Restricciones en la oferta

La transición energética saca lustre a las cotizaciones de los metales industriales

Los productores de estos recursos, desde el zinc hasta el aluminio, están ahora restringiendo la producción a medida que los crecientes costes de la energía superan el alza de los precios.

El cobre se desmarca de las caídas en los metales industriales y reedita máximos
El cobre , uno de los metales más demandados en la industria.
Pixabay

El planeta está centralizándose en combatir el cambio climático desde la transición energética. Los fondos se están centrando en ese aspecto con el fin de alcanzar los objetivos trazados en la COP26. Desde ahora hasta alcanzar el mundo neto cero que se imagina para 2040, se producirá un gasto sin precedentes en infraestructuras y energías renovables.

El momento para los metales industriales se está calentando. Pero irá a más. Los productores de estos recursos, desde el zinc hasta el aluminio, están ahora restringiendo la producción a medida que los crecientes costes de la energía superan el alza de los precios o debido a las restricciones energéticos en economías clave como China.

"Como la mayoría de los metales están en retroceso y la demanda física es alta, los ingredientes están ahí para que se generen precios sustancialmente más altos, sobre todo en el aluminio y el zinc, pero también penetran en el mercado del cobre y el estaño", asegura Kieron Hodgson, analista de Panmure Gordon, en una nota.

La última víctima de esta situación fue la minera de metales Glencore, que vio cómo se redujo la producción de zinc en sus tres plantas europeas debido al aumento del coste de la energía. Esto fue de la mano de una información anterior de que Nyrstar, otro gran productor, tiene la intención de reducir la producción en tres fundiciones europeas hasta en un 50% debido al aumento de los precios de la energía y los costes asociados con las emisiones de carbono.

En respuesta, el zinc se disparó hasta un 12%, el mayor aumento desde octubre de 2015. El metal industrial se encuentra ahora en su nivel más alto desde 2007, y la presión sigue acumulándose sobre los fabricantes tras este tipo de medidas. El aluminio, que es particularmente intensivo en energía, también gana terreno, revalorizándose un 65% en lo que va de año. Está en los niveles más altos desde el 2008 a medida que la crisis energética exprimió los suministros del metal utilizado en un sinfín de productos, desde latas de cerveza hasta iPhones.

El mes pasado, los analistas de Goldman Sachs y Citigroup mejoraron sus perspectivas de precios para el aluminio, citando una menor producción de China y fundamentos más estrictos para los metales en todo el mundo. Sin embargo, es la focalización en la transición energética lo que puede ser aún más constructivo para estos metales industriales. “El impulso mundial a la transición de los combustibles fósiles a las fuentes de energía que evite un mayor cambio climático es sólo una de las razones por las que los metales industriales clave se convertirán en un recurso aún más valioso”, afirma Robert Minter, director of ETF Investment Strategy de abrdn., nueva marca de la gestora escocesa Aberdeen Standard Investments.

La aceleración por el cambio de modelo

Los grandes planes de gasto en infraestructuras en todo el mundo, el aumento de la demanda de todas las grandes economías y la creciente dificultad para extraer estas materias primas pueden hacer subir los precios de los principales metales industriales: cobre, aluminio, zinc y níquel.

“De hecho, pensamos que el mundo va a necesitar una mayor cantidad de todos estos metales para permitir que se produzca la transición energética", profundiza Minter: "Actualmente no tenemos suficiente energía y estamos abandonando los combustibles fósiles, mientras que los gobiernos y los ciudadanos están convencidos de que el cambio climático está en marcha y de que es necesario introducir cambios importantes en nuestros sistemas energéticos, lo que tiene importantes implicaciones para las materias primas. En la actualidad, el clima es menos predecible y más volátil, lo que provocará una mayor demanda de energía para refrigeración y calefacción”.

El experto de la gestora británica expone que el mundo va a necesitar financiar la transición energética y también vamos a necesitar extraer los materiales para crearla. “Esto implicará sin duda al cobre, dado su uso en toda la infraestructura eléctrica en torno a la eólica, la solar y los vehículos eléctricos”, destaca. Únicamente en Estados Unidos se necesitará un 30% más de energía eléctrica a medida que los vehículos eléctricos vayan entrando en funcionamiento. También se necesitará aluminio para mejorar la eficiencia de los automóviles, zinc para galvanizar el acero y níquel para las baterías y las infraestructuras.

En la actualidad, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pretende sacar adelante un plan de infraestructuras por valor de 1,5 billones de dólares, centrado en carreteras, puentes, servicios de Internet y otras carencias de infraestructuras. “Tenemos que 'fortalecer' nuestra red eléctrica para que pueda hacer frente a un clima más extremo, por lo que este nivel de gasto en infraestructuras está muy bien visto a ambos lados del espectro político”, dice Minter.

Ciertamente, EEUU tiene lagunas de infraestructura debido a que las grandes infraestructuras construidas hace 100 años terminaron su vida útil. También hay importantes carencias de infraestructuras en todo el mundo. “De aquí a 2040 se producirá un gasto en infraestructuras sin precedentes. Vamos a necesitar acero, zinc, níquel y aluminio para todos los edificios, trenes, aeropuertos, turbinas eólicas y coches eléctricos necesarios”, prevé el experto. Y no solo eso, sino que se requerirán cantidades increíbles de cobre para toda la infraestructura electrónica y eléctrica.

En 2021, las existencias son muy escasas en lo que respecta al cobre; hay un tope en la producción de aluminio en China porque es muy intensivo en energía; y el alto coste de la energía ha reducido la producción de zinc. “Irónicamente, tal vez, las preocupaciones medioambientales puedan impedir el crecimiento del suministro de los materiales necesarios para la transición energética. Las minas "fáciles" ya se han construido, así que las minas del futuro llegarán con problemas políticos y medioambientales”, vaticina Minter. Estarán en países sensibles y en terrenos sensibles.

Se necesita mucha energía para producir aluminio, así que ¿se le aplicará un impuesto sobre el carbono? Actualmente cuesta unos 50 dólares la tonelada, si se le aplica un impuesto sobre el carbono de 50 dólares, el coste de producción aumentará un 50%”, comenta. China lleva 20 años garantizando sus fuentes de materias primas. La UE ha formado una alianza de materias primas que asegura el suministro nacional para las renovables. “Pero no habrá suficiente cantidad de estos materiales clave para todos, así que probablemente deberíamos prepararnos para precios más altos y escasez”, concluye en su análisis Minter.

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