Deuda pública

El alza de los impuestos empresariales, la 'bomba' oculta que lastrará a la bolsa

El aumento de la carga fiscal se convertirá en un catalizador negativo en Estados Unidos, pero también en otros mercados como el británico y los expertos comienzan a verlo como un factor 'viento en contra'. 

El Nasdaq cierra a su nivel más alto en doce años
El Nasdaq cierra a su nivel más alto en doce años

Las bolsas, a pesar de correcciones momentáneas, están atravesando un momento dulce. Los operadores siguen respaldando las tendencias y los planes de estímulo se están situando como los grandes catalizadores de largo plazo. Sin embargo, hay un aspecto al que no se está atendiendo y que puede afectar como catalizador negativo con el paso del tiempo: el posible aumento de los impuestos corporativos para sostener las finanzas públicas. Especialmente, en Estados Unidos, pero también en otros mercados como el británico. Esto es un factor que los expertos comienzan a ver cómo un viento en contra de cara al futuro para las cotizadas de los mercados.

A día de hoy, los inversores están obsesionados con los tipos de los créditos o los riesgos de la inflación, mientras que el planeta empieza a recuperarse de los efectos de la pandemia del Covid-19. No obstante, está empezando a ponerse sobre la mesa las próximas subidas impositivas a las empresas, que podrían revertir la situación actual.

Pese a que los gobiernos que están avanzando en a la población y reabrir las economías no son propensos a cambiar la tributación de las compañías por el momento, muchos siguen ofreciendo exenciones o créditos fiscales, ya que el aumento de la deuda pública está cubriendo la brecha en los ingresos, así como la financiación de las ayudas públicas y los nuevos estímulos sobre el gasto.

Pero el escenario puede ir cambiando, tal y como ya apuntan algunos expertos, lo cual puede tensionar a los mercados de renta variable. A pesar de que no se ha fijado un calendario, Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha prometido revertir, al menos en parte, los recortes de impuestos a las empresas de su predecesor, Donald Trump, y elevar el impuesto de sociedades 7 puntos hasta el 28%. Además, Biden también ha inyectado un nuevo impulso a los planes de imposición global de los gigantes digitales y del comercio electrónico, la mayoría de los cuales se beneficiaron de forma desproporcionada de los cierres de la pandemia.

El catalizador negativo que no se está descontando

El tipo medio del impuesto de sociedades en el mundo desarrollado es ahora sólo dos tercios de lo que era hace 20 años. La deuda pública como porcentaje de la producción en las economías avanzadas ha aumentado más del 50% durante el mismo periodo.

Según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el impuesto total de Estados Unidos sobre los beneficios de las empresas en 2019 fue inferior al 1% del producto interior bruto y menos del 4% de todos los impuestos, los más bajos en al menos 55 años y los más bajos del G20. Las estadísticas equivalentes del Reino Unido fueron las más bajas en 25 años.

“Tras años de políticas favorables a las empresas y de bajada de los tipos impositivos de las mismas, la tendencia podría estar a punto de invertirse”, asegura Emmanuel Cau, analista de renta variable de Barclays, que se centra en la fiscalidad como una amenaza a medio plazo para los beneficios empresariales. Cau prevé que, por ejemplo, la subida del impuesto de sociedades en el Reino Unido en 2023 supone un “viento en contra” de los beneficios del 6% para la mayor parte de las grandes empresas británicas que cotizan en bolsa.

A su modo de ver, una subida del impuesto de sociedades en Estados Unidos podría llevar más tiempo, pero que probablemente tendría un impacto similar en los resultados empresariales que el estimado para las empresas británicas. Apoyando esto, cita los mayores beneficios del 10% que siguieron inmediatamente al recorte de impuestos de 8 puntos de Trump en enero de 2018, una relación ligeramente superior al 1-1.

“Como no puede ser de otra manera, los diferentes sectores recibirán diferentes golpes – entre otras cosas debido a la variedad de tipos impositivos efectivos experimentados”, exponen los expertos de JPMorgan en una nota. “Así, el peso relativo de ciertos sectores en diferentes economías explica en parte las diferencias en las tomas de impuestos totales como resultado”, apunta. Con estos mimbres, cabe destacar que las compañías del sector tecnológico y de salud tienen los tipos efectivos más bajos, por debajo del 20%, mientras que la energía y la industria se encuentran entre los más altos.

“Por ello, las subidas de impuestos pueden fomentar la rotación de la inversión en renta variable desde el crecimiento hacia los valores de la ‘economía real’, que han sido golpeados, a medida que madura la recuperación”, ahondan los analistas de la entidad bancaria estadounidense.

Mientras, son las bolsas de nuevo en máximos históricos, principalmente en Wall Street, los inversores apenas parecen preocupados por los próximos impuestos. A ello contribuyen las masivas ayudas públicas y el gasto en inversión, así como los tipos de interés históricamente muy bajos. “Pero tal vez la propia falta de ansiedad del mercado -incluso su aceptación de las nuevas prioridades y normas post-pandémicas- sólo subraya una inevitable reversión de 40 años de recortes fiscales empresariales”, termina Cau.

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