La mayor firma europea en bolsa, el conglomerado francés del lujo LVMH, ha dado un golpe sobre la mesa para hacerse con la firma de joyería y orfebrería estadounidense Tiffany por 16.200 millones de dólares (14.695 millones de euros) o 135 dólares por cada título (122,46 euros). El propietario de Louis Vuitton, Bernard Arnault, que es el hombre más rico de Francia, confía en cerrar la transacción a mediados del próximo año. La novedad es que Arnault ha elevado en 1.700 millones de dólares la cantidad que ofrecía por la neoyorquina hace tan solo un mes.
El conglomerado obtuvo unos resultados mejores de lo previsto en el tercer trimestre. El tirón de sus ventas le ha permitido sobreponerse a los efectos de la guerra comercial, a la que está especialmente expuesto por su fuerte presencia en Asia -fundamentalmente en China-. La compañía estaba buscando expandir su negocio en EEUU y, finalmente lo hace a través de la emblemática firma que se popularizó a nivel mundial gracias a la película 'Desayuno con Diamantes' (1963) de Blake Edwards.
La oferta de la propietaria de marcas como Louis Vuitton, Dior, Fendi y Bulgari, entre otras, ofrece una prima de casi el 8% sobre los 125,51 dólares a los que Tiffany cerró sesión el pasado viernes en Wall Street. Esta operación se ha convertido ya en la compra más grande efectuada hasta la fecha por el grupo galo y la primera tras la adquisición de Belmond, especializado en gestión hotelera. Con ella, su cartera de joyería, compuesta por hasta ahora por Bulgari y Hublot y Tag Heuer, gana aún más peso.
La guerra comercial que Estados Unidos y China mantienen desde el año pasado sí ha tenido, sin embargo, efectos sobre las cuentas de Tiffany entre julio y septiembre, que ha visto cómo sus ventas se hundían un 25% en suelo americano al reducirse los viajes de turistas asiáticos a Norteamérica a causa de la debilidad registrada por el yuan.
En una nota hecha pública por LVMH, Bernard Arnault, da la bienvenida a la estadounidense al grupo y destaca de ella que es "una empresa con una herencia incomparable y una posición única en el mundo global de la joyería". Añade que están orgullosos de tener a Tiffany junto a sus "marcas icónicas" y que se asegurarán de que "continúe prosperando en los siglos venideros". Por su parte, Roger N. Farah, presidente del Consejo de Tiffany considera que la transacción "proporciona una senda emocionante a futuro con un grupo que aprecia e invertirá en los activos únicos de Tiffany y en su sólido capital humano, al tiempo que ofrece un precio ciertamente convincente" para los accionistas".
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