La guerra recrudece los precios

Hipotecas más caras: el Euríbor se suma al alza de las facturas de los españoles

La escalada del índice de referencia activa la cautela de millones de hipotecados ante la próxima revisión. Mientras, la banca espera ansiosa las siguientes subidas para poder ver color en su margen de intereses. 

El Euribor sube ligeramente en marzo aunque se mantiene en negativo en el -0,27%
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La inflación está disparada en su tasa más alta desde 1986 mermando la capacidad adquisitiva de los españoles, la factura de luz prosigue su ascenso meteórico y los carburantes para vehículos han entrado en la misma senda. A todo ello se le sumará el encarecimiento de las hipotecas en las próximas revisiones, pues el Euríbor, el índice para préstamos a tipo variable elaborado en virtud de un panel compuesto por 18 bancos europeos con máxima calidad crediticia, ha anclado su rumbo al alza ante la expectativa de que el Banco Central Europeo (BCE) subirá el precio del dinero previsiblemente a finales de este 2022. 

El Euríbor subió hasta el -0,268% el viernes -último dato disponible-, coincidiendo con la jornada posterior a la reunión del BCE en la que se abordó la política monetaria de la zona euro. Se trata del séptimo día consecutivo que experimenta incrementos y un nivel no visto desde el 8 de julio de 2020. La media de lo que va de marzo se coloca en el -0,338%. La autoridad gobernada por Christine Lagarde confirmó el jueves que la inflación empeorará de forma sustancial desde el nivel actual. Ello es consecuencia, sobre todo, de la guerra desatada en suelo europeo. La estrategia del BCE se complica ahora y encara su plan de retirar los estímulos ultralaxos y subir tipos de manera gradual en un nuevo contexto de recesión a causa de una guerra, que se suma a la ya complicada gestión tras la pandemia.

La tendencia de la inflación será decisiva para todos los mercados, incluidos el inmobiliario y el hipotecario. Si los actuales niveles se mantienen, será inevitable una intervención del BCE en los tipos de interés y esto tendría un impacto directo tanto en las hipotecas variables como fijas, ha asegurado a La Información el subdirector general de Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), José Manuel Fernández, entidad participada en un 50% por Banco Santander y la mitad restante por BNP Paribas. Cree que una subida de tipos podría enfriar el mercado inmobiliario debido a que la mitad de las transacciones de vivienda se realizan con financiación ajena.

De hecho, dado que la subida de precios generales afecta directamente a los costes de construcción, tanto de materias primas como de energía, podría provocar un encarecimiento de la vivienda nueva, que supone una de cada seis compraventas. De cualquier modo, en UCI no esperan un freno importante en el desarrollo de este mercado a lo largo de este año. En suma, sobre el efecto de la guerra y sus colaterales hay muchas incógnitas y pocas respuestas. No obstante, se podría vislumbrar una reducción de las compras de rusos y ucranianos, que supone un impacto menor sobre el total de compraventas de extranjeros en nuestro país y, por supuesto, la subida de la inflación, que afectaría a todo el mundo.

La primera regla de los bancos centrales es subir tipos para combatir la inflación y acercarla a su objetivo, pero en esta ocasión el escenario se combina con una desaceleración económica

En todo caso, la menor demanda de rusos y ucranianos se podría reemplazar por otras nacionalidades del entorno europeo, como ha sucedido en los pasados dos años con los clientes británicos y la incertidumbre por el Brexit. La inflación es lo más preocupante. La primera regla de los bancos centrales es combatir este efecto normalmente con subida de los tipos de interés, si bien esta herramienta inevitablemente enfría la economía en un momento poco oportuno. De ahí que se empiece a hablar del riesgo de la estanflación, una situación tradicionalmente incompatible en la que el crecimiento se estanca pero la inflación no cede y entra en una espiral alcista.

Las entidades han venido realizando un esfuerzo durante los últimos años para cambiar las tornas comerciales. La opción de las hipotecas fijas, que se ven en menor medida impactadas por la subida de tipos, ya supera a la variable a la hora de adquirir una casa. La tranquilidad que puede dar a ambas partes tener asegurado un precio queda secundado por la diferencia que supondría vivir con la incertidumbre de no saber cuánto se tendrá que pagar dentro de 10 años: un euro. Un préstamo de 100.000 euros a 20 años al tipo fijo medio actual apenas tendría una diferencia mensual de un euro al mes o doce euros al año con respecto a las variables.

La mayor exposición a los préstamos con garantía inmobiliaria a tipo fijo junto a su abaratamiento provocará que los márgenes se estrechen a medida que la situación de los tipos se vaya normalizando, pues podría llegar un momento en el que son más rentables aquellos con interés variable. Sin embargo, la cartera total todavía sigue teniendo un alto porcentaje de hipotecas variables pendientes de las que podrán sacar provecho. Estos préstamos son un producto del que depende en gran medida la banca española, que no cuenta con unos balances muy sofisticados. Otro efecto negativo de la subida de tipos es la posibilidad de que los clientes con un interés ligado a la referencia que marca el organismo presidido por Christine Lagarde tengan problemas de pago, derivando en un incremento de la morosidad.

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