La cesta de la compra de Amancio Ortega: ¿qué empresas cotizadas puede comprar?

Adquisiciones realizadas por Amancio Ortega y potenciales inversiones.
Adquisiciones realizadas por Amancio Ortega y potenciales inversiones.
L. I.

Dicen quienes lo conocen que en la patrimonial de Amancio Ortega comienzan a sentir sudores fríos cada vez que se acerca un pago de dividendo en Inditex. La presión sube enteros por la necesidad de reinvertir el ingente maná de dividendos que se desembalsa en mayo y noviembre desde el dueño de Zara a Ponteagea Inversiones, el imperio oculto que agrupa el patrimonio del fundador de la multinacional textil. El anuncio de una nueva retribución trienal de Inditex -con un pago extraordinario de 3.110 millones- para los próximos años supondrá la llegada de más de 7.000 millones de euros a Pontegadea.

Para la Fundación Amancio Ortega supondrá un nuevo respaldo en su labor filantrópica, concesión de becas y donaciones como las que le han llevado de suministrar equipos y tecnología médica por valor cientos de millones de euros a los sistemas sanitarios autonómicos. Para los gestores de Pontegadea, el brazo inversor de Ortega, volverá a ser un problema cumplir con los criterios de inversión con este dosis extra de capital que pronto llegará a su cuenta de tesorería.

Uno de los destinos que sigue en su radar son las empresas que cotizan en la Bolsa española, aunque las malas experiencias del pasado le llevaron a evitarlas en los últimos años. Ortega fue accionista de relevancia de la inmobiliaria Astroc en plena efervescencia de la burbuja inmobiliaria, de la gestora de aguas Agbar o de NH Hoteles. También fue socio de BBVA en la adquisición de Occidental Hoteles. De todas ellas salió no sin perder una buena parte del patrimonio invertido. Por el mismo camino iba su inversión del 5% en Banco Pastor en 2005, en el que invirtió unos 122 millones de euros que se convirtieron en poco más de la mitad cuando el Banco Popular de Ángel Ron compró la entidad gallega en 2011.

Desde entonces, Ortega y la inversión en acciones de empresas cotizadas españolas no se han llevado nada bien. El verano pasado algo cambió para la mayor fortuna española. La inversión de 379 millones en el 10% en Telxius, la filial de infraestructuras de telecomunicaciones de Telefónica, supuso un punto de inflexión en su radar de inversiones. Solo unos meses antes, el nombre de Amancio Ortega comenzó a circular como potencial inversor en una recapitalización del Popular de Emilio Saracho, consejero de Inditex. Ahora vuelve a sonar en el sector bancario ante la nueva ola de fusiones y reestructuraciones que afrontan las entidades por el escenario de tipos bajos y baja rentabilidad del sector.

Fuentes conocedoras de la política de inversiones de Pontegadea aseguran que “el foco sigue centrado en el sector inmobiliario” pero no descartan otros movimientos. "Todo dependerá de la oportunidad y que esa inversión se adecúe a los criterios de liquidez, estabilidad y servicio a empresas de la filosofía inversora del holding", señalan fuentes del holding. Según el importe de dividendos brutos que recibirá este año si se aprueba el extraordinario, Ortega podrá movilizar más de 1.600 millones de euros para invertir este mismo año y más de 5.500 millones hasta 2021, según la política de retribución de Inditex a su mayor accionista.

Bancos, constructoras, energéticas, hoteleras o hasta supermercados pueden acabar de una tacada en su cartera. Hasta 77 empresas que cotizan en la bolsa española valen menos que el dividendo que percibirá en 2019 y la cifra se eleva a 106 si se incorporan los dividendos asegurados por Inditex hasta 2021.  Cuatro empresas del Ibex 35 por debajo de los 2.000 millones de euros se encuentran a su alcance como son Melia Hotels, Indra, Ence o Técnicas Reunidas, aunque todas ellas cuentan con accionistas de referencia. No los tienen y los pueden buscar otras como Liberbank o Unicaja para su fusión; la familia Villar Mir para sus intentos de vender la constructora OHL o supermercados Dia, en su pugna por encontrar alternativas a su actual conflicto accionarial. Todas ellas se sitúan por debajo del valor de Telxius, su última inversión.

