La asturiana GAM resucita en plena opa de Riberas: dispara ventas y beneficios

  • El grupo de alquiler de maquinaria para construcción registra unos beneficios superiores a los 6 millones de euros hasta junio.
Francisco Riberas
Francisco Riberas
INSTITUTO DE LA EMPRESA FAMILIAR - Archivo

La multinacional española GAM (General de Alquiler de Maquinaria), controlada en más de un 50% por el multimillonario de la automoción Francisco Riberas, ha presenta los resultados correspondientes al primer semestre de 2019 con un vuelco en las cuentas. Sus ventas crecieron un 17% hasta junio frente al mismo periodo de 2018, alcanzando los 72 millones de euros. Su  beneficio neto se disparó 6,1 millones frente a los números rojos de 1,6 millones que registró el año pasado hasta junio.

Según explica la compañía, el incremento de ventas está impulsado por el negocio en España, que crece un 23% y supone el 75% de los ingresos de la compañía, mientras que el segmento internacional crece un 3%. “Esta mejora de ventas se consigue gracias a unos mayores niveles de ocupación del parque de alquiler y al fuerte impulso de los negocios complementarios: Distribución, compra-venta, formación, mantenimiento, etc…”, apunta la empresa en una presentación.

El Ebitda (resultado bruto de explotación) acumulado crece un 28% hasta los 20,5 millones de euros, frente a los 16 millones del mismo periodo de 2018, lo que supone una mejora del margen sobre ventas de 2 puntos y crece hasta el 28%. “Hay que destacar el efecto que ha tenido sobre dichas magnitudes la aplicación en 2019 de la nueva norma NIIF 16 sobre Arrendamientos y Alquileres. Aislando dicho efecto el EBITDA crecería un 12% con respecto al mismo periodo de 2018 y el margen Ebitda se situaría en 18 millones euros”, señala la empresa.

Una de las claves de la entrada en beneficios de GAM se encuentra en la larga etapa sumida en pérdidas. El equipo gestor de GAM ha procedido a la Activación de Bases Imponibles Negativas (BINS) por importe de 7,2 millones de euros, asociadas al beneficio por la quita prevista en el Préstamo Participativo o Tramo C. En el lado de los lastres, la compañía declara unos gastos financieros asociados al préstamo participativo por importe de 3,6 millones de euros, "intereses que no se pagan, se capitalizan al principal del préstamo y serán objeto de quita en el momento de la amortización del mismo", puntualiza.

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