Como moneda de referencia

La Covid y el bazuca de la Fed frenarán el auge global del dólar a medio plazo

En el mercado hay coincidencia en que el estatus del dólar como moneda de reserva mundial parece vulnerable cuanto más siga fortaleciéndose

La Covid y el bazuca de la Fed frenarán el auge global del dólar a medio plazo
La Covid y el bazuca de la Fed frenarán el auge global del dólar a medio plazo
Pixabay

El golpe que ha supuesto la crisis de la Covid-19 para las economías mundiales y las megainyecciones de liquidez y medidas excepcionales puestas en marcha por la Reserva Federal de Estados Unidos -como han hecho también el resto de grandes bancos centrales del mundo- frenarán a medio plazo el auge del dólar como moneda de referencia a nivel mundial. El billete verde sigue siendo, con diferencia, la principal moneda, pero algunos de los movimientos políticos que se están produciendo en Europa y en China, van encaminados a potenciar el rol del euro y del renminbi. Todo ello en conjunto abriría la veda hacia un sistema monetario multipolar en el futuro.

En el mercado existe una cierta coincidencia en que a medio o largo plazo, el estatus del dólar como moneda de reserva mundial parece vulnerable cuanto más siga fortaleciéndose. De momento, los signos de que el 'billete verde' pierde parte de su supremacía son graduales... aunque existen y se dan en tres ámbitos. Actualmente, los activos denominados en dólares representan alrededor del 61% de las reservas mundiales, una proporción que ha disminuido desde el 71% que alcanzaban en 1999. Entre las dos monedas que pueden ensombrecer su preeminencia en un tiempo están el euro y el renminbi. La cuota del euro es mucho menor, con sólo el 20,5% de las reservas hoy día (alcanzó un máximo del 28% en 2009) y el uso del renminbi, pese a haberse duplicado en los tres últimos años, apenas supone aún el 2%.  

Por otra parte, y tal y como señalan desde la agencia de calificación europea Scope Ratings, la proporción de países miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI) que adoptan el dólar como medio de cambio cayó del 26,5% en 2010 al 19,8% en 2018 desde el 26,5% en 2010. Y, además, y pese a que la estadounidense es la moneda dominante en las transacciones que se producen en la mayoría de los mercados energéticos, los volúmenes de comercio de los contratos de futuros de petróleo de Shangai -denominados en la divisa local- lanzados en 2018 fueron ya muy similares a los del Brent, petróleo de referencia en Europa, o a los del crudo estadounidense, el West Texas Intermediate (WTI).

"En 1985, Francia, Alemania Occidental, Japón, el Reino Unido y los EEUU firmaron el Acuerdo Plaza en un esfuerzo conjunto para devaluar el dólar. No me sorprendería que algo así volviera a suceder, especialmente con China compitiendo por el estatus de superpotencia con los EE.UU. Pero eso sucedería más adelante", sostiene Ariel Bezalel, responsable de estrategia de Renta Fija de la gestora británica Jupiter AM. El uso de una moneda internacional cumple a la vez las funciones de medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de valor.

"El dólar ha dominado estas áreas durante varios decenios, confiriendo ventajas considerables a Estados Unidos (AA/Estable) en términos de sostenibilidad de la deuda pública, así como de influencia económica y política, y provocando una inercia frente a la posible adopción de monedas alternativas", apunta Alvise Lennkh, director de la firma de ratings alemana. Considera, además, que el euro es, quizás, el rival más claro del dólar, dado el peso de los países de la zona euro en el PIB mundial (15%) y en el comercio (25%), así como el creciente protagonismo de los Estados miembros en los mercados mundiales de capital. La mejora de la infraestructura de los sistemas de pago del BCE; la decisión de Rosneft y Novatek (los mayores productores rusos de petróleo y gas líquido) de pasar al euro desde el dólar para todas las exportaciones; y la labor de la Comisión Europea para fortalecer el papel internacional de su moneda, apuntan a una mayor dependencia de la moneda comunitaria.

"Una integración más estrecha de la UE y del sector financiero de la Zona Euro, mediante la finalización de las uniones de los mercados y de la banca, aumentaría el atractivo de los activos denominados en euros", afirma Levon Kameryan. El analista de Scope defiende además que "la disponibilidad de activos seguros, que se beneficiaría enormemente de la creación de un instrumento de deuda común de la zona euro, como un 'eurobono' o valores de bonos respaldados por la deuda soberana también es clave para lograr una adopción más generalizada del euro".

Europa y China deberán actuar

En cualquier caso, los gobiernos de la UE y de China tendrán que hacer más para promover el uso internacional de sus respectivas monedas. Si lo hacen, el cambio del dólar al euro o al renminbi podría tener lugar de forma más precipitada. "Un mayor uso del euro y el renminbi otorgaría a los gobiernos de la UE y de China una mayor autonomía monetaria, financiera y política, al tiempo que fomentaría un sistema financiero internacional más estable capaz de ofrecer alternativas creíbles al dólar", afirma Lennkh. Las negociaciones en torno al Fondo de Reconstrucción van en esta dirección. En el caso chino, el Gobierno de Pekín necesitaría, antes, promover una mayor apertura a los inversores extranjeros, avanzar en la mejora de la supervisión y reducir las vulnerabilidades financieras, pero también fortalecer el estado de derecho.

François Rimeu, estratega senior de la gestora La Française AM sostiene que países como China y Japón, que están en posición de debilitar el dólar debido a su excesiva participación en el mismo, no están dispuestos a hacerlo, puesto que dependen de sus exportaciones a los Estados Unidos. Sin embargo, sí están diversificando lentamente sus economías. Desde su punto de vista, "podríamos ver que el valor del dólar disminuye a medio plazo dado el contexto económico general: actualmente el dólar está caro, si se juzga por la métrica clásica, es decir, el tipo de cambio efectivo real; EEUU tiene un persistente déficit por cuenta corriente, que es negativo para su moneda; los tipos de interés reales han ido disminuyendo de manera constante en Estados Unidos, llegando a cero en marzo de 2020; y el mercado parece estar posicionado muy largo en el dólar", apunta.

La rebaja de los tipos de interés a mínimos y el estímulo masivo de la Fed no debilitarán al dólar a medio plazo porque, como recuerda Ariel Bezalel, la agresiva expansión monetaria y fiscal está ocurriendo en todas partes, no sólo en EEUU. Otro factor que a su juicio debería seguir apuntalando la fortaleza del dólar es la deuda pendiente en dólares, que estaría en torno a los 13 billones de dólares en los mercados emergentes. "A medida que las economías de estos países se desaceleran y reducen sus tipos de interés, sus monedas se deprecian, lo que a su vez les dificulta el servicio de esta deuda en dólares", explica. Al mismo tiempo y con los Estados Unidos bloqueados, hay menos dólares que fluyen hacia el mundo exterior. Por ello considera que la fortaleza del dólar continuará a medio plazo, aunque no sin volatilidad.

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