Hundimiento del empleo

La industria española se desploma a un ritmo sin precedentes en abril por el virus

La actividad industrial de España se hunde a un ritmo nunca visto en abril
La actividad industrial de España se hunde a un ritmo nunca visto en abril
Nerea de Bilbao

Como nunca antes se había visto. El hundimiento de la actividad industrial española a su mayor ritmo desde que se recogen estos datos da idea del golpe que el coronavirus ha asestado a nuestro tejido productivo y sirve para medir muy bien cómo de profunda será la contracción de la economía en el segundo trimestre del año. En su cuadro macroeconómico enviado este fin de semana a Bruselas el Gobierno sitúa el desplome del PIB en el 9,2% este año. El índice de gestores de compra que elabora Markit y que se emplea como un indicador clave de la marcha de la economía recoge caídas récord de la producción, de los nuevos pedidos, de las exportaciones y de las compras en el sector primario a lo largo del último mes. 

El PMI industrial español se derrumbó desde los 45,7 puntos registrados en marzo hasta los 30,8 puntos en abril, en lo que supone su segundo deterioro mensual consecutivo y, lo que es más importante, su segundo registro po debajo de 50 que es la barrera que diferencia la expansión de la contracción de la actividad. Las empresas encuestadas informaron que la pandemia de la COVID-19, que ha conllevado a restricciones considerables en actividades económicas no esenciales en España y en todo el mundo, "inevitablemente condujo a contracciones en la producción, en los nuevos pedidos y en las exportaciones durante abril". De hecho, las caídas en cada una de estas variables fueron las más intensas jamás registradas (los datos se recopilaron por primera vez en febrero de 1998).

En el caso del empleo su desplome sólo se ve superado en el peor momento de la crisis financiera, en diciembre de 2008, mientras que la confianza sobre el futuro se precipita hasta un nuevo mínimo desde que se registran estos datos.  "Aunque tal vez no sea sorprendente dadas las restricciones vigentes relacionadas con las actividades económicas no esenciales, los últimos datos del índice PMI para el sector manufacturero de España dejaron al descubierto la magnitud de las consecuencias económicas de la pandemia de la COVID-19 para los productores. Se han batido los récords de varios parámetros (...) pero quizás lo más preocupante es la tendencia de la confianza empresarial y del empleo", apunta Paul Smith, director de Economía de IHS Markit.

Sobre este último asunto, el empleo, el experto destaca cómo las empresas han manifestado una gran inquietud sobre el impacto a largo plazo que la pandemia tendrá en la demanda, lo que les hace temer que "cuando comience la recuperación tras el confinamiento, puede resultar mucho más arduo el regreso rápido a los niveles de actividad previos a la crisis que muchos anhelan".

Los índices PMI tanto para el sector de bienes de consumo, como para el de bienes intermedios registraron unos niveles solo superados durante la crisis financiera, mientras que el índice PMI para los productores de bienes de capital se desplomó hasta un nuevo mínimo. Debido al confinamiento generalizado y a la paralización general de la actividad económica, los fabricantes disminuyeron sus actividades de compras a un ritmo récord del estudio en abril.

Los inventarios también se redujeron drásticamente, ya que los pedidos realizados a los proveedores tendieron a sufrir retrasos considerables. Los datos más recientes indicaron un deterioro como no se había visto en el desempeño de los proveedores en medio de informes de que o bien estaban cerrados o se enfrentaban a desafíos relacionados con el suministro de insumos y problemas con el transporte, al haberse vito afectadas las cadenas de suministro de todo el mundo.

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