Declara el 6,8% del capital

JP Morgan desvela una 'telaraña' bajista con derivados sobre la petrolera Repsol

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, renovará por dos años.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, renovará por dos años.
EP

JP Morgan, el banco de los ‘hedge funds’, ha entrado en el capital de la petrolera Repsol, aunque no de cualquier manera sino desplegando una sofisticada y opaca estructura de derivados sobre la compañía que equivalen al 6,8% de las acciones, una participación valorada en más 680 millones de euros si fuera real… pero no lo es. Fuentes financieras explican a 'La Información' que la comunicación está vinculada al dictamen del lunes emitido por la Autoridad Europea de los Mercados Financieros (ESMA) se comuniquen al supervisor de cada país las posiciones cortas netas de más del 0,1% del capital. 

La CNMV española ha registrado esa participación como ‘accionista significativo’ dando lugar a la confusión de que es un socio relevante de la empresa española, aunque no lo sea y esté actuando por cuenta de terceros clientes no identificados. El supervisor que preside Sebastián Albella decidió suspender a finales de 2018 la publicación de las posiciones cortas agregadas de cada valor porque -alegó- perjudicaban a las empresas cotizadas. Las nuevas medidas de emergencia del supervisor han puesto sobre la mesa de nuevo aquella decisión.

Sin embargo, la aparición de JPMorgan con una posición bajista sobre el 4% del capital ha vuelto a dejar en evidencia el fallo de la norma. Tanto Repsol como Sacyr, el mayor accionista de la petrolera con el 8%, dijeron desconocer el origen de la operación. No hubo respuesta a la petición de comentarios desde JPMorgan. No obstante, las dos empresas españolas han tenido relaciones estrechas con el banco de inversión en el pasado.

El banco que capitanea en España Ignacio de la Colina ayudó a cubrirse del riesgo de la petrolera a Sacyr junto a Santander y Société Générale. También participó en la emisión de bonos convertibles que hizo la constructora en 2019. En el caso de Repsol, JPMorgan fue el comprador de los bonos que le entregó Argentina tras la expropiación de YPF y, en aquel momento, el salvador de la compañía española ya que se los quitó de encima antes de las sucesivas crisis que vivió el país con los Kirchner.

La entidad estadounidense actúa desde su sucursal en Londres (JP Morgan Securities), aunque la cadena de control de las acciones se extiende por varias filiales de JP morgan por todo el mundo. La ‘telaraña’ de derivados es una cobertura, sino una inversión corta neta debido a que el 4% está en opciones put (liquidables en efectivo) con un periodo de liquidación de septiembre de 2021 a mayo de 2024. Es equivalente a 62 millones de acciones de Repsol. La petrolera ha perdido más del 40% de su valor en bolsa solo este mes de febrero, hasta situarse por encima de los 6 euros por acción y con una capitalización menor a 10.000 millones.

El resto de la posición del 6,8% de JP Morgan se corresponder con un 'equity swap' (permuta financiera o compra a plazo) sobre el 0,62% de las acciones. También otras opciones put (bajistas) con entrega física equivalente al 0,08%. Otro 0,56% del capital de Repsol aparece declarado como ‘préstamo de valores’ para inversores bajistas que se han puesto cortos y alrededor del 1% está en opciones call (alcistas) liquidables entre hoy y 2023. En ninguno de los contrato se detalla los precios de compra, las condiciones de los derivados o referencia alguna a los clientes para los que actúa JPMorgan. No obstante, el banco presidido por Jamie Dimon es un creador de mercado habitual para cientos clientes institucionales y ‘hedge funds’ para los que crea estructuras de derivados OTC (no reguladas y bilaterales), además de financiarles a crédito.

Repsol, en pleno crash

Más allá de que la posición de Repsol sea una cobertura de Sacyr o la propia petrolera -que tiene previsto recomprar acciones por valor de 1.500 millones de euros-, también puede ser un conjunto de apuestas bajistas de los 'hedge funds' en la órbita de JP Morgan. La evolución en bolsa de la petrolera dibuja una de espiral bajista de órdago. Lleva cinco meses cayendo y solo en marzo ha perdido un 40% de su valor debido a la doble crisis del parón del coronavirus y del petróleo, que cotizan en mínimos de más de dos décadas anunció hace dos semanas.

Sin embargo, el 20 de febrero, Repsol anunció al mercado una previsión de incremento del dividendo del 5% en 2020, una caída del 16% en su deuda y mejoras en varias métricas. Ahora tendrá que revisarlo todo porque se basaba en un precio de referencia de 65 dólares para el Brent y de 2,8 dólares para el gas Henry Hub para 2020. estas previsiones parecen haber saltado por los aires aunque ya eran exigentes hace dos semanas cuando las pronunció Imaz. El petróleo lleva más de dos meses por debajo de ese nivel y, tras su caída hasta los 25 dólares por barril ya cotiza un 60% por debajo de la previsión, mientras que los contratos del gas con entrega en abril cotizan en 1,7 dólares, un 39% menos.

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