Lo fósil pierde atractivo

Las empresas de capital riesgo inician su huida del 'oro negro' por la crisis

Las empresas respaldadas por el Private Equity han hecho avances en la exploración y producción con la compra de activos a las grandes petroleras que se retiraron de los campos obsoletos.

El petróleo de Texas cierra por encima de los 100 dólares por barril
El petróleo de Texas ha vivido una segunda era dorada entre 2014 y 2018.

El sector energético está poniéndose patas arriba en los mercados y los últimos movimientos quizá puedan anticipar posible turbulencias para los principales índices y ETF relacionados con la actividad. Por lo pronto, las empresas de Private Equity (capital riesgo) que acumularon activos de producción de oro negro en los últimos años ahora se encuentran estancadas y se ven obligadas a contemplar formas novedosas de vender.

Incluso con el reciente aumento de los precios del petróleo inducido por las vacunas, los equipos directivos del sector comentan que las OPV, el método tradicional para pescar beneficios de la consolidación del Private Equity son ahora poco probables. De este modo, el reciente acuerdo entre Premier Oil por Chrysaor Holdings ha llamado la atención.

“Hay cientos de empresas privadas que necesitan fusionarse, necesitan cotizar en bolsa o buscar algún tipo de monetización”, concreta Dennis Cornell, director gestor de Private Equity de Moelis. Quizá sea una transacción que pueda servir de un “presagio de lo que vendrá”, tal y como concretó. Las empresas respaldadas por el Private Equity privado han hecho avances particulares en la exploración y producción, o E&P, en el Mar del Norte. Han adquirido activos cuando las grandes petroleras se retiraron de los campos que habían quedado obsoletos.

Los problemas comenzaron en 2019, cuando los combustibles fósiles perdieron su atractivo para los inversores debido a las preocupaciones medioambientales. La situación empeoró aún más a principios de este año, después de que la demanda y los precios del crudo entrasen en colapso como respuesta a la primera ola del coronavirus. Las ventas de activos se desaceleraron y el grupo de compradores potenciales se agotó.

Desde el año pasado, muchos exploradores y productores de petróleo diseñaron sus planes de salir a bolsa. La lista incluye a los productores del Mar del Norte como Siccar Point Energy, Wintershall Dea GmbH y Neptune Energy Group. Las salidas a bolsa funcionaron bien cuando el petróleo todavía estaba “de moda y era rentable”, cuenta Jules van Limborgh, director de Kerogen Capital, que respalda a Hurricane Energy.

En este sentido, hay decenas de empresas de Private Equity que se quedan con solo dos opciones para sobrevivir al ciclo: permanecer invertidas por más tiempo, mientras consolidan y racionalizan sus activos para un futuro incierto; o ser imaginativas y vender sus participaciones.

Cornell afirma que será paciente, pero que también podría estar abierto a otras opciones para salir. “Ahora probablemente tengamos que sentarnos un poco más, trabajar más duro, optimizar la producción, reducir los costes y concentrarnos realmente en lo que estamos haciendo”, dice. “No obstante, no descartamos, viendo el esquema actual, vender ampliamente nuestras participaciones”, agrega.

Apetito por el gas, intacto

En contraposición, parece que el atractivo sobre el gas natural no se ha visto reducido, al menos para los grandes inversiones. Es el caso de Warren Buffett o de Amancio Ortega, que siguen ampliamente posicionados dentro del sector. El oráculo de Omaha invirtió recientemente 4.000 millones de dólares por la mayor parte de las instalaciones de combustible fósil de la empresa de servicios estadounidense Dominion Energy. Una apuesta considerable al descontar el potencial de la industria durante los próximos años.

En esa misma dinámica se movió el fundador del grupo Inditex, Amancio Ortega, al adquirir hace casi un año el 5% de la distribuidora de gas Enagás por 281,6 millones de euros. Una operación que selló al aprovechar la ampliación de capital de la firma española y que tenía objeto financiar la compra de una participación indirecta en la estadounidense Tallgrass.

Esta inversión se convirtió en la segunda operación industrial del fundador del grupo textil más grande del mundo tras tomar el 10% de Telxius, que aglutina los activos de transporte de señales de Telefónica.

“El sector del gas lleva mucho tiempo en el centro de la escena en Estados Unidos y se espera que pueda tener más potencial a partir del 2021 cuando se incremente la demanda”, concluyen los expertos de Jefferies.

Mostrar comentarios