Un billón más en 2020

La deuda corporativa se desboca con la crisis sanitaria y su techo se desconoce

El apalancamiento, que mide la deuda en relación con la financiación de los accionistas, se incrementó hasta un porcentaje récord del 59% en 2019, como la carga de intereses de las grandes empresas.

Burbuja de deuda
Burbuja de deuda
Pixabay

Uno de los grandes efectos de la pandemia del Covid-19 puede representarse a la perfección en el mercado de la deuda. Hay varios indicadores ya que lanzan un aviso a navegantes sobre lo que se puede esperar en los meses que están por venir. Especialmente, se puede observar en diversos tramos de la deuda, que empiezan a verse bajo presión y en los que las inestabilidades podrían no haber terminado aún.

Un ejemplo claro se observa en el índice de la gestora Janus Henderson. A nivel mundial, el endeudamiento neto se disparó hasta una cifra récord de 8,3 billones de dólares en 2019, lo que supone un aumento interanual del 8,1%. La renta fija se encuentra absolutamente desbocada. 

Las empresas agotaron su liquidez en adquisiciones financiadas mediante deuda, grandes recompras de acciones, dividendos récord y el enorme efecto de las tensiones comerciales y la ralentización de la economía mundial en los beneficios.

Conjuntamente, la deuda neta aumentó en 625.000 millones de dólares el año pasado, la mayor subida con diferencia de los últimos cinco años. En los últimos años, el crecimiento del mercado de bonos se ha visto impulsado por unos tipos de interés muy bajos ―que han abaratado el pago de la deuda―, resultado de los intentos de los bancos centrales por estimular las economías.

El Corporate Debt Index (en el que se encuentran los 900 mayores valores financieros del mundo) deben actualmente casi dos quintas partes (37%) más que en 2014 y el crecimiento de la deuda ha superado considerablemente el de los beneficios. Los beneficios antes de impuestos del mismo grupo de empresas han aumentado un 9,1% en total, hasta los 2,3 billones de dólares.

De este modo, el análisis de los mercados de renta fija de Janus Henderson muestra que la mitad de la deuda de las empresas de su índice está en bonos cotizados. Entre enero y mayo, se emitieron bonos por un importe de 384.000 millones de dólares adicionales, un 6,6% más que a fin de diciembre. El endeudamiento de los bancos también ha aumentado considerablemente, aunque sigue sin haber cifras exactas.

Hacia un horizonte volátil y desconocido

Según las previsiones de la gestora, el endeudamiento neto aumentará un total de 1 billón de dólares este año, lo que supone un incremento del 12%. El apalancamiento, que mide la deuda en relación con la financiación de los accionistas, se incrementó hasta un porcentaje récord del 59% en 2019, mientras que la proporción de los beneficios dedicada a pagar intereses subió también hasta un nuevo máximo.

Sin embargo, el techo aún se desconoce por completo. La ecuación retiene un gran desconocido, el impacto macroeconómico de la crisis, como lo demuestran los diversos escenarios presentados tanto por la Fed como por la OCDE. “El riesgo es un concepto que los gestores de activos conocen bien y que podemos modelar, mientras que la incertidumbre no se puede modelar”, comenta Franck Dixmier, Director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz GI.

“Por lo tanto, en los mercados de renta fija, el horizonte de gestión seguirá siendo corto y los inversores deberán mantenerse muy activos en la gestión de sus posiciones”, aventura Dixmier.

Martina Álvarez, directora de ventas para Iberia de Janus Henderson, explica que el mercado de deuda corporativa ha sufrido un golpe sin precedentes en 2020 debido a la crisis económica provocada por la Covid-19. “Sin embargo, la intervención sincronizada de los Bancos Centrales ha dado un apoyo incondicional al activo”, matiza. Y es que se ha visto un estrechamiento de los diferenciales de crédito y un escenario de tipos de interés muy bajos.

Este año, las empresas se han visto obligadas a incrementar sus emisiones de deuda para conseguir la tan necesaria liquidez que les permita aguantar periodos desafiantes debido al cierre económico, la consecuente bajada en el consumo y un sentimiento inversor volátil. “En este sentido, en los últimos años, las empresas españolas consiguieron reducir sus niveles de endeudamiento neto y por ello afrontan este periodo desde una posición más sólida”, relata Álvarez.

En 2020, las empresas españolas del Corporate Debt Index emitieron deuda por valor de 4.400 millones de dólares en los mercados de renta fija, lo que constituye en torno a una vigésima parte del incremento del endeudamiento de las empresas europeas en lo que va de año.

Ser un inversor en bonos corporativos implica balancear correctamente los riesgos de solvencia, los de liquidez y evaluar el potencial de las empresas para salir reforzadas de los momentos más débiles”, afirma la experta desde el punto de vista de la inversión. 

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