Inversores extranjeros ponen sus ojos en Bolivia para convertirla en un potencia del litio

  • La Paz, 12 feb (EFE).- Grandes inversores de Europa y Asia han puesto sus ojos en el potencial de Bolivia como productora de litio para obtener la energía destinada a la producción en serie de automóviles eléctricos, cada más vez más reales y menos un sueño.

La Paz, 12 feb (EFE).- Grandes inversores de Europa y Asia han puesto sus ojos en el potencial de Bolivia como productora de litio para obtener la energía destinada a la producción en serie de automóviles eléctricos, cada más vez más reales y menos un sueño.

En los últimos días, varios "pretendientes" del litio boliviano han visitado el país para hablar de sus proyectos, pero el Gobierno de Evo Morales poco dócil ante los inversores extranjeros, les exige desarrollar fábricas de baterías de litio en lugar de explotar solamente la materia prima.

Cuatro multinacionales, la Mitsubishi y la Sumitomo de Japón, LG de Corea del Sur y Bolloré de Francia exploran esas opciones de negocio con el Gobierno boliviano, conocido por la tenacidad de su política nacionalizadora y defensa de sus recursos naturales.

"Nuestro objetivo es industrializar (...). Esta posición les hemos hecho conocer a todas las empresas que han venido a Bolivia y les hemos pedido propuestas que vayan más allá de llevarse la materia prima", dijo a Efe el director de Minería, Freddy Beltrán.

El Gobierno de Morales mantiene una actitud cautelosa con las empresas porque siente que tarde o temprano las reservas de Bolivia serán claves en la industria mundial de los automóviles eléctricos que pueden tener su auge dentro de unos diez años.

Las reservas de litio de Bolivia están concentradas en el Salar de Uyuni, situado en la región de Potosí (suroeste), en una superficie de 10.000 kilómetros cuadrados, una región más conocida como destino turístico por sus insólitos paisajes de sal que por su potencial minero.

En Uyuni, el litio se encuentra disuelto en las salmueras, como ocurre con el azúcar en un vaso de agua. Es un metal liviano que se emplea en la fabricación de vidrio, cerámica, lubricantes, grasas, medicina, aleaciones de aluminio y polímeros.

Pero, es la industria de baterías para teléfonos móviles y para coches donde están las oportunidades de grandes negocios y la razón de que Bolivia haya despertado el interés de las multinacionales.

Estudios internacionales realizados en el salar de Uyuni, que geológicamente es un cono invertido, han comprobado la existencia de salmueras hasta una profundidad de 220 metros, aunque los instrumentos de medición no han logrado tocar el fondo.

Si bien no hay una cuantificación definitiva, "se estima con un grado de seguridad muy alto que Bolivia tiene las reservas más grandes de todo el mundo de litio".

Informes de la Dirección de Recursos Evaporíticos de Bolivia señalan que actualmente hay un debate sobre las reservas de litio en los diversos estudios que se han realizado en Estados Unidos y Francia.

La consultora Meridian Internacional Research afirma que en Uyuni hay sólo 300.000 toneladas de litio metálico realmente extraíble y con un alto costo medioambiental, en tanto que la United State Geological Survey difiere radicalmente y asegura que el gran salar boliviano tiene una reserva de 5,5 millones de toneladas.

En todo caso, Uyuni tiene más reservas que las del Salar del "Hombre Muerto" en Argentina o el de Atacama en Chile, donde se explota la mayor cantidad de litio en el mundo, si bien esos países no han desarrollado una plan de industrialización como el que busca Bolivia, comentó Beltrán.

"No podemos dejar de soñar en que algún día en Bolivia podamos fabricar baterías, seguramente asociados con las empresas punta en esta materia", agregó el funcionario.

El Gobierno boliviano "no se siente apremiado" por firmar los acuerdos que han propuesto las multinacionales si no se incluyen los proyectos para la industrialización, pero sabe del gran valor estratégico de sus recursos naturales para negociar mejores ofertas.

Según Beltrán, la eventual preocupación de inversores sobre la política nacionalizadora de Morales no se justifica porque el Gobierno ha decidido poner garantías de seguridad a los contratos por grandes inversiones y largo plazo que desarrollen las industrias.

Una de esas garantías es que el Congreso apruebe contratos mediante leyes para comprometer la fe del Estado al margen del Gobierno, como se hizo con varios convenios petroleros y mineros.

"No somos enemigos de la inversión privada", aseguró al citar ejemplos de respeto a los contratos en los casos de las empresas estadounidenses Apex Silver y Coeur d'Alene, de Kores de Corea del Sur y la canadiense Panamerican Silver que operan en Bolivia.

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