Fitch no se fía de Italia y de sus tensiones políticas y cree que la economía irá a peor

  • La agencia de calificación confirma la nota de solvencia 'BBB' con perspectiva 'negativa' de Italia y le preocupa la incapacidad para gobernar. 
Fitch
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DIPUTACION DE ALAVA

La agencia de calificación crediticia Fitch no termina de fiarse del Gobierno italiano y de la convulsa actualidad en el país transalpino. Los problemas no dejan de acumularse en Roma y las diferencias políticas entre los socios de Gobierno solo ahondan en la inestabilidad. Por todo ello, ha confirmado este viernes la nota de solvencia 'BBB' con perspectiva 'negativa' de Italia, y ha advertido de una forma muy especial sobre la incertidumbre en todo el tejido económico que provocan las "tensiones políticas" del país.

En concreto, Fitch alerta sobre la "incertidumbre política" que provoca el Gobierno de coalición presidido por Giuseppe Conte y sobre la "posibilidad creciente de elecciones anticipadas a partir de 2019" por las "marcadas diferencias ideológicas" entre el Movimiento Cinco Estrellas y la Liga Norte.

La agencia espera en Italia una cierta relajación fiscal que expondrá a la deuda pública del país a "potenciales shocks". "Los riesgos a la baja de nuestro pronóstico fiscal han aumentado desde marzo, en parte por las considerables diferencias políticas entre los socios de la coalición", asegura la calificadora de riesgos.

Por todo ello, Fitch señala varios factores que podrían afectar nuevamente a la calificación del país de no ser corregidos, como perspectivas débiles de crecimiento del PIB, políticas que afecten negativamente a las políticas fiscales o sucesos adversos en el sector bancario que aumenten los riesgos de las finanzas públicas.

Todo ello, la constante renuencia de los diferentes representantes del Gobierno italiano hacia todo lo que significan políticas comunes, desde las dudas sobre el euro, que tuvieron que aclarar una que no pretenden abandonarlo, hasta los choques en torno a la política de inmigración. Las diferencias entre Bruselas y Roma son tales que hasta después de la tragedia de Génova se produjo un agrio enfrentamiento entre el Ejecutivo italiano y el comunitario porque se llegó a culpar de las políticas europeas de restricción de gasto a la falta de mantenimiento de las infraestructuras. 

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