El inversor español, poco optimista con el Ibex debido a la inestabilidad política

  • El porcentaje de inversores que ve nuestro selectivo como oportunidad de inversión a doce meses es similar al que confía en las criptomonedas. 
Fotografía Ibex 35, sesión viernes 2 de marzo de 2018
Fotografía Ibex 35, sesión viernes 2 de marzo de 2018
EFE

No corren buenos tiempos para el Ibex 35. Los numerosos focos de incertidumbre a nivel nacional e internacional que ha sufrido el selectivo han provocado que, a falta de menos de un mes, el índice vaya a cerrar, previsiblemente, en rojo. Este castigo habrá provocado más de un quebradero de cabeza a los inversores y se ha acentuado en las últimas sesiones al reactivarse los temores de 'guerra comercial' entre Trump y China, lo que ha llevado al Ibex a retroceder casi un 13% en 2018. 

La evolución del Ibex no se prevé que sea mucho más distinta el próximo curso. Recientemente, UBS señalaba que la volatilidad y los riesgos políticos seguirán presentes en los mercados y los inversores son escépticos con el selectivo español ya que los focos de incertidumbre no terminan de cerrarse e incluso algunos se reactivan con fuerza. 

El informe 'Global Investment Survey', elaborado por la gestora Legg Mason gracias a una encuesta realizada a más de 16.000 inversores de 17 países, evidencia como los inversores españoles confían poco en la marcha del Ibex en 2019. De hecho, el porcentaje que señala el Ibex como una de las mejores oportunidades de inversión en los próximos meses es exactamente el mismo (24%) que destaca otros activos más castigados como, por ejemplo, el bitcoin o las criptomonedas. 

Los motivos de este poco optimismo con el Ibex son variados, aunque destaca uno por encima del resto: la inestabilidad política. Este foco de incertidumbre supone un quebradero de cabeza para uno de cada dos inversores de nuestro país (52%), quince puntos porcentuales más que a nivel global. Este motivo (con moción de censura incluida) se impone a otros más relevante y de más calado para los mercados mundiales como es la guerra comercial entre Estados Unidos y China o la inestabilidad política en todo el mundo. 

Solo Italia, con otro 52% de sus inversores preocupados por su inestabilidad política, iguala la preocupación de los españoles. En el caso del país transalpino pasa factura el órdago lanzado por su Gobierno a la Comisión Europea acerca del déficit público contemplado en sus Presupuestos. No obstante, parece que finalmente su ejecutivo dará su brazo a torcer y rebajará dichas previsiones acercando (en parte) su postura a las exigencias de Bruselas. 

Con todo este escenario es lógico que muchos inversores tengan posiciones en efectivo a la espera de que los focos de incertidumbre se disipen. Según la encuesta de Legg Mason, los inversores españoles tienen un 28% de su cartera de inversiones en efectivo mientras que el peso de la bolsa o renta variable supone el 22%. Tres puntos porcentuales menos, un 19%, lo tienen en títulos de renta fija mientras que las inversiones inmobiliarias suponen un 17%, los activos alternativos un 10% y el oro, activo 'refugio' por excelencia junto al resto de metales preciosos es de un 5%.  

Con todas estas últimas caídas el Ibex 35 se avecina a los 8.000 puntos. El selectivo español, durante toda su historia, acumula cinco ocasiones en las que ha caído desde los 11.000 hasta dicho nivel y siempre ha logrado recuperarlo, lo que haría interesante tomar posiciones en búsqueda de un rebote. Eduardo Faus, responsable del departamento de Análisis Técnico de Renta 4, ha destacado que "se mantiene la tendencia bajista desde los máximos de mediados de 2017 y podría frenar caídas en los 8.000 puntos ya que en base a otras caídas similares, y con independencia de pequeños rebotes, un suelo importante se vería en ese nivel".

Por su parte, los expertos de Banco Santander son más optimistas que los inversores. El equipo de inversión de la entidad presidida por Ana Botín prevé que el Ibex 35 alcance los 10.100 puntos a cierre de 2019. Por tanto, le asignarían un potencial alcista a doce meses que se situaría en el 15% mientras que los expertos de Deutsche Bank señalan que "las dudas políticas han generado un sentimiento negativo que ha pesado más que los beneficios empresariales, por lo que a corto plazo el potencial de subida está limitado por estos problemas". 

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