Mejores perspectivas

La industria de componentes gana a los fabricantes la carrera del coche eléctrico

El sector se enfrenta en los próximos 10 años a la sustitución de los vehículos con motor de combustión interna por los eléctricos, lo que traerá cambios importantes en la cadena de valor.

Trabajador en fábrica de componentes vehículos (industria)
Los componentes de automoción retan a los fabricantes ante el giro al eléctrico
GESTAMP - Archivo

La industria automovilística encara un periodo clave que transformará su tendencia actual. En los próximos 10 años se espera que el sector consolide el giro hacia la movilidad sostenible, sustituyendo los vehículos con motor de combustión interna por vehículos eléctricos. El crecimiento de estos automóviles ya es evidente, pero el cambio no afectará por igual a todas las compañías y los fabricantes de componentes de automoción toman ventaja para alzarse como uno de los ganadores de esta transición. 

El aumento de los vehículos eléctricos reta con cambios importantes a la cadena de valor del automóvil y planteará desafíos significativos para los actuales actores del sector y sus márgenes. Hasta ahora, la industria cuenta con diferentes proveedores: aquellos con una gama diversa de ofertas de productos y base de clientes, los que se centran en los componentes imprescindibles de los vehículos eléctricos (como baterías y motores de tracción) y los fabricantes de equipos originales (OEM). Las perspectivas son mejores, en especial, para los dos primeros, según apunta un análisis de Pimco, una de las mayores gestoras de renta fija. "En nuestra opinión, serán los probables ganadores en este panorama cambiante", destacan. 

Las mejores perspectivas, que suponen una oportunidad de inversión, según señalan desde la firma se debe al "aumento del poder de negociación" que ganarán los proveedores. Se calcula que el número de componentes necesarios para los vehículos eléctricos de batería es entre un 30% y un 40% menor que para los de combustión y "el proceso de fabricación tiende a ser más ágil con menos proveedores implicados". En consecuencia, es probable que la cadena de suministro esté "menos estratificada" y que los proveedores que ganen terreno tengan más poder de negociación.

Además, otra de las tendencias previstas son los márgenes más bajos tanto para los fabricantes de equipos tradicionales como para los nuevos actores centrados en los vehículos eléctricos debido a que los precios de las baterías y los motores de tracción seguirán elevando los costes de fabricación corto plazo. Por su parte, muchos de los operadores tradicionales del sector del automóvil se enfrentarán a una disminución de los ingresos en sus áreas principales. 

Los vehículos eléctrico están experimentando un fuerte crecimiento interanual de forma generalizada a nivel global. Entre los mercados asiáticos, destacan los incrementos en Corea del Sur (28%) y China (76%), mientras que en EEUU es de más del 40%. Aún así, los mercados europeos dominan este crecimiento, que supera el 100% en algunos casos. Desde Pimco apuesta por que el sector "registre tasas de crecimiento anual compuesto de dos dígitos durante la próxima década".

Aún así, todavía está por ver los mercados que liderarán la transición. Lo determinará "la normativa, las subvenciones gubernamentales, las infraestructuras, la combinación de combustibles, las ventajas locales y las preferencias de los clientes". En ese sentido, Pimco destaca que, por ejemplo, en países como Japón, donde los coches se utilizan sobre todo para viajes cortos, los vehículos eléctricos híbridos tienen un buen rendimiento energético y podrían ser los preferidos por los consumidores.  Otro factor que afectará es la política gubernamental, cuando algunos gobiernos ya han ofrecido incentivos para desanimar el consumo de los vehículos contaminantes.

Mientras avanza en su transformación, la industria automovilística, al igual que otros sectores, también sufre la falta de semiconductores, lo que retrasa las entregas y ha obligado a reducir la producción y a parar varias fábricas. El último fabricante en anunciar una menor producción fue Toyota, que en el mes de septiembre prevé que no tendrá suficientes chips para producir todos los vehículos que había previsto. El anuncio provocó caídas en bolsas y el negocio de los vehículos eléctricos no se queda al margen. 

De esta manera, la escasez de chips semiconductores sigue afectando a la fabricación mundial con cuellos de botella que, además, se han agravado en las últimas semanas por la propagación de nuevos casos de coronavirus. Estos cuellos de botella podrían "reducirse gradualmente en el segundo semestre, sobre todo para las empresas de automóviles", asegura Carol Liao, economista de China de PIMCO, aunque también destaca que "es probable que el suministro de semiconductores siga siendo escaso".

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