Al borde de los 3 euros

La fusión de Caixa-Bankia dará 'acceso' al Estado a Telefónica a precio de saldo

El canje accionarial con Bankia colocará al FROB como socio indirecto del 4,9% del capital de la operadora que tiene Caixabank, su principal activo patrimonial fuera del negocio bancario.

El presidente de la Fundación La Caixa, Isidre Fainé, con Pedro Sánchez
Isidro Fainé, presidente de Criteria, con Pedro Sánchez y José María Álvarez-Pallete.
 | EFE

El baile de la fusión entre Caixabank y Bankia es cuestión de dinero pero también de poder. El canje accionarial de ambos grupos bancarios y la definición de la futura cúpula directiva eclipsan el principal escollo de la operación: el premio que recibirá el Estado por la pérdida de control de su 61% en Bankia, saneado y con pingües beneficios en estos últimos siete años bajo la dirección de José Ignacio Goirigolzarri. También queda por establecer la compensación a Criteria Caixa, principal accionista de Caixabank con el 40% de las acciones, que verá diluida su posición en el nuevo grupo.

Lo que parece cada vez más claro es que el Gobierno se quedará como socio de la nueva entidad, como publicó 'La Información' el 4 de septiembre, para maximizar la recuperación de las ayudas públicas inoculadas a Bankia. De este modo, el Estado tendrá una posición indirecta en Telefónica a través de la nueva Caixabankia. Se trataría de un regreso, ya que la operadora fue privatizada en los años noventa con una OPV  a un precio cercano a los 19 euros por acción, aunque ahora cotiza en torno a los 3,3 euros.

La Caixa, primero a través de la extinta caja de ahorros, luego el holding Criteria y ahora el banco Caixabank, ha mantenido presencia en el capital de Telefónica desde los años 80. El Estado vendió la mayoría de las acciones que mantenía con la OPV del 21% del capital en febrero de 1997. Con aquella operación ingresó más de 3.700 millones de euros a una valoración de 18.000 millones, idéntica a la que tiene ahora Telefónica en bolsa. La operadora acumula una caída en 2020 del 45% en el parqué y cotiza a niveles de los años 90 en términos de capitalización bursátil.

El escenario central de la fusión entre Caixabank y Bankia se articula alrededor de un canje accionarial que, proforma, colocaría a Criteria Caixa con el 30% del nuevo grupo y el FROB, con cerca del 15%. Más allá de esto, ambas entidades están negociando ajustes, ya que está previsto que el FROB reciba una prima por la pérdida de control de Bankia, que ya le ha reportado 3.300 millones de euros entre venta de acciones y dividendos desde 2015. Ese sobreprecio puede traducirse en un aumento de su peso en el nuevo banco.

El nuevo banco heredará dos puestos en el consejo de administración de Telefónica y uno de los dos puede cambiar con los nuevos accionistas. Actualmente, el grupo catalán está representado por Jordi Gual, en calidad de presidente de Caixabank, e Isidre Fainé, como presidente de Criteria Caixa, de la Fundación La Caixa y vicepresidente de la operadora.

Criteria, el comprador de 'telefónicas'

El holding es un firme candidato a recuperar el paquete de Telefónica que ya tuvo si Caixabank lo vende como parte de la fusión, según fuentes financieras. En este sentido, la operadora es uno de los activos más flexibles a la hora de cambiar de manos dentro del grupo. No hubo comentarios del banco y la operadora. Según informa 'Europa Press', que cita contratos internos, Caixabank tendría que compensar a Criteria y la Fundación La Caixa en concepto de "costes de ruptura" si su participación baja del 30% en el banco fusionado, aunque no se detalle el importe de esta contraprestación.

El comportamiento de uno y otro ha ido con Telefónica ha ido en direcciones opuestas en los últimos tiempos. Criteria, propiedad al 100% de la Fundación La Caixa, lleva comprando acciones de Telefónica en mercado desde 2018 y tiene ahora el 1,3%. Caixabank mantiene el 4,9% pero se diluyó con el último pago de dividendo en acciones al cobrar en efectivo en lugar de los títulos. La Fundación La Caixa, como matriz de ambos, agrupa el 6,2% de la teleco.

En cualquier caso, el holding que dirige Fainé tomará el control del nuevo banco para facilitar la salida del Estado. Caixabankia cuenta con un capital de máxima calidad de 29.600 millones de euros y un ratio de solvencia CET 1 del 13,3% frente al 12,4% de Caixa y el 15% de Bankia, tras el cambio de última hora en su perímetro de activos de riesgo. Además, el nuevo grupo tendrá una cartera de deuda pública conjunta de 70.000 millones de euros, de los que la mayor parte son a su vez bonos del Tesoro Público. Esto le convierte a su vez en uno de los principales inversores en deuda estatal.

Depreciación, dividendos y derivados

Pese a que cotiza a precio de saldo, el 4,9% de Telefónica sigue siendo pieza de 'caza mayor' para los protagonistas de la fusión debido a su potencial de revalorización. Ese porcentaje vale en bolsa 882 millones, un 45% menos del valor que tenía en los libros de Caixabank (1.617 millones) al cierre de 2019. Esto provocará, de nuevo, ajustes por deterioro de la participación en sus próximas cuentas con cargo a su patrimonio. En 2018, el banco que dirige Gonzalo Gortázar valoraba estas acciones en 1.905 millones, frente a los 2.109 millones de 2017 y los 2.280 millones de 2016.

La depreciación en apenas cinco años del paquete de Caixabank en la operadora se eleva a 1.400 millones, aunque ha tenido compensaciones relevantes. Por ejemplo, más de 500 millones en dividendos que ha cobrado en este periodo y las plusvalías obtenidas con la operativa bajista (cobertura contable) con derivados financieros desplegados entre julio de 2017 y abril de 2018 (59 millones); y de julio de 2019 y marzo de 2020 (174 millones).

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