Una estrategia sigilosa

Si algo distingue a Amancio Ortega es su discreción a la hora de invertir. No desvela sus movimientos por anticipado, ni hace públicas las cifras concretas de sus millonarias apuestas por el ladrillo, que realiza a través de su brazo inmobiliario Pontegadea, del que también pende su inversión en Inditex. Por ejemplo, su desembarco en Telxius, hace menos de un año, fue una sorpresa dado que, a priori, su cartera estaba lejos de priorizar el sector de las telecomunicaciones. Sin embargo, en ese caso, uno de los posibles nexos pudo ser Pablo Isla. El actual presidente ejecutivo de Inditex fue consejero de Telefónica hasta hace sólo dos años y es un pleno conocedor de la transformación que está llevando a cabo la operadora.

Y, si tuviera que seguir la estela de su sucesor en Inditex, miraría fuera de España, en concreto, a Suiza porque Isla es consejero del gigante de la alimentación Nestlé. Sin embargo, lo más probable es que mire fuera de España, pero no para comprar cotizadas sino inmuebles. Ortega es uno de los mayores inversores individuales del sector. Uno de los grandes invitados a la hora de realizar inversiones en edificios con renombre. Eso sí, siempre pone dos condiciones: que estén situados en localizaciones ‘prime’ y que tengan inquilinos. Nunca compra edificios vacíos.

No desvela sus pasos, aunque trascienden. En los últimos años ha comprado inmuebles en Londres, Nueva York, Miami, San Francisco y Madrid. Sus objetivos, sobre todo, grandes capitales de Europa y Estados Unidos (aunque también está en el Sureste asiático) y no le importa tener como inquilinos a competidores. Por ejemplo, es dueño de inmuebles donde se asientan tiendas de Primark (en Londres o el ‘flagship’ de la Gran Vía madrileña), aunque también es propietario de edificios donde acaban instalándose tiendas de Zara.

Una de sus últimas operaciones de renombre fue la adquisición de la Torre Cepsa, uno de los cuatro rascacielos que coronan el norte de Madrid y por el que pagó cerca de 490 millones de euros. Cifra que está lejos de los 680 millones abonados el pasado año por el edificio Adelphi de Londres. Un inmueble que le convierte en arrendador de Spotify, la filial londinense de PetroChina y de la revista ‘The Economist’, la ‘biblia’ del liberalismo.

Sólo con Pontegadea Inversiones, Ortega suma más de 29.000 millones de euros de activos y un patrimonio neto que rebasa los 21.000 millones, donde pesa Inditex. Sólo en el ladrillo suma inversiones valoradas en 6.913 millones de euros, de los que 1.600 millones están en España. Cifras que no son suficientes para que los resultados de su vehículo inversor caminen siempre al alza. En el último ejercicio con datos publicados, el 2017, el beneficio de Pontegadea se recortó un 13%, hasta 1.475 millones de euros, recorte que atribuyó a las donaciones que la sociedad realizó a la Fundación Amancio Ortega.

En cuanto a cómo se distribuye su negocio inmobiliario, el 51% de la actividad de Pontegadea se centró en Europa, en el citado 2017; otro 46% en América y sólo un 3% en Asia. Sin duda, este último es su mayor mercado para crecer. Eso sí, también puede volver a apostar por Madrid, tras ponerse a la venta el edificio que alberga la principal tienda de Apple en la capital, Ortega podría reforzar su apuesta por la marca tecnológica, porque en su haber ya están los edificios que albergan los locales de la compañía de Cupertino, que se sepa, en Paris y Valencia.

Mostrar comentarios