Compran el 2,45% del capital

La familia Riberas sale a sujetar Gestamp con 33 millones tras el 'crash' en bolsa

El presidente ejecutivo de Gestamp, Francisco Riberas
El presidente ejecutivo de Gestamp, Francisco Riberas
EFE

Gestamp, el gigante de la automoción de la familia Riberas, atraviesa sus horas más bajas en bolsa justo cuando cumple tres años cotizando en bolsa. La crisis del Covid-19 ha golpeado sin descanso toda su estructura de negocio con especial virulencia geográfica. Primero en China, donde tiene buena parte de su aprovisionamiento de componentes; después en España, Alemania y EEUU, sus mercados principales; y ahora también México y Brasil. Estos seis países suponen dos tercios de sus ingresos.

La cotización del mayor grupo industrial de la automoción española acumula un descenso próximo al 50% en 2020, hasta 2,25 euros, y su valoración en bolsa apenas alcanza los 1.300 millones de euros en total. Su principal accionista ha dicho basta tras la reciente crisis bursátil y ha salido a defender la cotización. Los hermanos Riberas Mera, que través de Acek Desarrollo y Gestión Industrial SL controlan la mayoría accionarial de Gestamp y una parte importante de Cie, cumplen un mes comprando acciones de la primera compañía de forma visible e ininterrumpida.

Gestamp en bolsa 2020

Según consta en los registros de la CNMV, Acek ha comprado 14,1 millones de acciones de Gestamp tras invertir 33,4 millones de euros. Se trata de un paquete de títulos equivalente al 2,45% del capital de la empresa que les lleva a elevar su participación hasta el 72% del capital. Las compras sostenidas se han realizado a precios que han oscilado en los 2,19 y 2,51 euros por acción, según las comunicaciones al supervisor.

Gestamp, multinacional especializada en el diseño, desarrollo y fabricación de componentes metálicos de alta ingeniería para la industria de la automoción, está negociando medidas de flexibilidad laboral, incluidos ERTEs, en sus 22 fábricas españolas que dan empleo a 6.000 personas. La crisis tanto por la parada de la actividad como del sector del automóvil han puesto contra las cuerdas a un gigante que facturaba 9.000 millones de euros anuales.

En una carta a los empleados el pasado 20 de marzo, el presidente ejecutivo, Francisco Riberas, recordó que la empresa se enfrenta a “un desafío nunca visto con anterioridad”, expresó su deseo de que "afecte lo menos posible a familias y seres queridos" y dejó la puerta abierta a la esperanza: "Estoy seguro de que sabremos superar esta dura prueba. Luchamos por nuestro futuro y saldremos adelante", aseguró después de anunciar una bajada del 50% de su salario, próximo al millón de euros.

Fábrica a fábrica, y sesión tras sesión de bolsa, los Riberas parecen dispuestos a defender la compañía de la crisis a la que se enfrenta en múltiples frentes. Nada que ver con el próspero pasado que tuvo Gestamp en 2019 y cuyos resultados presentó a finales de febrero.

El grupo reveló unos ingresos anuales de 9.065 millones de euros, un 6,3% más que el año anterior. Su Ebitda (resultado bruto de explotación) creció un 11,7% interanual, hasta los 1.072 millones, aunque su beneficio neto bajó un 117,6%, hasta 212 millones.

En 2020, las previsiones de Gestamp se verán golpeadas por la ola de ‘profit warnings’ que han anunciado sus principales clientes: los grandes fabricantes de coches europeos como Volkswagen, PSA Peugeot, BMW o Renault, entre otros.

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