La crisis italiana pone el ralentí y los inversores entran con fuerza en Europa

La crisis italiana ha entrado en una fase de ralentí. La tregua que ha dado a los mercados la agencia de calificación Standard and Poor's cuando decidió mantener la calificación del país transalpino -colocando eso sí su perspectiva en negativo- ha servido a los inversores para entrar con ánimo en unos mercados bastante más baratos que, apenas se han inmutado del anuncio de la canciller Angela Merkel de que no volverá a presentarse a la reelección de su partido, el CDU.

De hecho, el índice de referencia alemán, el Dax, ya descontaba este desenlace la semana pasada cuando fue la bolsa más castigada del Viejo Continente, con una corrección mucho más acusada que la de sus homólogas. Se hundió en las cinco sesiones cerca de un 5%, mientras que el Ibex, el CAC francés o el MIB apenas alcanzaron una caída del 2,5% en el peor de los casos.

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La prueba más evidente de que las tensiones en torno al órdago italiano se relajan la tenemos en la renta fija. La rima de riesgo transalpina cae de los 300 puntos básicos, hasta los 291. La rentabilidad de su bono de referencia se reduce hasta el 3,3%, lo que implica un retroceso del 4% en relación a cómo se comportaba el viernes. El riesgo país español también desciende hasta los 115 puntos básicos, con el bono de referencia en el 1,54%.

El bund... a contracorriente por Merkel

Esta relajación coincide con una subida de casi el 11% en la rentabilidad del bono alemán hasta el 0,387%. Aquí, según explican las fuentes del mercado consultadas, sí se estaría apreciando el impacto de la anunciada marcha de su canciller, Angela Merkel. Con todo, se trata de un movimiento que no preocupa a los analistas.

La apertura del parqué estadounidense también ha sido al alza y se ha apoderado del optimismo que se vive en el resto de grandes plazas. El Dow Jones avanza por encima del 1%, hasta la zona de los 25.000 puntos, mientras que el S&P 500 rebota casi un 1,5%, alcanzando los 2.700 puntos.