Hasta un 6,5%

Ni letras ni bolsa: el 'ladrillo' se impone por rentabilidad ante la alta inflación

La inversión inmobiliaria en España ofrece retornos superiores a la remuneración media de los dividendos que otorgan las compañías del Ibex y duplican los intereses que da el Tesoro Público en el momento actual. 

Ni letras ni bolsa: el ladrillo se impone por rentabilidad ante la alta inflación
Ni letras ni bolsa: el ladrillo se impone por rentabilidad ante la alta inflación. 
Europa Press

Invertir en un contexto inflacionario es difícil. Más aún cuando la incertidumbre manda. Después de un anómalo 2022 condicionado por la guerra, el repunte de los precios y el despertar de los tipos de interés, los inversores pueden sentirse algo desorientados sobre la opción más adecuada en la que depositar sus ahorros, antes de que el Índice de Precios de Consumo (IPC) dinamite su valor. En el momento actual, el foco en España está sobre las bolsas y, especialmente, sobre las subastas del Tesoro Público, que han ganado protagonismo en las últimas semanas mientras los bancos siguen reacios a elevar la remuneración de los depósitos. 

Tradicionalmente, la falta de cultura financiera y el perfil conservador han empujado a los españoles a canalizar su ahorro hacia el sector inmobiliario. Ahora las estadísticas les dan la razón. La rentabilidad de alquilar una vivienda alcanza el 6,5% en España. Según los datos recopilados por Fotocasa, esta cifra ha sido más o menos estable (por encima del 6%) desde 2017, aunque en los últimos doce meses el retorno se ha mantenido gracias al repunte del precio de los arrendamientos. Este aumento también ha ido acompañado de un incremento en el precio de la vivienda, algo que el citado portal atribuye a que las ganancias no han variado desde 2021.

El sector inmobiliario ha vivido un particular 'boom' de la demanda en 2022, en el que muchos particulares han visto un nicho en el que poder resguardarse de las turbulencias en los precios. La 'cara b' de las tensiones inflacionistas es que aquellos que no han pagado al contado, es decir, que han recurrido a la financiación bancaria, se topan ahora con un encarecimiento de la hipoteca que puede mermar los ingresos derivados de las rentas. 

Otro indicador importante a tener en cuenta es la ratio entre el importe al que se alquila y el precio que ha pagado por la adquisición. Esto provoca que en urbes como Madrid, Islas Baleares, País Vasco o Andalucía la rentabilidad se sitúe por debajo de la media. En cambio la Comunidad Valenciana lidera la clasificación con una ganancia bruta del 7,7%. 

Estos porcentajes van en línea con el calculado por Oxford Economics para los REITs, que en su versión española se denominan Socimis. El grupo de asesoría económica más grande del mundo estima que los fondos de bienes raíces pueden obtener unas ganancias promedio de entre el 6,5% y el 7% anuales hasta 2026 a nivel global. En su última publicación han revisado la cifra al alza casi dos puntos con respecto a la proyección difundida en julio de 2022, cuando la subida de tipos tanto en Estados Unidos como en la Eurozona no acabada nada más que empezar. 

La renta fija y variable se queda rezagada

Según la citada firma británica, el inmobiliario se convierte así en uno de los activos más interesantes para invertir, por encima de los bonos o las acciones, para los que prevé un rendimiento anual del 0,7% y del 2,5%, respectivamente, en el cómputo global. "En particular, se observa una sobrevaloración en las acciones en relación con los fundamentos macroeconómicos, dadas las altas valoraciones", defiende el analista de Oxford Economics, Mark Unsworth. 

Los fondos de bienes raíces pueden obtener unas ganancias anuales del 7%

Dentro de la renta variable, la bolsa española es una de las más generosas con sus accionistas de todo el mundo, con una rentabilidad promedio del 4% en los últimas tres décadas. Esto se tradujo en el reparto de más de 23.600 millones durante el ejercicio pasado. A esto se añaden las posibles recogidas de beneficios que se puedan 'cazar' al calor de las subidas de los mercados financieros desde el arranque de año. Solo en lo que va de año, el Ibex 35 se anota un alza del 12,11%, en línea con el Eurostoxx 50 (+12,2%), el segundo por revalorización solamente por detrás de Italia (+13,7%). Le siguen París (+11,7%), Fráncfort (+11,15%) y, con algo más de distancia Londres (+6%). 

La mayoría de analistas son cautos e invitan a no dejarse llevar por el 'acelerón' de las últimas semanas, ya que consideran que aún no han tocado suelo. A este respecto, Bank of America ya descuenta una corrección de hasta el 20% en las bolsas mundiales en 2023. "Es posible que podamos seguir teniendo algún impulso más, pero considero que la renta variable está cara y no descarto una corrección de estos, también con unas perspectivas de la macro poco alentadoras", precisa Diego Morín, analista de IG.

Para un inversor conservador el problema radica en la elevada volatilidad a la que están sujetos los mercados financieros, especialmente desde la irrupción de la pandemia, que ha precedido a los problemas en las cadenas de suministro, la guerra de Ucrania, la crisis energética y la inflación. Consecuencias que dibuja un escenario futuro lleno de incógnitas para las bolsas, pendientes del curso que sigan los tipos de interés tanto en la eurozona como en Estados Unidos.

La renta fija, por su parte, también da visos de recuperación después de sufrir el peor ejercicio de su historia en décadas. "Podría haber oportunidades en el segmento 'high yield' (deuda especulativa), aunque siempre dependerá del perfil de cada inversor y la estrategia que pueda desempeñar. Tampoco podemos olvidarnos del escenario actual, donde los bancos centrales podrían pasarse de frenada en ritmos de subida y provoquen la temida recesión económica, lo que hace atractiva este tipo de inversión para la cartera", remarca Morín. Los datos provisionales difundidos por Inverco apuntan a una mejora de la rentabilidad de los fondos de renta fija de casi el 1%. Sin embargo, el ejemplo más ilustrativo se encuentra en las Letras del Tesoro, la deuda pública de corto plazo.

El proceso de normalización de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha empujado la rentabilidad del papel a doce meses, que ya ha rozado el 3% en enero y se erige como una de las oportunidades más atractivas en el momento actual, aunque sea más de un 50% inferior a las ganancias anuales que ofrece el ladrillo y se coloque tres puntos por debajo del IPC en España (5,8%). En cualquier caso, ninguna de las tres alternativas bate a la tasa subyacente, que el pasado enero escaló al 7,5%. 

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