A medio plazo

Lagarde: "Iremos tan lejos como sea necesario para garantizar el IPC al 2%"

La presidenta del BCE reconoce que la inflación en la zona euro es "indeseablemente alta" y asegura que a partir de septiembre decidirán las subidas de tipos según la evolución de los precios.

Christine Lagarde, BCE
Christine Lagarde, BCE
CONTACTO vía Europa Press

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, tiene claro su objetivo, la inflación, y está dispuesta a llegar "tan lejos como sea necesario para garantizar que se estabilice en nuestro objetivo del 2% a medio plazo". Así lo ha asegurado en el Foro anual que el BCE celebra en Sintra (Portugal) donde ha confirmado su intención de subir en 25 puntos básicos los tipos de interés en julio, aunque a partir de septiembre el incremento dependerá de los datos. 

"Si las perspectivas de inflación a medio plazo persisten o se deterioran, un aumento mayor será apropiado en la reunión de septiembre", ha afirmado. Y en ese sentido, ha añadido que "si las perspectivas de inflación no mejoran, tendremos suficiente información para mover más rápidamente. Este compromiso depende, sin embargo, de los datos". Pese a que la subida de tipos sigue condicionada, la presidenta de la institución monetaria ha asegurado que no hay que confundirlo "con un retraso en la normalización".

Además, más allá de septiembre, el Consejo de Gobierno apuesta por un camino "gradual pero sostenido" de aumentos de tasas. "El punto de partida de cada reunión será una evaluación de la evolución de los choques, sus implicaciones para las perspectivas y el grado de confianza que tenemos en la convergencia de la inflación a nuestra meta de mediano plazo".

Para lograr su objetivo, Lagarde ha hecho hincapié en una "transmisión ordenada" hacia toda la zona euro, compuesta por "19 mercados financieros y de bonos soberanos diferentes" que obstaculizan una política monetaria única. El objetivo es que los diferenciales no se disparen, con el riesgo añadido de una fragmentación "afectada por la pandemia". Para evitarlo el BCE ya apostó por la flexibilidad en sus reinversiones y trabaja en una herramienta antifragmentación que debe ser "efectivo", "proporcionado" y contener "suficientes salvaguardas".

La inflación será alta durante "algún tiempo" y dependerá de varios factores, como la evolución del sector servicios o la previsible subida de los salarios, que, según sus cálculos, repuntarán un 4% este año y el próximo, y un 3,7% en 2024. A esto se une que se podrían prolongar los problemas en las cadenas de suministro y el hecho de que "no hay final a la vista" para la guerra en Ucrania, que podría derivar en cortes de suministro energético que elevaran los precios.

La subida de los precios ya afecta a la capacidad de compra de los hogares y a sus expectativas de futuro, según Lagarde, pero cree que la demanda se mantiene gracias a los ahorros y la apertura de la actividad, en especial los servicios. En caso de que la inflación se mantenga, ha añadido, la pérdida en la capacidad de compra erosionará el efecto de los ahorros y pondrá a prueba la resiliencia del mercado laboral, pero a pesar de ello cree que todavía hay capacidad de amortiguar la desaceleración y mantener el crecimiento. Por ello, el BCE todavía prevé "tasas de crecimiento" en la eurozona. 

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