La tasa de inflación anual en la eurozona se mantuvo en el 7,4% en abril, el mismo nivel registrado en marzo y aún su nivel máximo pese a que el dato final se moderó una décima respecto al anticipado. Además, según los datos revisados publicados este miércoles por Eurostat, en el conjunto de la Unión Europea los precios crecieron a mayor ritmo y el IPC se incrementó en tres décimas, hasta el 8,1%
En el cuarto mes de 2021 la tasa fue del 1,6% en el área de la moneda única y del 2% en el conjunto de los Veintisiete. Como viene ocurriendo en los últimos meses, la mitad del incremento de los precios en la eurozona se debió a la subida de la energía, que contribuyó 3,7 puntos porcentuales a la tasa de inflación tras aumentar sus precios un 37,5% en abril, por debajo, sin embargo, del incremento del 44,3% observado en marzo.
En menor medida contribuyeron al aumento los servicios (1,38 puntos porcentuales), los precios de alimentos, alcohol y tabaco (1,35 puntos) y los bienes industriales no energéticos (1,02 puntos).
En estas categorías, no obstante, la subida de precios es cada vez mayor: la tasa de inflación interanual creció cinco décimas con respecto a marzo en el caso de los servicios, hasta el 3,3% en abril; cuatro décimas en los bienes industriales no energéticos, al 3,8%; y 1,3 puntos en el caso de alimentos, alcohol y tabaco, hasta el 6,3%.
La tasa de inflación subyacente, que excluye el efecto de los precios de la energía y los alimentos frescos por ser los más volátiles, subió al 3,9% en abril, por encima del 3,2% registrado en marzo. Este es el principal indicador en el que se fija el Banco Central Europeo para diseñar su política monetaria y su aumento añade presión para que la institución suba unos tipos de interés que siguen en mínimos históricos.
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