La prima de riesgo, en máximos desde 2016

Los mercados empiezan a cerrar el acceso a España en vísperas del Consejo Europeo

Cumbre del Cambio Climático
Cumbre del Cambio Climático
EFE

El mercado se está comenzando a cerrar. El acceso a financiación ultrabarata que tenía España en plazos cortos y largos se va desvaneciendo. El Tesoro Público está comenzando a pagar intereses a los inversores en todas las emisiones con un plazo de vencimiento inferior a los nueve meses. Ya la semana pasada, la deuda a doce meses pasó de intereses negativos a positivos y el coste de los bonos a 3, 5 y 15 años se disparó. Las tensiones en la financiación del Estado están ganando tracción pese a la alta actividad del Banco Central Europeo (BCE), que sigue utilizando su programa de compras de deuda.

Pese a todo, pese al bazuca PEPP, las primas de riesgo de los países periféricos del euro han comenzado a levantarse mientras los inversores recelan de la capacidad de estos países para sostener sus finanzas públicas, ya débiles, por efecto de la crisis económica del Covid-19. El diferencial de la deuda española a diez años con la alemana se elevó este martes hasta los 157 puntos básicos, niveles similares al anuncio de la puesta en marcha del PEPP, zona de máximos desde julio de 2026 tras la crisis del Brexit. El interés del bono español -que registra ventas de los inversores- se eleva hasta el 1,1% y el alemán se mantiene -0,45%.

También ha aumentado la prima de riesgo de los países periféricos europeos: el diferencial de los bonos italianos respecto a los alemanes crecía hasta 263 puntos básicos (237 al cierre del lunes), en tanto que la prima de riesgo portuguesa pasa de 149 a 171 puntos básicos y la griega, de 252 a 291 puntos básicos. La caída de las bolsas y el cataclismo del precio del petróleo han llevado a los inversores a buscar refugio en la deuda más segura. Sin embargo, el mercado también está pendiente de la nueva cumbre europea para decidir sobre el tamaño y el tipo de rescate financiero contra la recesión del Covid-19. ¿Será el MEDE, los coronabonos o un nuevo tipo de deuda perpetua con cargo a la UE?

Sin estigma, sin troika, sin ataduras

No hay estigma. Sin ataduras. No hay troika. Estoy seguro de que con un poco de tiempo, todos verán esto como una herramienta valiosa”. El presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, defendió ayer ante el Parlamento europeo las bondades del fondo de rescate MEDE como medida de financiación rápida para los países europeos que lo requieran ante la crisis del coronavirus. Paradójicamente, es el mismo mecanismo que fue aprobado a finales de marzo en el Eurogrupo, pero que ha sido rechazado por Italia o España, cuyos gobiernos defendieron a fuerza de bloqueo la creación un esquema con coronabonos (deuda) para atender esa misma necesidad, aunque con la oposición frontal de otros países.

Las líneas de crédito preventivas (ECCL) del MEDE están disponibles desde finales de marzo con un máximo del 2% del PIB europeo, unos 238.000 millones de euros. Sin embargo, la división provocada por el debate de los coronabonos, y la petición de mutualizar deuda europea, ha bloqueado la puesta en marcha de un plan hasta ahora. La última propuesta sobre la mesa es crear un fondo de recuperación de 1,5 billones de euros que se financie con deuda perpetua emitida por la Comisión Europea, el BCE u otra institución que no sea el MEDE.

Sin embargo, el cambio de lenguaje de Centeno en su discurso ante los eurodiputados fue sustancial. “Contrariamente al antiguo instrumento ECCL, esta línea de crédito no estaría vinculada con las condiciones económicas específicas del país. No hay condicionalidad de puerta trasera. El único requisito sería que los países utilicen los fondos del MEDE para apoyar el financiamiento interno de los costos directos e indirectos de atención médica, cura y prevención relacionados con la crisis de Covid-19. Esta definición es lo suficientemente amplia como para que un país afectado por esta crisis alcance la marca del 2% del PIB en gastos elegibles", señaló el presidente del Eurogrupo.

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