Cotización a derribo

Fridman se frota las manos en Dia por la apatía del minoritario con la ampliación

El desplome de la cotización de los derechos de la ampliación de capital dineraria revela la desgana de los minoritarios ante una operación que aplasta al accionista con el canje de deuda.

Dia afronta su segundo canje de deuda con Letterone en dos años.
Dia afronta su segundo canje de deuda con Letterone en dos años.
Europa Press

No va más. La ‘macroampliación’ de capital de Dia encara su segunda semana en los mercados con una conclusión: hay una estampida de los inversores minoritarios. Los derechos para suscribir las nuevas acciones se desplomaron este miércoles un 62%, hasta 0,0026 euros cada uno, y acumulan un 'crash' del 90% desde el precio de referencia de 0,0288 euros en que comenzaron a cotizar el 13 de julio. El desinterés por reinvertir en Dia entre los pequeños inversores era previsible debido a la drástica dilución a la que Letterone, dueño del 75% del capital, vuelve a someter al accionista.

La apisonadora de Letterone volverá a achatarrar el capital como ya hiciera en 2019 con el canje de préstamos participativos por acciones. En esa ocasión, el fondo de Mijaíl Fridman cambiará bonos cotizados por nuevos títulos después de haberse dedicado durante 2020 a acaparar este tipo de deuda y ejecutar este sofisticado movimiento. La ampliación de 1.027 millones de euros supone la emisión de 51.400 millones de nuevas acciones a 0,02 euros cada una, unos términos a medida de los deseos del mayor acreedor y accionista de la empresa.

La operación consta de dos tramos: uno en especie de 769,2 millones de euros reservado para la deuda con Letterone (Fridman) y otro, dinerario, de 258,6 millones para los minoritarios. Este es el que está cotizando ahora en mercado con los derechos y que requiere aportar más dinero a la empresa. La huida de los inversores abre la puerta a que el fondo de los rusos pueda participar en el segundo tramo de la ampliación de capital si no se suscribe del todo y, por tanto, pueda elevar su participación de control en Dia.

Son necesarios 13 derechos para comprar 100 títulos nuevos a 0,02 euros cada uno. Según estos términos, solo hace falta pagar 0,037 euros para poder comprar 100 acciones por 2 euros, es decir, 2,037 euros en total. Por tanto, el acceso a la ampliación a través de la ventana de los derechos todavía es más caro, a pesar del desplome, que comprar las acciones viejas en bolsa, que cotizan en 0,0239 al precio de cierre del miércoles. Fuentes financieras explican a ‘La Información’ que este es un síntoma inequívoco de la falta de interés en participar en la ampliación pese a la dilución de no hacerlo.

Para Luis Amaral (Western Gate) y Gregory Bontoux (Naturinvest), los dos únicos inversores institucionales conocidos en Dia al margen de Letterone, la debacle se debe a los mensajes confusos que está lanzando la compañía en medio de la ampliación y culpabilizan al “cuestionable” anuncio de ‘profit warning’ de Dia respecto a sus objetivos financieros de mayo de 2020, momento en el que el grupo registró un repentino y temporal boom de ventas debido a los confinamientos por la Covid-19. 

"Por un lado, obliga al accionista minoritario a hacer un esfuerzo considerable, si no quiere tener una dilución desmesurada, pero a la vez, la propia compañía lanza un mensaje doblemente negativo, puesto que por un lado ahuyenta a los inversores con una corrección de resultados en plena campaña de ampliación de capital, y por otro, indica que la implementación del plan de negocio también corre peligro si no acuden los minoritarios”, criticó Naturinvest (Bontoux) a través de un comunicado que fue suscrito por Western Gate (Amaral) en otra nota dirigida a los medios.

Tanto Amaral como Bontoux han expresado su intención de acudir a la ampliación en proporción a sus respectivas participaciones, ambas sin definir porque son inferiores al 3% del capital que les obligaría a revelar a la CNMC su posición en Dia. De hecho, el luso nunca ha revelado oficialmente cuántas acciones tiene, mientras que el francés vendió parte de ellas a mediados de junio antes del inicio de la operación, como publicó ‘La Información’. Según la visión de ambos empresarios, “si se logra mantener aproximadamente un 25% en manos de los minoritarios todavía puede mantenerse cierto control en la gestión”.

El llamamiento para hacer piña frente a Letterone llega demasiado tarde, según los expertos. Tanto Bontoux como Amaral entraron en Dia en 2019 con la intención de formar un frente alternativo al fondo de los rusos, pero fracasaron en el intento pese a que contaban con el visto bueno del anterior equipo gestor y los bancos acreedores. Dos años después, Fridman y sus socios (Piotr Aven, Andrei Kosogov y German Khan) controlan el 75% del capital y la totalidad de la deuda sin contar los préstamos bancarios.

El fondo de Fridman tiene todas las de ganar en Dia una vez que promedie a la baja el coste de adquisición de sus acciones por debajo de 0,05 euros. De los 51.400 millones de nuevos títulos que emitirá la empresa de supermercados en apenas tres semanas, 38.447 millones de acciones están reservadas en BBVA, el banco agente, a nombre de Letterone. Además, si la ampliación de capital fracasa como parece, el fondo podrá ejercer su derecho a suscribir ese tramo de la operación. Oficialmente, Letterone se comprometió a no iba a participar aunque dejó abierto el camino si los minoristas no suscriben con 256 millones de euros la ampliación. El dilema es complejo. Se enfrentan a una dilución del 25% al 3,7% del capital de Dia de no hacerlo, aunque de acudir seguirán a merced de los rusos. 

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