En derechos especiales de giro

El FMI sale al rescate de los países más vulnerables en pleno rebrote de la Covid

El organismo tiene actualmente en su radar otras opciones viables que permitan canalizar voluntariamente Derechos Especiales de Giro (DEG) de los países miembros más ricos a los más pobres 

El FMI alerta de que España es el único país de Europa que no mejora su previsión de caída
El FMI sale al rescate de los países más vulnerables en pleno rebrote de la Covid
Ángel Martínez | EFE

Todos a una. Grandes bancos centrales, gobiernos y organismos internacionales amplían el arsenal de medidas extraordinarias, monetarias y fiscales, para apuntalar la liquidez mundial en plena expansión de la nueva variante Delta de la Covid-19. El último en hacerlo ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con una decisión que pone el foco en los países más vulnerables. El ente dirigido por Kristalina Georgieva ha aprobado esta semana una asignación de derechos especiales de giro (DEG) equivalente a 650.00 millones de dólares, una cifra histórica.

Todo suma y todo aporta a la red de seguridad que las grandes instituciones económicas mundiales han tejido desde marzo del año pasado para atajar la mayor recesión en tiempos de paz. La Reserva Federal de Estados Unidos ha doblado su balance por encima de los 8,22 billones de dólares -con datos hasta el pasado 26 de julio-; el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón (BoJ) o el de Inglaterra (BoE) han seguido el mismo camino. Liquidez a expuertas y barata que se ha visto complementada por la acción de los gobiernos e instituciones (los 750.000 millones de euros del Next Generation europeo son un buen ejemplo de ello, como también los planes sucesivos aprobados por la Administración Biden). Ahora el FMI saca otro de sus ases en la manga. 

El DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros. Hasta el momento se ha asignado a los países miembros un total 204.200 millones en DEG (el equivalentes a alrededor de 293.000 millones de dólares), estos incluyen 182.600 millones asignados en 2009 a raíz de la crisis financiera. Su valor se basa en una cesta de cinco monedas: el dólar estadounidense, el euro, el renminbi chino, el yen japonés y la libra esterlina. Todas tienen que cumplir el requisito de pertenecer al FMI o a una unidad monetaria y ser uno de los cinco principales exportadores del mundo; y el de que se trate además de monedas de libre uso.

La asignación de estos derechos proporciona liquidez y complementa las reservas oficiales de los países miembros, como sucedió en mitad de la pasada crisis. No son ni una moneda ni un crédito, sino que representan un derecho potencial frente a las monedas de libre uso de los países miembros del FMI y puede canjearse por ellas, de ahí su importancia en el caso de los países más pobres. 

Más medidas en el radar del organismo

La propia Georgieva ha destacado que "la asignación de DEG beneficiará a todos los países miembros, abordará la necesidad de reservas a escala mundial y a largo plazo, generará confianza y promoverá la resiliencia y estabilidad de la economía mundial", pero además ha hecho hincapié en esta idea de que la medida ayudará a los países miembros más vulnerables que están luchando contra los estragos de la crisis provocada por la Covid-19". A ellos irán a parar en concreto alrededor de 275.000 millones de dólares de la nueva asignación, que entrará en vigor el próximo 23 de agosto. 

Ésta potente medida no es la única posibilidad con la que el organismo cuenta y, de hecho, tiene actualmente en su radar otras opciones viables que permitan canalizar voluntariamente DEG de los países miembros más ricos a los más pobres y vulnerables, para apoyar su recuperación de la pandemia y para que logren un crecimiento resiliente y sostenible. 

Una de las posibilidades sería, de hecho, que los primeros distribuyan voluntariamente una parte de sus DEG para ampliar los préstamos a los países de bajo ingreso que pueden acceder a través del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (FFCLP) del FMI. Es una opción que no implicaría el pago de interés alguno. El Fondo también podría considerar promover un nuevo Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad que, según el organismo facilitaría "un crecimiento más resiliente y sostenible a medio plazo".

Previamente, el organismo capitaneado por Georgieva había proporcionado financiación sin condiciones a 78 países emergentes y en desarrollo en préstamos relacionados con la pandemia. Estos préstamos habían alcanzado los 109.600 millones de dólares a finales de mayo. De ellos, el 77% eran Instrumentos de Financiación Rápida (IFR) y Facilidades de Crédito Rápido (FCR) sin condiciones. Desde Vontobel AM ponían en valor recientemente cómo, pese a que los países con rentas medias y bajas solo recibieron un tercio de esta cantidad, en realidad fueron los más beneficiados en términos de Producto Interior Bruto (PIB).

Mostrar comentarios