La recesión que viene

México: AMLO, el Covid y el petróleo ponen a su economía en el disparadero

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofrece una conferencia de prensa matutina este jueves, en el Palacio Nacional de Ciudad de México (México). EFE/ José Méndez
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofrece una conferencia de prensa matutina este jueves, en el Palacio Nacional de Ciudad de México (México). EFE/ José Méndez

Las economías emergentes se enfrentan a un huracán de proporciones desconocidas cuando los vientos en contra del coronavirus económico se han sumado a la crisis del petróleo, provocada por las desavenencias entre Rusia y sus ex socios de la OPEP (con Arabia Saudí a la cabeza). La saturación del sistema sanitario, los elevados niveles de pobreza o las altas tasas de economía sumergida son malos compañeros de viaje en medio de una coyuntura tan adversa. En el caso de México, décimo quinta economía del mundo por tamaño de su PIB (1,24 billones de dólares en 2019, según el FMI), a todo lo anterior se suman su dependencia de Estados Unidos en términos de exportaciones y de remesas y las 'peculiaridades' de un presidente muy controvertido tanto dentro como fuera de sus fronteras, Andrés Manuel López Obrador, AMLO

México registró entre octubre y diciembre del año pasado la tercera caída trimestral consecutiva de su PIB, del -0,5% (-0,1% en términos interanuales), por lo que parte de una situación delicada para atajar esta crisis. El principal motivo de esta contracción está precisamente en el desplome en un 15% de las exportaciones de petróleo, de acuerdo con los datos oficiales. Hay que tener en cuenta que el crudo genera el 8% de la riqueza de México y aporta el 18% a los ingresos públicos. La crisis en los mercados energéticos internacionales ha hecho mella en la mezcla mexicana de petróleo, el conocido como barril maya, que ha llegado a hundirse un 81% hasta finales de marzo, mes que despidió en los 10 dólares por barril, su peor registro en más de dos décadas. El problema es que México emplea técnicas de extracción tradicionales, por lo que un oro negro a estos precios no es rentable.

Recordemos que el último año ya había sido muy complicado para el gigante estatal Pemex (Petróleos Mexicanos), que registró pérdidas por valor de 18.000 millones de dólares ante la caída de las ventas y de la producción de crudo. Al desplome del petróleo y los problemas para Pemex se suma la paralización del conocido como Plan Oaxaca, un proyecto presentado en agosto pasado por el propio AMLO que pretendía movilizar recursos en la zona Sur y Sureste del país ya a comienzos de este año. En los estados de esa zona habita algo más de la cuarta parte de la población mexicana, pero sin embargo apenas aportan un 18% al PIB. El objetivo del plan era precisamente romper la brecha económica con el Norte, más rico e industrial. Según explican en el departamento de análisis de Bankinter, su paralización está retrasando la inversión privada, debilitando la actividad del sector primario (la producción industrial cayó un 1,6% interanual en enero) y ha afectado negativamente al empleo, elevando la tasa de paro hasta el 3,8% en enero.

El Covid-19 y su dependencia de EEUU

Los mismos analistas alertan de que el impacto del Covid-19 en la economía mexicana será muy pronunciado: "la demanda de petróleo se reducirá considerablemente a nivel mundial y México depende mucho de él; también afectarán los precios del crudo, históricamente bajos, y los ingresos por el lado de las exportaciones se reducirán; cualquier plan de infraestructuras se verá retrasado para dar prioridad a paquetes económicos destinados a sectores de primera necesidad y familias", advierten. Es por ese motivo que prevén una contracción del PIB de hasta el 3,7% este año (en su previsión anterior al estallido de la pandemia contemplaban una actividad estancada en el 0,8%) y una ligera recuperación del 0,8% ya el próximo ejercicio. 

Además y pese a que ha hecho un importante esfuerzo por diversificarse en las últimas décadas, la economía mexicana sigue estando "estrechamente sincronizada" con el ciclo de Estados Unidos, apuntan desde la aseguradora Crédito y Caución. De hecho, su vecino del Norte sigue siendo el destino de más del 75% de sus exportaciones, que generan el 25% del PIB, y el principal origen de las remesas. Según las cifras publicadas por el Banco Central de México (Banxico), el año pasado sus ciudadanos residentes en el extranjero enviaron el récord de 36,048 millones de dólares al país, un 7,04% más que el año anterior. Todo esto puede suponer un problema -si se confirma 

Problemas para el peso

El peso mexicano, la moneda más negociada de un mercado emergente, es vulnerable a los cambios en el sentimiento económico y se ha visto envuelto en una fuerte volatilidad a lo largo de los últimos meses que, según los expertos consultados, se mantendrá a lo largo de los próximos meses. En plena crisis del coronavirus, la moneda cotiza en mínimos históricos frente al billete verde, por encima de las 25,01 unidades. Esto hace que, en opinión de Bank of America, que el banco central del país tenga relativamente poco margen de maniobra. "Esperamos que Banxico reduzca los tipos hasta el 5,5% desde el actual 6,5% (...) El primer recorte de tipos podría producirse antes de la reunión de mayo".

La entidad estadounidense ha rebajado sus perspectivas de crecimiento para el país hasta el -8%, debido a que estiman también una contracción del 6% en el caso de EEUU. "El malestar social y la inseguridad podrían aumentar significativamente, dañando aún más la economía. Y el repunte puede ser menos fuerte de lo que hemos señalado debido a los bajos precios del petróleo y la falta de políticas internas anticíclicas", alertan desde la firma.

Las frases poco acertadas del presidente

En un momento delicado para la economía del país, el discurso y comportamientos de AMLO ante la expansión de la pandemia no ayudan a generar confianza, sino más bien lo contrario. El 4 de marzo, haciendo caso omiso a las recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró que no pasaba nada por abrazarse. “Miren, lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar; hay que abrazarse, no pasa nada”, aseguró en público. Para entonces en México ya había varias decenas de casos sospechosos. Diez días después, tanto el 14 como el 15 de marzo, el presidente mexicano se dio un baño de multitudes en un viaje a Guerrero en el que eludió la recomendación de mantener una “distancia social” besando y abrazando a sus seguidores. “Tengo mucha fe de que vamos a sacar a nuestro querido México, no nos van a hacer nada los infortunios, las pandemias, nada de eso”, zanjó.

El 18 de marzo, durante su rueda de prensa matinal, Juan Manuel López Obrador mostró una serie de amuletos a los periodistas que, según dijo, le protegen de contraer la enfermedad. “El escudo protector es como el detente, ¿saben lo que es el detente?, ¿verdad? El escudo protector es la honestidad, eso es lo que protege, el no permitir la corrupción. Miren, este es el detente. Esto me lo da la gente”, aseguró.

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