Millones de rusos no comerían hoy loncheados de pavo a diario de no ser por la iniciativa de uno de los gigantes agroalimentarios murcianos. Grupo Fuertes, dueño de El Pozo Alimentación y la granadina Procavi, fundó en 2012 una empresa conjunta al 50% con la rusa Cherkizovo para desarrollar la mayor 'macrogranja' de pavos en el país. “Y una de las mayores del mundo”, según sus promotores, que supuso una inversión de 130 millones de euros en Pervomaiski (Tambov), un enclave agrícola estratégico situado a 350 kilómetros de Moscú y otros 500 de la frontera con Ucrania.
Una década después de aquella entente hispanorrusa, Tamboskaia Indeika, la ‘joint venture’ que articuló el proyecto, ha sido comprada al 100% por Cherkizovo con un pago en acciones. La cárnica rusa, que cotiza en la Bolsa de Moscú y Londres, emitirá 1,17 millones de acciones por valor de 3.600 millones de rublos (alrededor de 40 millones de euros). De este modo, Grupo Fuertes elevará su porcentaje en la matriz del 8,6% al 11,1% del capital, un paquete valorado en unos 150 millones de euros en el momento actual.
El movimiento estratégico se produce de común acuerdo en un momento crítico para las relaciones comerciales entre Europa y Rusia debido a los tambores de guerra sobre Ucrania. Fuentes del sector aseguran a ‘La Información’ que la amenaza de sanciones tanto por parte de la UE como de EEUU colocaban la posición en Tamboskaia Indeika como un potencial riesgo para los dueños de El Pozo ante el conflicto diplomático actual.
Ahora pasarán a ser accionistas financieros de Cherkizovo a través de la bolsa. No obstante, según la compañía española, la relación se estrecha. “Esta nueva alianza es un salto cualitativo porque aumentamos el porcentaje en una empresa cotizada y afianzamos una relación estratégica que nos une”, aseguró Rafael Fuertes, presidente de Grupo Fuertes, primer ejecutivo de El Pozo y consejero de la sociedad rusa.
La mayor inversión del holding murciano
No le falta razón en números absolutos. Comparativamente, esta inversión financiera supera a las demás en el holding de participaciones de los murcianos, por ejemplo, al 6,3% de la constructora Sacyr, que está valorado en unos 90 millones de euros. Grupo Fuertes compró un 5% de Cherkizovo en octubre de 2015 con una inversión de 27 millones, y en julio de 2017 se hizo con otro 3% por 40 millones. Ahora recibe acciones valoradas en 40 millones más. En total, la empresa española ha invertido algo más de 100 millones por una participación que vale en bolsa más de 150 millones.
Tanto Fuertes como Cherkizovo han enfatizado el valor de su proyecto conjunto, que produce 85.000 toneladas anuales de carne de pavo para toda Rusia y exporta a países como Egipto, China y Oriente Medio. También destacan el rol del grupo español en la aplicación de cuestiones de gobernanza corporativa, tecnología alimentaria, modernización de la gestión de la empresa y como “accionista de referencia” por detrás de la familia Babaev-Mikhailov, que controla más del 60% de las acciones. Además destacan la “amistad” que une a los dos clanes familiares.
Grupo Cherkizovo es el mayor productor de carne de Rusia con una facturación de 1.400 millones de euros. Cuenta con 25 ‘macrogranjas’ avícolas y porcinas, además de 11 fábricas de procesamiento de carne, 9 plantas de piensos y 300.000 hectáreas de cultivo en las llamadas ‘tierras negras’ de la región de Tambov. De hecho, los Babaev-Mikhailov están considerados como una de las grandes familias terratenientes de Rusia. En 2016 recibieron un premio en España del Foro Nueva Murcia promovido por sus socios españoles. La apuesta del Grupo Fuertes por el pavo ruso se produjo al detectar que apenas estaba industrializado, pero se extiende a otros productos. “Apostamos, no solo por el pavo, sino también por el pollo, cerdo, elaborados cárnicos y cereal, pero principalmente por un mercado estratégico firme y de futuro como es Rusia”, ha asegurado Rafael Fuertes.
El holding murciano ha construido un imperio agroalimentario que factura 1.900 millones de euros anuales en 2020, con presencia en 118 países, 8.000 empleos directos y 40.000 indirectos. En España es dueño de algunas de las mayores instalaciones de producción cárnica que han sido objeto de polémica en fechas recientes después de que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, criticara duramente este tipo de ganadería por sus efectos negativos sobre el medio ambiente, el consumo y los animales. "Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esta carne de mala calidad de estos animales maltratados", aseguró en una sorprendente entrevista con 'The Guardian' que fue rebatida por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que tiene las competencias en la materia.
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