Más cerca de los 200 euros/MWh

¿Gas-agedón? Putin y el invierno sumen a Europa ante el peor de los escenarios

La reducción del bombeo de gas natural desde Rusia, con la sospecha de la actuación del Kremlin para presionar a Europa con el Nord Stream 2, volvieron a desatar el pánico en el mercado del Viejo Continente.

Gas natural
La central de generación eléctrica con gas de Drogenbos (Electrabel).
EFE

Europa da la bienvenida al invierno en plena espiral inflacionista del gas natural, que volvió a dispararse hasta otro récord intradía este martes. El precio de este hidrocarburo en el mercado holandés -la referencia europea- se sitúa actualmente en máximos históricos a merced de las inclemencias meteorológicas, pero, en especial, en las últimas semanas se agrava por la dependencia energética con Rusia. El Kremlin mantiene el pulso a Europa y EEUU por el enfrentamiento en Ucrania a través del gas natural. Como consecuencia, su precio se aproxima cada vez más a los 200 euros/MWh, un nivel que pondría en riesgo su suministro en el Viejo Continente por su elevado coste. 

El Title Transfer Facility (TTF), que marca el precio de los contratos de los futuros europeos de gas natural para entrega en enero de 2022, pulveriza todos los récords: máximo histórico y máximo intradía. Este martes se disparó más de un 20% después de que se notificara un menor bombeo de gas natural desde Rusia  y superó durante el día los 175 euros/MWh, que según destacan los analistas equivale aproximadamente a los 330 dólares por barril en el mercado del petróleo. De esta manera, el TTF en el año ya se multiplica por más de 10. El 'rally' de precios también se traslada a otros mercados como el Mibgas ibérico, que cotiza en 148,44 euros/MWh, frente a los 21 euros que marcaba al inicio del año.

Los flujos de gas a través del gasoducto Yamal-Europa, una de las principales rutas para el suministro a Europa, fueron el último punto de conflicto que tensionó los precios. La empresa pública rusa Gazprom dejó de reservar capacidad y se inició el bombeo en dirección contraria, de Alemania a Polonia. Un portavoz del Kremlim aseguró que fue una cuestión comercial, sin embargo la sospecha sobre la 'mano' del Kremlin detrás de esta decisión no desaparece. El corte se produce mientras Rusia espera la aprobación del Nord Stream 2 y en pleno enfrentamiento por una posible invasión de Ucrania.

Putin aprovecha la 'baza' de la dependencia energética de Europa para hacerse fuerte frente a la OTAN, pero también aprovecha para disparar sus ingresos ya que más del 90% de las exportaciones de gas ruso son de Europa. Sin embargo, las relaciones están un punto límite por el conflicto en Ucrania y Rusia podría perder este mercado. En este escenario el visto bueno del Nord Stream 2 es clave. El gasoducto que promueve Gazprom por el Báltico está pendiente de recibir la certificación de la Agencia Federal de Redes alemana, pero antes podría verse afectado por las sanciones europeas a Rusia por su actuación en Ucrania.

La escalada de tensión con Rusia ha terminado de disparar los precios en Europa, pero el Viejo Continente también se ve afectado por otros factores que propician el peor de los escenarios. El frío aumenta la demanda energética en medio de la transición energética que impulsa el gas natural. Debido a la inestabilidad de las energías renovables, se hace uso del gas en las plantas de ciclo combinado frente al carbono que emite más CO2. 

De nuevo una tormenta perfecta incluso peor que la registrada en octubre, mientras los Gobiernos no han encontrado todavía alternativas. El coste del gas natural es, junto al precio de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2), uno de los factores clave que impulsan el precio de la luz, disparado ya hasta los 360 euros/MWh en España y en el resto de países la situación es incluso peor. Todo ello -reflejado en la inflación- se traslada a las facturas que pagan hogares y empresas, algunas de ellas obligadas a parar porque no pueden asumirla. 

Las alternativas al gas ruso

La solución es ganar independencia pero el escenario no es sencillo ya que apenas se produce gas en Europa. Como alternativa Europa debe buscar otros socios más estables. Con los precios disparados, ofertas no faltan y, como recoge Financial Times, el mercado del gas natural licuado (GLN) -que llega a través de metaneros- ha cambiado de rumbo para abastecer a los clientes europeos que pagan una prima en el precio muy atractiva. No obstante, hay que tener en cuenta que esta forma de suministro es más lenta y menos sencilla. Además, en este mercado han ganado terreno los países asiáticos, China, Japón y Corea del Sur, que hasta ahora han captado gran parte de la oferta. 

España, uno de los países menos dependientes del suministro energético ruso, ha reducido aún más esta relación en los últimos meses. En octubre, según la estadística oficial de la agencia Cores, el bombeo de gas desde Rusia registró un notable descenso del 16%, tras lo que las compras a ese país apenas representaron el 6,3%. El cambio en la estructura de suministro de gas natural a España también se evidenció en el menor gas (-8,4%) procedente de Argelia, en especial, por la caída del suministro vía gasoducto del Magreb. Pese a que sigue siendo la principal fuente del gas consumido en España, ganan peso Qatar, Nigeria, Noruega y, sobre todo, EEUU. El peso del país estadounidense se multiplicó (+126%) hasta copar el 25% de la cartera de suministro española en octubre. 

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