Cada vez más personas se unen al mundo 'fitness' y apuestan por hacer deporte y mantener una vida saludable. Si caminas por cualquier parque verás a gente corriendo, montando en bicicleta... o directamente dentro de un gimnasio que, por lo general, suelen estar abarrotados de gente y presentes en cualquier barrio de una gran ciudad.
Peloton, una empresa estadounidense fundada en 2012, conocía este escenario pero ha decidido ir un paso más allá y apostar a la revolución 2.0 del 'fitness'. ¿El motivo? Apostaba por crear una experiencia de clases de spinning con la comodidad de que tuvieran lugar en nuestra propia casa y así, según señala la compañía, "paliar esas dificultades para encontrar un entrenamiento que se ajuste constantemente a nuestros horarios".
La empresa, uno de los grandes unicornios de Silicon Valley, hizo un mecanismo gracias a la avanzada tecnología que existe en Estados Unidos. Por un lado, compras una bicicleta estática o cinta y, a través de un servicio de suscripción (similar al de Netflix) accedes a miles de clases filtradas por tipo, instructor, duración... Además, tienen un calendario de actividades en el que ves tu progreso deportivo, pero si no quieres comprar la máquina en cuestión siempre puedes recurrir a la opción de la suscripción y gozar de las clases dirigidas por un instructor gracias a la app de la compañía y hacer deporte al aire libre.
Los precios de este tipo de servicios no son baratos, pero sí muy cómodos al permitir hacer deporte en casa como si estuvieras en una comunidad, rodeado de gente. Es decir, combina el mundo físico y digital para crear una experiencia 'fitness' nueva, inmersiva y conectada. La bicicleta estática, con toda la tecnología de vídeo para realizar las clases, cuesta unos 2.245 dólares (2.025 euros) y la suscripción mensual es de 39 dólares al mes, unos 35 euros. De ahí que muchas voces de Wall Street la bauticen como el el 'Netflix del spinning', su deporte más practicado.
El éxito de la compañía es notable ya que cuenta con 1,4 millones de usuarios, ha facturado unos 915 millones de dólares en el último año y ha obtenido un beneficio de 195 millones. Además, las cifras podrían ir a más puesto que prevé su desembarco bursátil el 26 de septiembre en Wall Street con el objetivo de acelerar su internacionalización al estar presente solo en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
El tamaño de la compañía es significativo ya que se prevé que tenga una capitalización de mercado de cerca de 7.650 millones de dólares, unos 6.895 millones de euros, por lo que tiene un valor entre Mapfre y Bankinter. No obstante, la empresa estadounidense saltará al mercado colocando 40 millones de acciones, a un precio de entre 26 y 29 dólares por título, por lo que se estima un valor de 1.100 millones de dólares para dicho paquete.
El potencial del negocio es evidente y mueve mucho dinero. Un informe de la International Health, Racquet & Sportsclub Association mostraba como el número de personas que estaban apuntadas a los gimnasios era de 183 millones de personas en todo el mundo, de los cuales 62 millones estaban en Estados Unidos, principal mercado de Peloton. Claro síntoma del potencial que tiene la compañía.
La compañía tiene claro qué hacer con el dinero que obtendrá de salir a los mercados: darse a conocer y expandirse por más países. Peloton destaca en su folleto de salida a bolsa remitido a la SEC que "el bajo conocimiento de la marca en nuestros mercados internacionales hará que nos expandamos a medida que hagamos más inversores para darnos a conocer, tanto a nivel marca como producto. Por tanto, nos expandiremos más allá de nuestros países actuales a medida que desarrollemos nuevos productos y contenidos".
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