Crisis de la luz

El mercado energético pone atención en las 'utilities': ¿cuáles caen o se salvan?

El aumento de los precios de las materias primas no necesariamente es bueno para todas las empresas eléctricas, además de que supone un obstáculo en el camino hacia la recuperación posCovid.

Planta de electricidad
Torre de transporte de electricidad
EUROPA PRESS

El alza en los precios del gas natural puede generar facturas más altas para los consumidores durante el invierno, pero eso no es necesariamente algo positivo para las utilities en los mercados, según los analistas de Wall Street. En Europa, este recurso natural despegó durante el último mes cuando los países del otro lado del Atlántico se enfrentaron a una escasez de suministro.

Mientras, el mercado norteamericano ha experimentado un aumento más pequeño, pero aún sustancial, con los futuros del gas natural subiendo de 4,38 dólares por un millón de unidades térmicas (mmBtu) a finales de agosto hasta los 6 dólares a principios de este mes. Un recorrido al alza que destaca el desajuste que existe en el sector energético y que tiene visos a seguir tensionado próximamente.

“Hay cuestiones estructurales en juego: la inversión en energías renovables es demasiado lenta, mientras que en los últimos años se ha destinado menos capital a los combustibles fósiles, especialmente a la extracción de petróleo”, asegura Vincent Chaigneau, director de análisis de la aseguradora italiana Generali Investments.

“Esto puede crear desequilibrios entre la oferta y la demanda a corto y medio plazo… A medida que la transición energética resulte problemática, la demanda de las antiguas energías fósiles, especialmente el gas natural puede crecer, especialmente en Asia”, añade el experto.

El aumento de los precios de las materias primas es tóxico para la economía y los mercados, al menos por tres razones: merma tanto los márgenes de las empresas como el poder adquisitivo de los consumidores, y puede requerir un endurecimiento más rápido o más fuerte de la política monetaria. “Esto merece una asignación más prudente o una cobertura significativa”, recomienda Chaigneau.

Así, la buena noticia para los usuarios es que las utilities (empresas de servicios públicos) a menudo cubren sus costes de fuente de energía, por lo que un aumento aterrador en los precios del gas natural probablemente solo afectará las facturas si se mantiene en el tiempo. Esa es la visión de Sophie Karp, analista de renta variable de KeyBanc Capital Markets.

Pero hay matices. La Agencia de la Energía de EEUU (EIA, por sus siglas en inglés) indicó recientemente que esperaba que los hogares estadounidenses pagaran un 30% más por el gas natural este año que en 2020. Mientras, los aumentos para el propano y el combustible para calefacción serían aún mayores. Y, dada la forma en que funcionan las tarifas de las 'utilities' en Estados Unidos, eso afectará directamente a los clientes.

“Para los servicios públicos regulados, los costes de los productos básicos son un 'traspaso' a los clientes sin un margen de beneficio, pero existen implicaciones indirectas: las facturas más altas reducen el margen de facturación disponible para que las compañías de servicios públicos inviertan sobre una base de tarifas que genere beneficios”, explica Julien Dumoulin-Smith, analista de Bank of America.

La actuación de los bancos centrales

El daño a las utilities, por otro lado, es más indirecto. Cuando los precios suben, los costes más altos pueden provocar el enfado de los clientes y políticos y "desplazar" la necesidad de recaudación de fondos para financiar mejoras en las infraestructuras, que deban ser aprobadas por los reguladores, ahonda Karp. “Si las facturas de los clientes comienzan a aumentar significativamente más rápido que la media histórica o que la inflación ... algo tendrá que caer”, añade.

Los servicios públicos energéticos, que a menudo pagan dividendos generosos, también pueden verse amenazados por el aumento de los tipos de interés. Un repunte del precio del dinero puede generar costes más altos que nuevamente presionen al alza las facturas de los clientes, al mismo tiempo que la retribución al accionista vía dividendo sea menos atractiva.

Entonces, ¿qué deberían observar los inversores que quieran comprar acciones de utilities al elegir empresas que incorporar a sus carteras? Bank of America sugiere centrarse en compañías con facturas de clientes bajas y altas calificaciones de aprobación. Es por eso por lo que pone en el centro del radar a Xcel Energy, ya que estaría "claramente destacada" en este sentido.

“Hay que buscar utilities que apuesten por diversas fuentes de energía y, por lo tanto, menos dependencia del gas natural, lo cual podría ser una estrategia inteligente”, dice la firma.

Por otro lado, las empresas de servicios públicos con facturas de clientes elevadas en relación con su población de usuarios podrían tener dificultades. Bank of America destaca a Eversource Energy como un negocio dentro del sector de alto coste y baja satisfacción del cliente.

Karp asegura en esta línea que la geografía también juega un papel: “Las utilities del noreste estarían en la situación más complicada, porque históricamente esta región estaodunidense tiene precios más altos y está más lejos de todos los gasoductos y regiones productoras, por lo que los diferenciales son bastante amplios al entrar en Nueva Inglaterra”. La perspectiva general sobre las utilities es mixta entre los profesionales de Wall Street. Pero, hay opciones dentro de un marco del 'stock picking'.

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