Pierde 2.400 millones en bolsa

El mercado sitúa a BBVA como cabeza de turco del nuevo tic autócrata de Erdogan

El banco defiende que el riesgo asociado a Turquía se limita al impacto sobre el valor en libros de su filial Garanti Bank y que su gestión descentralizada por países actúa como "cortafuegos" ante la crisis

Sahap Kavcioglu, nuevo gobernador del Banco Central de Turquía.
Sahap Kavcioglu, nuevo gobernador del Banco Central de Turquía.
TCMB / Archivo / L.I.

Lo que pasa en Turquía, se queda en Turquía. La 'vacuna' contable de BBVA para afrontar el polvorín de la economía turca es efectiva en su cuenta de resultados pero no en su cotización en bolsa, que ha vuelto a sufrir las consecuencias de otro colapso súbito del valor de su divisa. El mercado castigó sin piedad al banco español y su acción pagó los platos rotos (-7,7%, -2.400 millones de euros) del nuevo golpe autocrático de Recep Tayyip Erdogan en su política económica. Vía decreto dominical, el presidente turco cesó al hasta ahora gobernador del banco central, Naci Agbal.

Su última decisión antes de ser despedido fue subir los tipos de interés en el país del 17% al 19% el pasado jueves. Y ahí acabó la paciencia de Erdogan, entre cuyas creencias se encuentra una contra natura: el endurecimiento monetario y la restricción de crédito genera inflación en su país. Agbal ha sido el responsable de la estrategia de restricción monetaria desde el 10,25% al 19% en cuatro meses. Bajo su mandato, la lira había logrado revalorizarse en su tipo de cambio con el dólar y el euro, pero con un elevado coste: frenar la marcha de la economía turca. Erdogan se cobra la cabeza de su tercer gobernador desde mediados de 2019 y nombra para el puesto a Sahap Kavcioglu (foto), un afín a su partido AKP y exministro de su ejecutivo.

La caída de la lira golpea al BBVA en bolsa

BBVA, a sus filiales: que cada palo aguante su vela

BBVA, una de las mayores multinacionales extranjeras en Turquía, se convirtió este lunes en uno de los valores en el punto de mira de los inversores por su participación del 50% en el Garanti, el segundo banco del país. El derrumbe de hasta el 15% en el valor de la lira respecto al viernes provocó una caída del 7,7% del banco en bolsa pese a que su negocio en el país apenas llega al 10% del total. Los inversores apostaron, como en otras ocasiones, por un efecto contagio para el balance del banco español. Sin embargo, BBVA minimizó cualquier impacto de esta crisis sobre su solvencia y estima una pérdida de 2 puntos básicos sobre su ratio CET1 ante una depreciación del 10% en la lira. “Es muy limitada”, explicó en una nota.

El banco azul volvió a esgrimir su política descentralizada por filiales para explicar al mercado que está blindado ante una crisis turca con sus coberturas del tipo de cambio, amén de la ingente bolsa de plusvalías cosechada en EEUU tras la venta de BBVA USA. Pero sobre todo, la entidad vuelve a presumir de su modelo de gestión ‘Multiple Point of Entry’ (MPE), “una estrategia de filiales autosuficientes y responsables de la gestión de su propia liquidez y capital", sin transferencias de fondos o financiación cruzada de la matriz a la filial, o entre las filiales de forma bilateral. Como reza el refranero: que cada palo aguante su vela. “Esta descentralización actúa a modo de cortafuegos natural, evitando el riesgo de contagio entre filiales. Al no existir financiación cruzada, el modelo MPE limita el riesgo de BBVA al valor en libros de la inversión en sus filiales”, explicó la entidad.

De este modo, Turquía se ha convertido en uno de los principales suministradores de beneficios a la cuenta de resultados de BBVA pese a las masivas pérdidas por ajustes contables que ha registrado desde que se encuentra en el país. La entidad está más que acostumbrada a vivir al límite desde que está en el país. Un aprendizaje a base de errores desde que en noviembre de 2010 pagó 4.200 millones de euros por el primer paquete del 24,9% del Garanti. En julio de 2015 compró otro 14,9% por 1.854 millones y en marzo de 2017 volvió a adquirir otro 10% por 860 millones. En total, BBVA ha desembolsado 6.914 millones de euros por el 49,9% del banco turco. A cierre de 2020 lo tiene contabilizado en 3.640 millones de euros como valor en libros, un 47% por debajo de lo invertido durante una década.

¿De motor a lastre?

Hasta este fin de semana, Turquía era un mercado que soplaba viento en popa para los intereses de BBVA. En 2020, los depósitos de clientes en liras crecieron un 25,5%, y un 7,9% los de moneda extranjera. El margen de intereses aumentó un 25,2% en el ejercicio y un 35% el margen neto, que relaciona los beneficios con los ingresos, el control de costes y el resultado financiero. De este modo, BBVA disparó sus ganancias en el país un 41% interanual, hasta 563 millones de euros, con un tasa de mora del 6,58% y de cobertura en el 79,9%. Ningún otro país ha terminado 2020 con un vigor similar al turco ni tiene perspectivas similares.

Según el cuadro macro recopilado del propio BBVA para un ‘escenario favorable’, España habría cerrado el año pandémico con una caída de su PIB del 11,2% y un desempleo del 16,4%. En 2021 crecerá un 6,6% pero el paro seguirá en el 16%. México, donde opera la franquicia bancaria líder (Bancomer), vio desplomarse un 8,8% su PIB y crecerá al 4,5% en 2021. Como contrapeso, Turquía será una de las pocas economías del mundo que termine el pasado año en positivo, de acuerdo con este pronóstico, con un incremento del 2% de su PIB e iba a crecer a ritmos del 9% durante este 2021.

Pese a que BBVA ha salido bien parado de otras turbulencias en Turquía, esta vez puede ser diferente. Los expertos consideran que el movimiento de Erdogan manejando a su antojo el banco central desde el poder político solo puede traer grandes males al país. Con una economía de más de 600.000 millones de euros anuales, Turquía todavía sigue arrastrando la pérdida de confianza y credibilidad ante los inversores desde que Erdogan anuló las elecciones municipales de 2018 tras perderlas. Los inversores extranjeros comenzaron a huir del país cuando nombró a su yerno Berat Albayrak como ministro de Economía de su gobierno. La sombra del nepotismo ha vuelto a quedar iluminada bajo los focos con otra decisión autócrata del líder turco.

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