Con un plan inicial de 1 y 1,5 billones de euros

Los mercados, en alerta: Bruselas encalla con el Fondo de 'Relanzamiento' de la UE

Ursula von del Leyen coordina el Fondo de Recuperación de la crisis del Covid-19.
Ursula von del Leyen coordina el Fondo de Recuperación de la crisis del Covid-19.
CE / Archivo

Las bolsas europeas han vuelto al pesimismo en mayo ante la falta de avances en la respuesta coordinada europea. El verdadero ariete para romper la congelación de la economía sigue todavía en construcción.  La Comisión Europea (CE) acumula un notable retraso en su propuesta sobre el llamado Fondo de Recuperación de la UE para relanzar la economía europea tras la crisis del coronavirus. El Eurogrupo pidió su creación al ejecutivo comunitario y la demora es ya de diez días según la promesa de la propia presidenta, Úrsula von der Leyen.

Pero este viernes, la exministra alemana celebra una reunión de urgencia con su equipo para comprobar el estado de los trabajos, un encaje de bolillos entre las necesidades de la economía, las presiones del Parlamento Europeo, las exigencias de Italia, España o Francia en favor de instrumentos comunes y la amenaza de Alemania o Países Bajos. "Cuando la tengas, nos llamarás", advirtió la canciller Merkel a von der Leyen durante el Consejo Europeo que respaldó este instrumento.

El Fondo de Recuperación superará el billón de euros, posiblemente llegará hasta los 1,5 billones, y estará compuesto por préstamos y transferencias directas a los Estados Miembros. Bruselas también trabaja en su encaje dentro de los futuros presupuestos de la UE 2021-2027, con demasiadas incógnitas todavía por resolver. Estará dotado con una cantidad de dinero “que la Comisión pueda pedir prestado de los mercados de capital con las garantías de los Estados Miembros”, mientras que "la totalidad de los fondos de recuperación serán canalizados a través de programas de la UE", según la Comisión.

Un Fondo dentro de los Presupuestos de la UE

Para recaudar hasta un billón y medio de euros, Bruselas propone un presupuesto europeo con más recursos propios. El mayor margen respecto a los gastos comprometido en ese Marco Financiero Plurianual, nombre técnico de los presupuestos, permitiría a la Comisión salir a los mercados para endeudarse y engordar el fondo. Pero su utilización será “a corto plazo y concentrada en los primeros años de la recuperación”. En un marco plurianual de siete ejercicios, Bruselas tienen previsto explotarlo durante los dos o tres primeros años.

Es un funcionamiento diferente al propuesto inicialmente por Francia, que quería un instrumento de reconstrucción durante diez años al margen de las cuentas públicas comunitarias y financiado mediante una deuda conjunta europeo, fuesen eurobonos, coronabonos o bonos de reconstrucción, igual que España pedía una deuda perpetua sin vencimiento para pagar solo intereses y no el capital principal.

La segunda cuestión clave es la transmisión de los recursos hacia los países. Como con el vehículo de liquidez del MEDE para gasto sanitario por hasta el 2% del PIB de cada Estado, Alemania y Países Bajos apuestan por préstamos en condiciones favorables a devolver. España, Italia y Francia presionan en favor de transferencias similares a los fondos de cohesión o agrícolas. Dinero sin reembolsos.

"La financiación debe realizarse a largo plazo para permitir que el peso del esfuerzo fiscal excepcional pero temporal que ahora realizan los Estados miembros se distribuya a lo largo del tiempo”, sigue presionando el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que pide otorgar “los recursos principalmente a los estados más afectados” con una “parte muy significativa de grants”, es decir, de transferencias (subsidios) desde la UE hacia los países europeos.

Ese equilibrio entre el norte y el sur europeo es el que más está costando resolver al ejecutivo comunitario, con una von der Leyen que sólo promete que “incluirá transferencias”, pero sin cuantificarlas. El eurodiputado socialista, Jonás Fernández, levantó la voz este miércoles en el Parlamento Europeo para exigir a la Comisión “un fondo financiado con deuda comunitaria que se canalice a la economía real a través de transferencias directas”.

Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, habló este miércoles de un "fondo de relanzamiento" de entre uno y 1,5 billones de euros para ayudar a los países afectados por la Gran Reclusión. Guindos reconoce que el 'shock' será diferentes por países y, por lo tanto, su factura. El fondo serviría para sufragar parte de ese coste ya que ahora “no es el momento de mirar al déficit. En estos momentos los sectores públicos solo tienen un camino y es gastar más. No hay alternativa", ha recalcado.

Dentro de la Comisión existe también un coro de voces que llega casi a la cacofonía. “Los subsidios tendrán que centrarse en las áreas y sectores más fuertemente golpeados”, adelanta el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, quien da por supuesto que el fondo tendrá “1,5 billones” y que “la estrategia debería empezar en la segunda mitad del 2020 y no en diciembre” porque llegaría tarde a la recuperación.

La UE, como inversor en empresas

La última voz en alzarse es la de su jefe inmediato, el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, al hablar de “apoyar a aquellos países que no pueden responder con tanta fuerza mediante un mecanismo de capital de respaldo” para las empresas. Dombrosvkis rompe un tabú confirmando que Bruselas estudia inyecciones en compañías en problemas de aquellos países sin tanto margen fiscal como Alemania, Austria o Países Bajos.

El político letón reconoció en una entrevista en Político Europe que “no será posible cubrir todas las compañías de la UE, necesitaremos ser concretos, viendo cuáles y qué sectores necesitan más este apoyo”. Este ‘Instrumento para la Ayuda a la Solvencia’ estaría incluido en el paquete global del Fondo de Recuperación y de los nuevos Presupuestos de la UE, con 16.000 millones de euros para funcionar como capital semilla con el que movilizar más inversión. Pero Dombrovskis advierte que “todavía hay que trabajarlo” para poder sacarlo adelante.

La ambición del Parlamento Europeo

Frente a las dudas de von der Leyen, la Eurocámara sigue apretando para sacar adelante un nuevo instrumento económico que no suponga aumentar los niveles de deuda de los Estados Miembros. Jonás Fernández, coordinador económico de todos los socialdemócratas europeos, ante un Pleno prácticamente vacío por las restricciones derivadas de la pandemia, reprochó a la Comisión su tardanza. “Tenía que haber presentado el 6 de mayo una propuesta para renovar el Marco Financiero Plurianual y ofrecer a esta Cámara un fondo de recuperación potente. No lo hizo”, espetó el eurodiputado.

 La Eurocámara acaba de aprobar una resolución con el apoyo de los cinco principales grupos en la que pide llegar a los dos billones de euros gracias a “una emisión de bonos de recuperación con largos vencimientos, garantizados por el presupuesto de la UE”. También con nuevos recursos, como la tasa digital, la financiera o un impuesto al plástico. Su reparto sería principalmente con pagos directos y transferencias a los Estados Miembros y no restando recursos de programas actuales, como la PAC o los Fondos de Cohesión.

Este Parlamento también dice que la Comisión debería abstenerse de presentarnos una propuesta llena de multiplicadores fantasmas, porque resta mucha credibilidad no sólo a la Comisión, sino al conjunto del proyecto europeísta”, advierte Fernández sobre la posibilidad de que el funcionamiento sea similar al del Plan de Inversiones Estratégicas de la anterior Comisión, conocido como Plan Juncker, y basado en unos pocos miles de millones de la UE como garantía para que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) ofreciese préstamos a las empresas. La presión de la Eurocámara y el retraso evidente ha forzado a que Von der Leyen celebre este viernes una reunión de urgencia con su equipo para avanzar en la propuesta del Fondo de Recuperación. “Pronto, muy pronto”, dice el Comisario Gentiloni que tendremos los detalles.

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