La banca española prefiere una mejora de la tasa de depósitos a otro 'manguerazo'

Mario Draghi, BCE
Mario Draghi, BCE
EFE

La banca permanece en vilo ante la reunión que celebra mañana el Banco Central Europeo (BCE) de la que se espera algún detalle acerca de la posibilidad que se plantea el emisor de mejorar la conocida como facilidad de depósito, es decir, la tasa que actualmente cobra a las entidades por dejar aparcado su dinero en el organismo, y que se mantiene en el -0,4% desde marzo de 2016. Las entidades esperan esta medida, conscientes de que tendrá un impacto más positivo en su balance que el nuevo manguerazo de liquidez anunciado por la entidad.

Según explica a La Información José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), las entidades españolas no necesitan en general en promedio liquidez adicional, en referencia a la nueva barra libre de liquidez a la banca anunciada por el emisor en su reunión de marzo. El nuevo crédito en España está creciendo al entorno del 14-15% y algo por debajo en el caso de los préstamos a empresas. Este aumento se ha desacelerado algo porque el sector privado está acudiendo menos a la banca para solicitar financiación, puntualiza Campuzano.

Hasta ahora las entidades españolas han sido, por detrás de las italianas, las que más se han visto favorecidas por esta medida excepcional, habiendo recibido del emisor hasta 170.000 millones de euros en 2014 y 2016. Las nuevas subastas de liquidez baratas a las entidades condicionadas a que éstas presten crédito (TLTRO III), que Draghi puso sobre la mesa el mes pasado, finalizarán en marzo de 2021 y tendrán un vencimiento de dos años, inferior a los cuatro años de los anteriores mecanismos lanzados por el BCE, porque el emisor pretende que la banca se vaya "desenganchando" de ellos. 

Sin embargo, la medida que verdaderamente tendría un impacto inmediato en las entidades sería la de mejorarles la tasa que les cobra por tener aparcado su dinero. De hecho y como avanzó este diario, la banca española es una de las más penalizadas puesto que el emisor le cobra 400 millones de euros por este motivo. Así, el BCE se plantea esta acción como un modo de compensar a las entidades de la zona euro por haber pospuesto la subida de tipos hasta que la incertidumbre sobre la situación económica se disipe. Los bancos sostienen que se trata de una medida con un efecto distorsionador notable. 

Sería un modo de flexibilizar su política monetaria. Por un lado, mantiene por más tiempo los tipos en niveles históricamente bajos y por otro, mejora la tasa de depósito a las entidades y se cuida de paliar los efectos negativos que esta medida tiene sobre la rentabilidad de los bancos y sobre el crédito. Es el diagnóstico que hacen desde el Julius Baer, que apuesta por la fijación de una tasa de depósitos "escalonada".

La fecha implícita para la primera subida de tipos ha cambiado en las últimas semanas en casi un año desde el verano de 2020 hasta el verano de 2021. "En consecuencia, el euro se ha debilitado y esperamos que este debate mantenga la presión a corto plazo sobre la moneda, impulsando el cambio euro/dólar a 1,10 en tres meses", añaden. En este diagnóstico coinciden desde Monex Europe. Esperan, así, que "la moderación marque el encuentro del BCE de mañana, lo que puede presionar ligeramente a la baja al euro".

Estimular una economía débil

Con la guerra comercial más cerca de solucionarse y el Brexit entrando ya en tiempo de descuento, las últimas declaraciones y medidas de los grandes bancos centrales, tanto la Fed como el Banco Central Europeo (BCE), llevan a la conclusión de que se está intentando estimular, mediante un cambio de política, un ciclo económico cada vez más débil. En opinión de los gestores de Allianz, este cambio de sesgo de la política monetaria, sumada a las perspectivas de un dólar más débil, a la distensión en la guerra comercial y a los impulsos de crecimiento procedentes de China, "podrían seguir respaldando a los mercados", sostienen. 

Ese proceso de desaceleración de la zona euro no habría tocado fondo en el caso del sector manufacturero, cuyas cifras han sido peores prácticamente en todas las grandes economías de la región. Juan J. Fernández-Figares, director de Análisis de Link Securities, confía en que Draghi dé a conocer qué es lo que va a hacer al respecto. De momento, el hecho de que la inflación se haya debilitado también da cierto margen de maniobra al BCE.

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