Dicen que el mercado se vuelve más oscuro justo antes de mostrar su mayor periodo de luz. Diciembre fue un periodo feo e inestable para los inversores. Cargados de plusvalías de la última etapa alcista de la Bolsa y temerosos de perderlas optaron por vender al cierre de año. Al igual que en el crash de octubre, los pequeños valores fueron los más castigados en sus cotizaciones. Su menor liquidez bursátil (medida por su capacidad para mover sus acciones) dificulta los movimientos de entrada o salida, provocando grandes fluctuaciones de precios.
Esta vez, los ‘chicharros’ -como se les denomina en la jerga bursátil- se están moviendo a la inversa con violencia. Para algunos expertos esta puede ser la señal definitiva de la madurez y el final del ciclo bursátil después de una década de alzas en Wall Street. Para otros no es sino un síntoma de que sus cotizaciones estaban muy castigadas tras el pánico desatado en el cuarto trimestre de 2018. Unos y otros coinciden también en que la situación de las bolsas a uno y otro lado del Atlántico es incomparable.
En lo que va de enero, hasta 20 acciones de 19 empresas (Abengoa cotiza con dos títulos distintos) de la Bolsa española están experimentando fuertes subidas que superan el 20% acumulado. Tres de ellas se duplican en bolsa: la minera Berkeley Energía, la ingeniería Abengoa (clase B) y la inmobiliaria Urbas. Otro trío formado por la energética Audax, la constructora Coemac y la biotecnológica Biosearch se aprecian más del 50% respecto a cómo cerraron 2018.
Cotizaciones de céntimos y diezmilésimos
La lista de acciones que más suben está repleta de los sospechosos habituales de la especulación bursátil en España. La mayoría son empresas en problemas y valores de alto riesgo que vivieron en 2018 un crash histórico en sus cotizaciones. De hecho, tres de ellas (Abengoa, Vertice y Urbas) vivieron un episodio nunca visto. Después de meses sin marcar precio porque que la sobreoferta de títulos a la venta estrangulaba su cotización, y ante la comodidad de algunos de sus accionistas estables con la situación -al evitar más caídas-, la sociedad rectora BME cortó por lo sano y cambió las reglas de juego: el precio mínimo de cotización bajaría de 0,01 euros (un céntimo) a 0,0001 euros (diez milésimo).
Tras desatascar sus cotizaciones entre noviembre y diciembre, estos valores se desplomaron hasta cotizar por debajo del céntimo de euro. En 2019 todo parece haber cambiado, aunque están lejos de recuperar el valor que tuvieron ya que su caída bursátil desde que entraron en crisis ha llegado a ser casi total (más del 95%). La productora Vertice sube un 28% en este arranque de año (sigue por debajo del céntimo de euro), mientras que la inmobiliaria Urbas celebra con un alza del 100% la salida de Juan Antonio Ibáñez, su presidente, de la cúpula de la empresa.
El caso más notable de este particular boom de los ‘pequeños’ de la bolsa es el de la sevillana Abengoa, que avanza un 135% (acciones B) y un 51% (acciones A) desde enero. Siempre pendiente de los avales y de las líneas de crédito de la banca, la compañía que dirigen Gonzalo Urquijo y José Luis del Valle sigue negociando con sus acreedores pero ha logrado más tiempo para alcanzar un acuerdo. Esto ha provocado que Abengoa se haya disparado un 90% esta semana.
Entre el resto de pequeños valores destaca el ‘momentum’ que mantienen las nuevas compañías relacionadas con la generación eléctrica y las energías renovables. Audax (antigua Fersa) extiende con subidas del 88% el comportamiento que registró en 2018, cuando casi triplicó su valor en bolsa. Solarpack, recién salida a bolsa a finales del pasado año, también ha recibido el favor de los inversores como sucedió antes con el fabricante de paneles Solaria.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios