El 11,4% de Cherkizovo

Fuertes dispara el valor de su inversión en la mayor cárnica rusa por el rublo

Los dueños de El Pozo, que elevaron su posición accionarial en su socio en enero, han visto como el valor de su inversión se hundió al inicio de la guerra para ahora vale más del doble de lo que han invertido.

Rafael Fuertes (i), presidente de Grupo Fuertes, junto a su tío José en las instalaciones de Cherzikovo en Tambov (Rusia).
Rafael Fuertes (i), presidente de Grupo Fuertes, junto a su tío José en las instalaciones de Cherzikovo en Tambov (Rusia).
L. I. / Archivo / Cherkizovo

En vísperas de la guerra de Ucrania, Grupo Fuertes, dueño del gigante alimentario El Pozo, realizó un movimiento de carácter defensivo en Rusia. Para evitar el riesgo de las inversiones directas e ilíquidas en ese país por las crecientes tensiones geopolíticas en la región, la firma acordó disolver la empresa conjunta que tenía con su aliado ruso Cherkizovo y se convirtió en accionista de referencia a cambio mediante un canje accionarial. 

Ahora esa operación ha cobrado un valor inesperado gracias a la subida vertical del rublo, la moneda original de la inversión. Tras caer un 45%, la divisa rusa sube un 200% desde sus mínimos históricos frente al euro y alcanza su tipo de cambio más alto desde octubre de 2014.

Grupo Fuertes y Cherkizovo mantienen una alianza estratégica desde hace más de una década. Se concretó con la puesta en marcha de un ambicioso proyecto para la cría y manufactura de productos de pavo para su venta en el mercado de Rusia, Oriente Medio, Egipto y China. 

La ‘joint venture’ al 50%, Tamboskaia Indeika, se constituyó en la región de Pervomaiski (Tambov) y permitió extender los vínculos entre ambos conglomerados gracias a la experiencia española para desarrollar una proyecto similar a su actividad con Procavi.

Pero el pasado 20 de enero, la empresa murciana recibió 3.600 millones de rublos (38 millones de euros al cambio de ese día) en acciones de Cherkizovo por su 50% en la filial Tamboskaia. De esta manera sumó un 2,5% del capital adicional de la matriz. Fuertes elevó su participación accionarial desde el 8,6% al 11,12% y, después, el grupo murciano compró en mercado un 0,28% más hasta totalizar un 11,4% de su aliado ruso.

La inversión total de la empresa de la familia Fuertes asciende a unos 100 millones de euros. Esta participación se construyó con adquisiciones en 2015, 2017 y ahora en 2022. El valor de esos títulos (11,4% de Cherkizovo) se ha disparado y vale el doble según su cotización actual en bolsa. En concreto, cerca de 230 millones de euros (12.700 millones de rublos), 80 millones más que al inicio de la guerra.

El presidente del holding español, Rafael Fuertes, es miembro del consejo de administración de la compañía rusa desde hace un lustro. Cherkizovo es la mayor inversión en la cartera de participadas de Grupo Empresarial Fuertes por delante del 6,3% (100 millones de euros) que posee en Sacyr.

La mayor cárnica de Rusia no ha desaprovechado la ocasión para seguir incrementando su negocio gracias a la salida del país de otras empresas extranjeras. Atria, multinacional finlandesa de procesamiento de alimentos, cerró un acuerdo con Cherkizovo para venderle su negocio de comida rápida en el país, denominado Sibylla Rus. La transacción, a precios de derribo, se saldó con un pago de unos 8 millones de euros (450 millones de rublos).

La multinacional murciana no se ha pronunciado sobre la visibilidad de su permanencia en el país, pese a que ha pasado de tener una presencia industrial a un interé meramente financiero. El riesgo desatado por la guerra unilateral de Rusia sobre Ucrania ha puesto bajo los focos las inversiones de las empresas europeas. La ola de sanciones de EEUU y la Unión Europea sobre el comercio con Rusia y los activos en el exterior han tenido represalias por parte del Kremlin tanto en energía como en el sector agroalimentario.

En 2014, tras la anexión de Crimea a Rusia, el Gobierno de Putin aplicó sanciones en el comercio agrícola y ganadero en represalia a las sanciones de la Unión Europea. Ahora también lo ha hecho cortando casi por completo los suministros en el corredor rusoucraniano, encareciendo la producción de piensos en toda Europa y en aquellos productos elaborados con harinas que se fabrican a partir del grano de la región.

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