Perspectivas ante la crisis

La mina de oro de la iliquidez: el 'private equity' dispara el interés del inversor

Los expertos esperan rentabilidades del 10% anuales a largo plazo en el sector del capital riesgo, casi el doble que la bolsa, pese a los riesgos que genera la inversión en activos que no cotizan en bolsa.

Los inversores también buscan rentabilidad fuera de los mercados.
Los inversores también buscan rentabilidad fuera de los mercados.
Klikin / Pixabay

El mundo de la inversión sigue atento a las oportunidades que puedan surgir en cualquier segmento. Viendo las altas valoraciones que han alcanzado muchos nombres de Wall Street, muchos expertos están rotando hacia otros activos o áreas que pueden ofrecer posibilidades de generar rendimientos en el largo plazo. En este sentido, el 'private equity' (capital riesgo), puede ser un generador de retornos para los próximos años, según los expertos.

El private equity o capital de inversión se refiere a las instituciones que invierten en otras empresas privadas con un alto potencial de crecimiento a cambio de controlar un porcentaje de la empresa o de sus acciones, generalmente entre el 80% y el 100%. En definitiva, son fondos que invierten en todo tipo de compañías con cifras que superan los 100 millones de euros y que ahora pueden presentar potencial de largo plazo.

Algunas tendencias son tan poderosas que incluso una recesión global provocada por una pandemia hace muy poco para cambiar su curso. “Es probable que la enorme rotación por parte de los inversores en los principales mercados se dirija hacia los rincones más opacos del sistema financiero durante la próxima década”, comenta Ludovic Phalippou, profesor de la universidad de Oxford.

El 'private equity' ha tenido un comportamiento excepcional en los últimos 10 años bajo el paraguas de fondos patrimoniales y de pensiones que buscan desesperadamente alternativas para compensar la caída de los rendimientos de los bonos gubernamentales y las perspectivas para las compañías cotizadas, con la esperanza de obtener una “prima de iliquidez” por asumir los riesgos adicionales de activos difíciles de vender.

“La estabilidad algo ilusoria de los retornos, como resultado de las valoraciones trimestrales más bajas en lugar de la volatilidad diaria de los mercados, supone una atracción adicional para la inversión en esta clase de activos que, de serie, resulta más técnica y compleja”, resalta el equipo de análisis de SunTrust.

Riesgo de quiebras

Dado su crecimiento exuberante, muchos expertos predijeron que la industria del capital de inversión se vería muy afectada frente a una recesión. Con la crisis sanitaria desbocada, las quiebras que se están comenzando a producir pueden afectar sin duda a muchos fondos de capital privado. Las empresas están luchando para rescatar muchas inversiones, que a menudo han recurrido a una gran carga de deuda en el proceso de tratar de mejorar las rentabilidades.

Asimismo, este tipo de activos parecen ofrecer mejores rendimientos para sus gestores que para los inversores, en algunos casos, y hacen que las compañías a su cargo sean menos resistentes a los colapsos. Esto es bastante común en el private equity.

Pero, al mismo tiempo, la crisis actual sobrealimenta muchos de los factores que han impulsado su crecimiento. “En el private equity se espera una rentabilidad anual del 10,1% los próximos diez años frente a 6,5% en dólares del índice mundial MSCI World, 5,4% en euros, pues espera devaluación del dólar”, resaltan los expertos de Pictet WM.

Además, la inversión privada en infraestructuras puede proporcionar rentabilidad nominal en dólares del 4,5%, pues habrá enorme necesidad de inversiones en el mundo y están vinculadas a Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, atractivo para inversores conscientes de criterios ASG (ambiente, sociedad y gobernanza), tal y como aseguran los expertos de la gestora de fondos. “La crisis del coronavirus ha confirmado este estilo para la asignación estratégica de activos a largo plazo”, explican.

De igual modo, los inversores se verán cada vez más atraídos por los activos reales, como oro, donde esperan una rentabilidad anual del 4,4 % en dólares. Mientras, en los hedge funds la sensibilidad a variaciones del mercado de acciones es actualmente 0,5 y es previsible que baje. Espera una rentabilidad anual del 3,5% nominal, aproximadamente la mitad que las acciones globales.

El capital de inversión ligado a una temática como es la energía y la transición podría ofrecer oportunidades, ya que muchas empresas del sector habían situado sus empresas fuera de Europa en este entorno van a tener que situar sus cadenas de valor dentro de Europa, lo que implica un coste mayor en mano de obra y una mayor eficiencia energética, intentando el ahorro energético.

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