisis financiera, la potencia de fuego del banco central con sus nuevas medidas ya no es la misma y hay temor, incluso, a que puedan revelarse ineficaces a medida que vaya pasando el tiempo. Es ahí donde entra en juego la batalla electoral del próximo 3 de noviembre. Que Donald Trump repita o Joe Biden le arrebate la presidencia no tendrá en principio un efecto material sobre la política del organismo. Sin embargo, el resultado electoral sí que puede permitir a la Fed pisar el freno y recalcular su estrategia para centrar el foco allí donde puede ser más efectiva. 

Si el resultado de las presidenciales permite a los demócratas recuperar la Casa Blanca y controlar el Congreso (es decir, un escenario en el que Biden sea elegido presidente y los azules retengan la Cámara de Representantes y se hagan con la mayoría del Senado, conocido como 'ola azul'), aumentaría la probabilidad de que se apruebe casi de inmediato una legislación de estímulo fiscal suficientemente potente para frenar los efectos de la pandemia. Los demócratas han dado luz verde a su plan de 2,2 billones de dólares (1,5 veces el tamaño de la economía española) y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha dejado claro que si Biden sale elegido no esperarían a su toma de posesión el próximo mes de enero para sacar adelante estas ayudas.

"Después de muchos años en que la institución que preside Jerome Powell ha desempeñado un papel predominante en el apoyo a la economía, debido a la ausencia general de una respuesta fiscal sustancial, ese cambio podría permitir que la autoridad monetaria diera un paso atrás en su postura de estímulo excesivamente agresiva y permitiría que algunas medidas keynesianas ayudaran a la economía real de manera más eficaz, como el fomento de la creación de empleo y la inversión empresarial", apunta Matthew Benkendorf, CIO de Vontobel Quality Growth.

"Una 'ola azul' permitiría a la Fed dar un paso atrás en sus estímulos excesivamente agresivos" 

A la Fed se la ha venido criticando los últimos años por su incapacidad de estimular la inflación. El hecho es que la atonía de los precios ha sido una de las consecuencias más duraderas de la crisis financiera que arrancó en 2008 pero no sólo ha afectado a la primera economía del mundo, como bien saben en la zona del euro. El banco central estadounidense dio un giro de timón en verano con el nuevo objetivo medio de inflación que anunció Jerome Powell a finales de agosto. Por primera vez en cuatro décadas prioriza la situación del empleo a la contención de los precios y sólo comenzará a endurecer la política monetaria cuando haya señales reales de inflación.

Cuando el futuro presidente de EEUU acceda al cargo quedarán menos de dos años de mandato de Powell, que ha sido destino de ataques continuados por parte de Trump (fue él quien lo nombró), en un intento sin precedentes por influir en las decisiones del organismo e instarla a bajar tipos para seguir dando gas al periodo de expansión más largo de cuantos se recuerdan para la primera economía del mundo y Wall Street. Eran, eso sí, tiempos pre-Covid, en los que el mandatario tenía puesto el foco en su batalla comercial y tecnológica contra China, que se mantiene ahora con estocadas esporádicas en medio de la crisis sanitaria. Porque el país, con más de 8,4 millones de contagiados y más de 223.000 muertos, según los últimos datos publicados por la OMS y la Johns Hopkins University (JHU), se encuentra en plena pelea interna con la segunda ola del virus y sus efectos económicos. 

Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas, reconoce a La Información que, pese a que la Fed va a seguir haciendo todo lo necesario, no tiene muy claro que sus medidas vayan a ser el mismo resultado de antaño, es decir, "que lo que los economistas llamamos impacto marginal o adicional de últimas medidas siga siendo tan efectivo como fue hace diez o doce años, que sí que tuvo un gran impacto". Incide Carbó en que esta crisis es de otra naturaleza y en que la actividad no puede recuperarse sólo con estímulos monetarios y tipos de interés más bajos, pese a que es cierto que son necesarios. "Sí que creo que van a seguir haciendo cosas complementarias a lo que están aprobando porque la pandemia va para largo, también en EEUU", sostiene.

Mejores expectativas para la recuperación en EEUU

Los analistas y expertos no terminan de ponerse de acuerdo sobre la forma e intensidad de la recuperación, pero sí que parecen tener claro que las expectativas son muy distintas para EEUU y Europa. Una evidencia de ello está, según Philippe Waechter (de Ostrum - Natixis IM), en cómo se ha ampliado el diferencial entre el bono a diez años estadounidense y el Bund alemán. Lo ha hecho de 20 a 30 puntos básicos desde principios de este mes. Este hecho refleja, a su juicio, "expectativas divergentes" entre ambas áreas, en particular "sobre la capacidad de reactivar la economía" cuando el riesgo de epidemias está regresando con fuerza en Europa.

Es en este contexto en el que los inversores parecen sentirse más cómodos con la ventaja que los sondeos dan al que fuera vicepresidente con Barack Obama -oscila entre los 16 puntos que la da la publicada por CNN a los 8 puntos que le otorga la del New York Times-.  Tanto es así, que las preocupaciones de los votantes sobre el aumento de los impuestos a las empresas por parte de una Administración Biden y el endurecimiento de la regulación "han sido relegadas por el momento" para dar paso a "una prioridad más grande" como es el hecho de que el demócrata y los suyos tomen "el control de la pandemia", destaca Chris Iggo, CIO Core Investments de la gestora francesa AXA IM.

Así y en los mercados bursátiles, tras los rendimientos negativos del mes de septiembre, la bolsa estadounidenses "se ha recuperado este mes, superando la rentabilidad de las acciones europeas" , un fuerte desempeño que "ha sido impulsado por el consenso de un barrido demócrata", además de por "la llegada del estímulo fiscal en 2021, el despliegue de una vacuna a principios del próximo año y la creencia de que la Reserva Federal mantendrá los tipos sin cambios", incluso si hay una inflación más alta.

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