La última decisión de Draghi: ¿debería el BCE comprar bolsa o seguir en los bonos?

  • La mayor gestora de fondos sugiere al banco central que siga los pasos del Banco de Japón y compre acciones como medida de estímulo.
Mario Draghi, ha reiterado en numerosas ocasiones que el banco central "seguirá haciendo compras importantes" (Foto: EFE)
Mario Draghi, ha reiterado en numerosas ocasiones que el banco central "seguirá haciendo compras importantes" (Foto: EFE)

El Banco Central Europeo (BCE) afronta la semana que viene su reunión más decisiva. Otra más. Lo hace en un contexto de profundo cambio para la institución, no solo por el relevo que afronta la presidencia de Draghi -que será sustituido por Christine Lagarde a partir de octubre-, sino por el debate abierto sobre la necesidad de nuevas medidas monetarias para apuntalar el crecimiento económico, la liquidez y la inflación. Todo apunta a que Draghi interpretará el próximo jueves 25 de julio otra de sus intervenciones estelares ante las expectativas que se han despertado.

El riesgo de deflación parece haberse convertido en el nuevo caballo de batalla del banco central y abre el abanico de posibilidades. Desde nuevas bajadas de tipos hasta reactivar su programa de compra de deuda (pública y privada) y, en paralelo, flexibilizar su propio mandato fundacional: el objetivo de inflación de “cerca, pero por debajo del 2%”, según informó 'Bloomberg' esta misma semana citando a fuentes del BCE.

El execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, ha defendido incluso que se eleve hasta el 4% ese nuevo nivel, aunque no todos lo ven claro. “Elevar el objetivo de inflación usando las mismas herramientas del QE es un poco como subir el límite de velocidad de una autopista de 250 kilómetros / hora mientras estás conduciendo un Fiat 500”, explica el economista Alberto Gallo, gestor de Algebris Investments, a través de su cuenta en Twitter.

"Tendrá que comprar acciones"

Sin embargo, hay quien pone sobre la mesa un movimiento mucho más ambicioso: comprar acciones en las bolsas europeas. “Realmente creo que si el BCE realmente va a tratar de reestimular la economía en Europa, tendrá que comprar acciones. El Banco de Japón ya lo ha hecho”, dijo este viernes el presidente ejecutivo de Blackrock, Larry Fink, en una entrevista con la cadena CNBC.

El responsable de la mayor gestora de fondos del mundo, con más de 6,8 billones de dólares en activos bajo gestión, ve contraproducente que el BCE baje más los tipos o siga comprando deuda debido a que están ahondando en las rentabilidades negativas de la deuda o de los depósitos. “El 55% de toda la deuda europea tiene rentabilidades negativas, solo dañará más los ahorros de la gente”, aseguró en la entrevista.

En una entrevista posterior con Reuters, Fink ahondó sobre la idea de que una bajada de tipos puede resultar negativa. “No veo cómo si (el BCE) hace un relajamiento mayor (monetario), lo que significaría tasas negativas más profundas... No sé cómo esa transmisión puede funcionar en la economía”, apuntó el responsable de Blackrock.

En este sentido, las rentabilidad de los principales bonos soberanos en Europa se han adentrado en mínimos históricos y se sitúan ampliamente en números rojos en casi toda la deuda por debajo de cinco años. Este escenario está provocando, de partida, pérdidas a los inversores solo compensadas por la propia escalada del precio de los bonos. “En realidad perjudica la psicología de los ahorradores. Por eso creo que Europa no ha crecido en la medida de los EEUU", asevera.

Fink ve un bloqueo en el ahorrador europeo que debe ser cambiado y, como catalizador para impulsar la inversión en bolsa, cree que será necesario un movimiento radical. "Las acciones europeas se negocian múltiples puntos por debajo de EEUU porque no tienen una cultura de bolsa (…) Soy un gran creyente de que Europa necesita encontrar formas para que los europeos se centren en invertir a largo plazo a través de las acciones", concluye Fink, que retoma la idea lanzada en abril por su ‘número dos’, Rick Rieder, jefe de inversiones de Blackrock.

En realidad, Blackrock esconde un conflicto de interés al sugerir ese movimiento ya que la firma sería una de los grandes beneficiadas de una decisión de este tipo. Está especializada en la creación y gestión de ETFs, fondos cotizados que replican un mercado, un índice o un activo comprando de forma automática todas las acciones a la vez o replicando su composición con derivados financieros. Así es como Japón lleva años comprando acciones niponas para estimular la inflación y la confianza.

El caso nipón

“El Banco de Japón ha comprado grandes cantidades de acciones japonesas en un intento por aumentar la demanda agregada y la inflación, así como alentar a los ahorradores japoneses a asumir más riesgos”, señala en un estudio Sayuri Shirai, profesora de la Universidad de Keio y exmiembro del consejo de gobernadores del Banco de Japón.

Según su análisis, los efectos de estas medidas han tenido un impacto favorable para la liquidez de las pequeñas empresas aunque reconoce que no ha tenido los efectos esperados entre los particulares. "Las compras de ETF del BOJ complican la estrategia de salida", admite Shirai, que sugiere una flexibilización del objetivo de inflación del banco central para facilitar la reducción de las compras en bolsa del BOJ.

A finales de marzo, según datos del diario Nikkei, el banco central nipón mantenía en cartera más de 28 billones de yenes (230.000 millones de euros) en fondos cotizados en bolsa (ETFs), lo que representa un 4,7% de la capitalización de la Bolsa de Tokio y le ha convertido desde 2019 en su mayor accionista. ¿Será ese el camino que emprenda el BCE?

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